jueves, 2 de mayo de 2013

Volver a empezar

Si te avisan que una serie es muy lenta y que deja a los de Mad Men en pañales, ya puedes ir preparándote. Por lo menos esto pensaba yo, que sólo tolero la lentitud si está completamente justificada y no me doy cuenta porque me tiene pensando o hipnotizado durante esos minutos de contemplación. Así que cogí el último estreno de Sundance Channel con pinzas, después de que Top of the Lake de Jane Campion me decepcionase. Y Rectify, que así se llama, me sorprendió. Para bien.

El argumento gira en torno a Daniel Holden, un hombre sentenciado a pena de muerte por haber violado y matado a una chica y que es liberado veinte años después por un tecnicismo. Su familia directa cree que él es inocente, pero no todo el pueblo opina lo mismo y la policía espera la menor oportunidad para volver a arrestarlo. Y él, de mientras, observa como todo a su alrededor ha cambiado, incluyendo un padrastro y hermanastros, incapaz de relacionarse como un ser normal ante la novedad de encontrarse libre.

Esta situación de Daniel, de momento, ancla la serie. En lugar de entrar demasiado en la autoría del asesinato, que está en el aire y se deja intuir que hay gato encerrado, Rectify prefiere contar la historia de un hombre perdido. Un hombre al que arrancaron de cuajo su conexión con el mundo y que tuvo que cambiar de mentalidad entre rejas para superar el día a día, un poquito como hizo Charlie Crews en Life. Y que ahora está aislado y debe aprender a comunicarse otra vez con su gente.

Este retrato, completamente verosímil, se une al de su familia, igual de humana. Ellos combinan una mezcla de ilusión y cautela, al verle tan irreconocible y sentirse incapaces de sacarle conversación. Al fin y al cabo, ¿qué le preguntas a un hombre cuya rutina hasta entonces incluía diálogos con pederastas, psicópatas y violaciones en la ducha? Y las emociones de todos ellos se van cruzando: la madre se preocupa al verle tan desarraigado; Abigail, su hermana, quiere protegerle y ya prepara una nueva defensa para el caso; Ted, el hijo de su padrastro, desconfía de él y cree en su culpabilidad; y Jared, su hermanastro que nació mientras estaba en prisión, se muere de ganas de conocer a su recién estrenado hermano.

Este pequeño universo que bien siembran en el piloto, por lo tanto, es un drama familiar y es lo suficientemente cálido y atractivo para que cada silencio te arrope, y cada instante de Daniel empanado aporte algo más de confusión y comprensión del momento en el que se encuentra. Durante esos cuarenta-y-cinco minutos se entra en la cabeza de Daniel Holden y a la vez se siembran algunas dudas de su caso, pues las circunstancias en las que le encontraron fueron muy inusuales y en cierto punto asumió su autoría.

De momento, Sundance ya ha encargado una segunda temporada, con lo cual debe estar contenta con el resultado. La crítica americana habla de ella y encima tiene un reparto tan solvente como desconocido, lo cual debe abaratarles los costes. Y, como curiosidad, su creador es Ray McKinnon, el ganador del Oscar por el cortometraje The Accountant y cuyo rostro les sonará a los amantes de la televisión, pues fue el reverendo Smith en Deadwood y participó en la cuarta temporada de Sons of Anarchy.

1 comentario:

Unknown dijo...

Pera,
Creo que esta es la serie que llenará el vacío de nuestros corazones cuando se vaya Breaking Bad este año y, ojalá que no, Justified nos deje luego de 5 temporadas. Es más, viendo el piloto parecería una mezcla de ambas: tipo moralmente ambiguo en un pueblo chico-infierno grande.

Eso sí, ojala que el protagonista adquiera capas, porque su cara de "soy libre pero no calzo en este mundo" me cansaba un poquito. Eso sí, Abigail, la hermana, apunta a ser el mejor personaje de la serie.

Saludos, también comentamos el piloto de Rectify en un podcast que tengo con un amigo:

http://www.ivoox.com/stream-mato-al-cable-edicion-n-audios-mp3_rf_2008164_1.html

Richard