‘Mujeres Desesperadas’, ‘The Good Wife’, ‘Girls’ y ‘Sexo en Nueva York’ son algunas de mis series favoritas, y Betty Draper es mi personaje favorito de ‘Mad Men’, de la misma forma que adoro a Daenerys Targaryen en ‘Juego de Tronos’ y admiraba la química entre las tres esposas de ‘Big Love’. ¿Qué quiero decir con esto? Pues que me gustan las series de y con mujeres fuertes. Si sufren, todavía mejor. Por esta regla de tres, tiene que gustarme ‘Orange is the new black’. Es más, tiene que encantarme. Y lo hace, sí.
Esta ha sido la gran propuesta de Netflix para este verano. La plataforma de contenidos puso a disposición de sus usuarios los trece episodios que conforman la primera temporada el 11 de julio y desde entonces sólo ha cosechado que buenas críticas y una recepción por parte del público muy calurosa. Y el modo maratón (o binge-watching, como lo llaman en Estados Unidos) ha funcionado a la perfección, diría que mejor que en el caso de ‘House of Cards’ (o por lo menos en mi timeline de Twitter había casi una competición a ver quien la veía en el menor intervalo de tiempo posible). Comprensible.
‘Orange is the New Black’ es una comedia dramática carcelaria. Se basa en las memorias de Piper Kerman, que pasó menos de dos años en prisión por haber participado en tráfico de drogas con una novia. Aquí, sin embargo, la protagonista se llama Piper Chapman y la responsable de adaptar el libro es Jenji Kohan, conocida por ser la creadora de ‘Weeds’. Visita, como es obvio, todos los lugares comunes de la prisión (las amantes lesbianas, el intercambio interno, las amenazas) pero su intención es profundizar en las historias de esas mujeres que se encuentran entre rejas. Y, en este aspecto, Kohan hace un espléndido trabajo.
No solamente se retrata a una protagonista sólida en el primer episodio (entendemos las motivaciones que la llevaron a la cárcel, como era en el momento del delito y como avanzó desde entonces), encima es una grata sorpresa descubrir que la guionista quiere escribir un mural mucho más amplio y abierto. Asimila la estructura de ‘Perdidos’ y en cada episodio conocemos historias pasadas de las compañeras de Chapman en pequeñas dosis. Más que complacientes, humanas.
Le gusta hurgar en la idea que por cada delito hay unas circunstancias orgánicas que las llevan allí, lo cual es distinto que excusarlas. Sólo cuenta su historia y, como deja bien claro en el cuarto episodio, todo el mundo cree tener una explicación. Y lo más interesante de todo es que, aunque ‘Orange’ funciona muy bien como comedia dramática, sabe mantener elementos sórdidos para que no olvidemos dónde se encuentra Chapman. Puede que su existencia no sea tan miserable como podía esperarse ella misma, pero las amenazas están a la vuelta de la esquina y, como acaba aprendiendo, los malentendidos y meteduras de pata pueden provocar que acabe con un tampón manchado en la comida o que una loca se mee en la puerta de su habitación (en los mejores de los casos).
Tendrá segunda temporada, así que podemos devorarla sin remordimientos de conciencia.
3 comentarios:
Ya le habia echado el ojo y me gusto el trailer, asi que seguro la vere
Creo que es la mayor maratón que me he pegado desde (y superando)a la primera temporada de Homeland. También hay que decir que las circunstancias tienen que favorecer para algo así, pero yo me pegue los 8 primeros en un solo día xD
Y la verdad es que me encanta, los personajes, el tono, la voz de Laura Prepon y soporto hasta Jason Biggs. Lo unico malo de este modo maratón, es que hay que esperar todo un año para la siguiente temporada.
Y yo creo que es mucho mejor para el modo maratón, pero es que hasta diría que es mejor serie que House of Cards
huy, que pesado y repetitivo he quedado con eso de modo maratón xD
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