El superhéroe de las abdominales

Desde septiembre, cada vez que hablo del canal CW tiene que salir alguna explicación sobre cómo se está superando esta temporada con sus nuevas propuestas. Como iniciativa empresarial, me resulta muy interesante y también loable. Era hora que dejaran atrás la etapa frívola inaugurada con Gossip Girl. Otra cosa, no obstante, es la calidad de estas obras de ficción que ahora nos llegan. De Emily Owens M.D., ya hablaré. Tan simpática como flojita. Pero ahora toca posicionarse con Arrow y Beauty and the Beast, de las que opino exactamente lo que se podía pensar de ellas antes de verlas. ¿Lo adivináis?

La adaptación del superhéroe de DC Comics es, por encima de todo, prometedora. La mejor decisión de sus creadores fue apartarse del personaje recurrente de Smallville para poder empezar de cero un universo y no heredar esa ñoñería con Tom Welling. Y lo hacen cogiendo muchos elementos del clásico contemporáneo del género, el Batman de Christopher Nolan (me refiero a las dos primeras entregas, que la última es una deshonra). Un hombre torturado sin superpoderes, cuyas vivencias y errores le persiguen, y con un sentido del deber con respecto a su ciudad.

Aquí, Oliver Queen es un niño rico al que se presuponía muerto cuando naufragó en el pacífico cinco años antes. Durante una tormenta, su barco se hundió, presenciando la muerte de su amante y sufriendo también la de su padre. Pero él sobrevivió, se refugió en una isla y se forjó como guerrero. Así que, cuando regresa a Starling City por sorpresa y le secuestran para sustraerle información, tiene la brillante idea de inventarse una identidad secreta: Arrow, una especie de Robin Hood que ayuda a los débiles en una ciudad devorada por la codicia de los grandes y corruptos empresarios.

He leído a algunos críticos yanquis dudando de las posibilidades de este drama de acción, argumentando que posiblemente no podría abordar su discurso con la crudeza necesaria, por culpa de un presupuesto justo y la cadena en la que se emite. Como si debiera ser más oscura y contener más violencia. Pero yo no creo que este sea el caso. Es más, su alojamiento en la CW permite que desde el primer minuto tenga una fotografía reconocible (en este canal se fijan mucho en el tratamiento de la imagen) y la existencia de Supernatural demuestra que hay margen de maniobra en cuanto a ser consecuentes con su discurso.

De momento, y habiendo visto sólo la presentación, creo que puede ser una de las revelaciones de la temporada. Tiene escenas de acción solventes, un marco fácilmente comprensible, un componente femenino que no entiendo muy bien hacia dónde se dirige (¿tensión sexual o simple compañera de aventuras?), una situación familiar que recuerda de forma obvia a Hamlet (una fuente de inspiración que suele funcionar) y un protagonista que no se desenvuelve nada mal en su papel. Puede que Stephen Amell no sea el mejor actor vivo pero puede interpretar parcialmente las escenas de riesgo y sus abdominales contribuyen a adecentar el proyecto. No es broma. Si el piloto sería un 7 en una temporada donde sólo Nashville la superaría en puntuación, sube a un 8 sólo por su escena de entrenamiento. Ventajas de la CW.

P.D.Podcast: Y tanto potencial me ha dejado sin espacio para hablar del remake de La Bella y La Bestia con Kristin Kreuk. Adelanto que no vale un duro y me desapasionó tanto que quizá ni la comentaré. Así que, si queréis escuchar una opinión más elaborada, mejor bajad el último programa de Yo Disparé a J.R., donde también hablamos de los pilotos de Arrow, Nashville y Firefly, y el desarrollo de la segunda temporada de Once Upon a Time. Tenéis esta nueva edición en la barra lateral y aquí está la guía del programa:

- 0’: Presentación y Nashville, la revelación de la temporada.

- 20’: Arrow, un superhéroe prometedor.

- 33’: Beauty and the Beast, el primer policíaco de la CW.

- 41’: Once Upon a Time con Juan Luis Sanguino de invitado.

- 70’: Firefly, comentemos el piloto.