¿Vamos a Sleepy Hollow?

‘Sleepy Hollow’ tenía todos los números para ser un despropósito descomunal, algo que provocase vergüenza ajena y que tuviera como consecuencia la decapitación de algún directivo de FOX. Pero llegó el momento del estreno y los críticos yanquis (ellos, suertudos que se adelantan al tiempo si hace falta) fueron benévolos. ¿Tan bajas están las expectativas este año?

Sí, lo están.

No hay proyectos dramáticos especialmente interesantes esta temporada o que, por lo menos, vengan avalados por nombres de fiar. ‘Hostages’ tiene una premisa interesante pero está en la CBS y producida por Jerry Bruckheimer. El canal NBC dice que ‘Blacklist’ tuvo la mejor recepción de su historia por parte de un panel de espectadores, pero recordemos que hace dos años llegaron con ‘The Event’ y el pasado con la inofensiva ‘Revolution’, que también tenía que cambiar el panorama televisivo. Y está ‘Betrayal’, una miniserie sobre una infidelidad que tiene buena pinta pero nadie da un duro por ella porque es eso, un drama sobre una mujer infiel (y la crítica nunca está predispuesta a querer antes de tiempo una serie femenina). Vamos, que está ‘Agents of S.H.I.E.L.D.’ y paremos de contar.

Por lo tanto, si aparece algo decente, abramos la botella de champán. Y el piloto de ‘Sleepy Hollow’ (por poco) lo es. Tiene un defecto propio de las ficciones actuales, la obsesión por contar demasiado en 45 minutos, como si el mundo fuese a acabar y no tuviesen más episodios para contextualizar la historia con sus flashbacks, que de estos tiene unos cuantos. Todos para contarnos quién es Ichabod Crane, el personaje que en la película de Tim Burton interpretaba Johnny Depp y que aquí resucita en la actualidad a la vez que el jinete sin cabeza. Una maldición les une y, mientras uno decapita a destajo, el otro ayuda a la policía a detenerle. O, mejor dicho, a Abbie Mills, cuyo mentor ha sido víctima del hacha y que sospecha que Ichabod Crane dice la verdad.

Hay que tener en cuenta que los próximos episodios serán cruciales. El piloto establece las bases de la ciudad de Sleepy Hollow y habrá que ver cómo se estructura a partir de ahora. Se supone que habrá un caso paranormal por episodio y de fondo se irá tejiendo toda la trama que tiene que ver con el jinete. Pero hay dos razones por las que hay que darle una oportunidad. Los actores Tom Mison y Nicole Beharie son solventes y tienen química de colegas automáticamente. De hecho, los diálogos entre Ichabod y Abbie sobre cómo una mujer negra puede trabajar de policía en la actualidad tienen especial gracia (él era abolicionista, así que no hay problema). Y luego está la idea de Sleepy Hollow, la localidad que encierra secretos, magia y demonios.

Puede que su presentación sea dispersa y que la estética sea hasta un poco fea, pero parece ser intencionada y funciona. Es una serie de serie B. Los flashbacks son breves y no entorpecen el relato, algunos planos consiguen ser escabrosos y/o terroríficos (el hacha rompiendo la puerta, la sombra del cristal) y desde el primer momento ‘Sleepy Hollow’ demuestra ser un pueblo distinto, reconocible y hasta atractivo. Si encima le añadimos que Roberto Orci y Alex Kurtzman escribieron el guión junto con Phillip Iscove, el entretenimiento está garantizado. Puede que sean funcionarios del guión, que tanto escriban ‘Star Trek’ como ‘Misión Imposible III’ o ‘Transformers’, pero sus obras suelen ser ágiles.

Así que ahora tendremos que estar atentos a esta serie. ¡Y suerte que puede estar bien! Mejor comencemos la temporada con alguna sorpresa que las decepciones seguro que ya llegarán.