Que ‘Breaking Bad’ no nos nuble el juicio. Puede que el verano sea el momento adecuado para que algunas series de cable brillen, pero en general es una estación de ficciones ligeras que, más que descubrir series nuevas, sirve para conocer de antiguas y ponerse al día. Sólo en una época tan intrascendente hubiera elegido ver ‘Devious Maids’ o ‘Twisted’ pero, como tampoco había mucho más que ver, me entregué a ellas.
Que conste que ambas acabaron siendo unos placeres culpables decentes. La primera por chabacana y divertida. Nunca me atreveré a decir que es la sustituta de ‘Mujeres Desesperadas’ a pesar de que copia el esquema línea por línea (algo que Marc Cherry puede permitirse que por algo es el creador de ambas), pero algunas de sus líneas son desternillantes. Nunca aguda, sí graciosa. Y ‘Twisted’ fue previsible pero resultó entretenida, sobre todo porque tenía una dirección muy clara y cada episodio tenía sus avances y lo que yo llamo sus momentos de amistad. Escenas donde todo se aparcaba en favor de las relaciones de todos sus protagonistas, ya fueran los adolescentes protagonistas o las madres. Ellas en concreto estaban bastante inspiradas: Denise Richards será mala actriz pero hasta llegó a transmitir la desesperación de ser madre.
Fue una serie más de personajes que, por ejemplo, ‘Under the Dome’: el fenómeno que tiene puesto el piloto automático desde que comenzó. Un drama de ciencia ficción cuyo único atractivo es el high-concept, lo cual siempre es mala señal. Si Brian K. Vaughan quería hacer una serie de varias temporadas, lo inteligente hubiera sido enfocarla más como drama que como misterio. Vamos, que tendría que haber escrito personajes interesantes y en los once episodios que he visto no han hecho acto de presencia. Pero, como el verano es una época tan descafeinada, hasta he llegado a conformarme con los dos mini-avances en el tema de la cúpula de cada episodio. Lo que tienen las altas temperaturas.
Por la redacción de Aaron Sorkin, sin embargo, no paso. ‘The Newsroom’ quiso reducir la superioridad moral de los guiones y hay quienes dicen que lo logró. Pero Sorkin sigue siendo un repelente y un arranque de temporada menos odioso no hizo que cambiase de opinión. A otra cosa, me dije, y para no quedarme huérfano de HBO retomé ‘True Blood’. Buena decisión. Tuvo una temporada entretenida (lo cual fue un milagro después de un par de temporadas repletas de tramas soporíferas) y emitió un último capítulo que sirve para introducir una séptima y última temporada que apunta maneras. Y quien la cagó fue Showtime, que quiso colar ‘Ray Donovan’ como una serie de calidad y al cabo de dos semanas la gente prefirió fingir que no existía. ¿El peor piloto del año? Posiblemente.
¿Qué otras series no pude soportar? Pues ‘Teen Wolf’, que vi entera solo por principios; ‘Camp’ resultó tan descafeinada que hasta me olvidé de seguirla; y esta vez ni intenté seguir las series de TNT y USA Network y 'The Fosters' de ABC Family, también muy de segunda. No había mucho que ver, cierto, pero era mejor destinar esas horas a series mediocres de invierno (‘The Vampire Diaries’, ‘Revenge’), temporadas y ficciones pendientes (caerá otro texto al respeto) y a realities (y otro) que a estas obras tan inocuas que, más que un entretenimiento, son una pérdida de tiempo. Suerte de ‘Orange is the new black’, que ante semejante sequía de series de calidad, fue un refrescante oasis en el que refugiarse.
1 comentario:
Lo de under the dome es verdad. No se preocupa en presentar personajes creibles y demas :(
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