viernes, 28 de junio de 2013

Lauren Iungerich, para bien y para mal

Todavía no se sabe si ‘Awkward’ tendrá una cuarta temporada pero su creadora, Lauren Iungerich, ya ha avisado que no cuenten con ella para escribirla. Las razones son complicadas y no hay que buscarle tres pies al gato, ya que la serie funcionó bien de audiencia en sus dos primeros años y la crítica se fijó en ella a pesar de ser de MTV, un canal que había echado por la borda cualquier atisbo de reputación con ‘Jersey Shore’. Era la Matthew Weiner de la cadena, por así decirlo (y exagerando muchísimo).

Las audiencias, sin embargo, ya no soplan tanto a favor de la serie. Desde que le quitaron el paraguas de ‘Teen Mom’ (ese reality que, paradójicamente, Jenna Hamilton miraría con desdén) las ha pasado más canutas y el público tampoco ha reaccionado muy bien a la propuesta de Iungerich. Pero tendrá tiempo: los diez episodios que quedan de la tercera temporada, que se estrenarán en otoño y que habrán sido rodados bajo su batuta.

Lo que no le ha funcionado ha sido centrar otra vez toda la trama de Jenna en un triángulo amoroso. Esta vez ya no era entre Jake y Matty y las dudas no eran exactamente las mismas pero ha sido muy repetitivo y, lo que es peor, ha perjudicado a la protagonista. Ella nunca ha sido la chica más alegre del instituto, ni la más carismática, pero el desprecio que ha demostrado hacia Matty, al que finalmente había ligado, le ha dado un matiz bastante antipático.

Collin despertaba otras emociones en Jenna y era comprensible, pero quizá Iungerich debería haber esperado a explorarlas más adelante, cuando se pudiera comprender mejor que Jenna había crecido desde que se enamoró de Matty. Pero en este momento, sólo un verano después, resulta imposible empatizar con ella. Sólo ayuda a pintarla como una caprichosa estúpida y esnob, sobre todo después de que Iungerich se haya tomado molestias en retratar a Matty como alguien más que el chico que se huele los sobacos cuando está nervioso.

Las otras tramas, que conste, sí han tenido gracia y, por ejemplo, el décimo episodio de la temporada fue sensacional. El nuevo papel de Sadie ahora que es una zorra (y no una zorra rica, que es muy distinto) funcionó la mar de bien; la muerte de Ricky Schwartz fue una absurda genialidad; Tamara y Jake resulta bastante creíble teniendo en cuenta que él cada vez parece más homosexual; y la mafia asiática es la mejor trama cómica de la televisión este año.

Quien hubiera imaginado que Ming, esa secundaria sin buenas frases, acabaría siendo la roba-escenas y su guerra fría con la abeja reina, el falso novio y la pelea final (donde fue una zorra blanca) se merecen carcajadas, aplausos y una ola. Por esto, porque todo lo demás era fantástico y muy agudo, ‘Awkward’ seguirá siendo una serie muy recomendable. Ahora me gustaría ver a Iungerich redimirse y que demostrara que diseñó una protagonista que podía existir más allá de los dilemas amorosos. Si los secundarios lo hacen, ¿por qué no ella?

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