Si ‘Ray Donovan’ es el estreno televisivo del verano, apaga y vámonos. ‘Homeland’ había calado tanto en mi subconsciente que había olvidado qué es Showtime: un canal obsesionado en dejar claro que es cable. Tiene sexo, violencia y personajes moralmente reprobables. Y, como ya hemos visto mil series de este estilo, aquí quieren que funcione por acumulación.
No quieren hacer una buena serie, quieren hacer una serie Showtime y ‘Ray Donovan’ es, en resumidas cuentas, ‘Scandal’ pero con un extra de tacos. El protagonista es un tipo que resuelve los problemas de los ricos y que encima tiene que lidiar con una situación familiar algo complicada desde que su padre sale de prisión. Y Liev Schreiber, que es Ray, busca soluciones sin despeinarse. Hasta consigue hacerlo sin atisbo de carisma y con muchísima inexpresividad.
Él es adultero. El hermano sufrió abusos de pequeño y es alcohólico. John Voight, que interpreta al padre, mata a un cura y se pone cachondo viendo a una madre dando de amamantar a su bebé. También corre por allí un lisiado. Y todos estos retratos se exponen en media hora del primer episodio, que hay que transmitir en un abrir y cerrar de ojos que esto es cable. Aunque, curiosamente, así también comunican que no es cable del bueno.
Las ventajas de este submundo televisivo, sobre todo cuando se trata de plataformas de pago como en este caso, es que no hay que atosigar al espectador a base de datos y giros de guión para dejarnos claro que vale la pena. Los espectadores de HBO y Showtime juegan con una ventaja y es que su parroquia suele dar un voto de confianza a las ficciones que les proponen porque creen en esa marca (por lo menos aquellos que sí ven el primer episodio). Lo único que deben hacer es plantear un universo, un tono y un conflicto. Todo lo demás ya se contará más adelante. Pero en ‘Ray Donovan’ no. Todo tiene que ponerse sobre la mesa deprisa y corriendo, como si fuese una parodia, cuando hubiese sido mejor dejar cierta información para más adelante. La mayoría, de hecho.
Tampoco entiendo que la serie se llame como su protagonista y tenga una presentación tan mediocre, mientras que el estatus de estrella se reserva a su padre Mickey, que tiene la primera escena y bien podrían haberle dejado para el final del piloto, ni que sea para asentar las bases de Ray. Pero Ann Bidermann, su creadora, creyó más interesante reservarle a John Voight el gran personaje (se excita con la leche materna, recordémoslo) mientras que Liev Schreiber tiene que conformarse con un antihéroe de manual. Y resulta decepcionante porque Bidermann fue la responsable de ‘Southland’, una de las grandes series estrenadas en la última década, una joya de la naturalidad, y ‘Ray Donovan’ es tan artificiosa como el primer paseo en coche de sus personajes. Esta escena en concreto, que conste, deberemos rememorarla a finales de año cuando hablemos de lo más bochornoso de 2013. No se veía nada tan ridículo desde que Sarah Michelle Gellar (por partida doble) cogió la lancha en ‘Ringer’.
4 comentarios:
Es curioso lo que dices al principio porque precisamente el estreno del verano con marca Showtime es Orange is the New Black... y está en Netflix.
Y es mejor. :)
tal parece que a nueva promesa del 2013 Ray Donovan, esta dando frutos y es que a tan solo cuatro semanas de su estreno tiene una gran cantidad de seguidores, esperemos que este éxito siga para el 2014 con su segunda temporada que esta por confirmarse.
Gran serie, habra que mirar que otras deja a parir el critico para ampliar la cartelera.
Ray Donovan consigue enganchar, con actuaciones estelares y una trama que para nada se hace repetitiva, apoyandose en las dos variables de la vida del protagonista, su trabajo y su familia.
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