Cuando toca hacer un spin-off (bueno, cuando un canal decide exprimir sin piedad alguna serie de éxito), hay que vigilar principalmente dos puntos: que no se resienta la serie original y que la nueva obra sea distinta pero sin traicionar del todo el espíritu de los personajes. ‘The Originals’, en ambos aspectos, sale triunfal de su estrategia de emancipación. No me refiero a la calidad de la serie, que esto ya es otro tema, pero supera con éxito estos dos obstáculos.
En ‘The Vampire Diaries’, la familia Mikaelson hacía un tiempo que vivía de prestado. Sus tramas estaban agotadas, le habían negado a Klaus la posibilidad de tener una relación con Caroline y estaban en modo “perro ladrador, poco mordedor”. Al principio sí transmitían la idea de que eran unos seres especiales, que tenían siglos de experiencias a sus espaldas pero no quedaba muy claro que todavía residieran en Mystic Falls. No eran amigos de los protagonistas, se hacían la vida imposible pero nunca les mataban, y la excusa oficial, que Klaus necesitaba a Elena para crear más híbridos, cansaba de tanto escucharla.
Sin ellos, ‘The Vampire Diaries’ se ha dado un respiro. Tiene otro enemigo oficial y temible, Silas, y ciertos cambios sustanciales que la han refrescado: hay un entorno universitario, Matt cada día tiene algo más parecido a una personalidad, el cambio de Bonnie es curioso y Catherine puede tener un recorrido interesante ahora que tiene otra perspectiva de las cosas. No tenía mucho interés en ver por dónde iría la serie después de una cuarta temporada que fue a más pero tampoco remató y, gracias a estos detalles, no me importa incluirla otra vez dentro de los deberes obligados de la semana.
Y ‘The Originals’ es un complemento perfecto. Julie Plec, que trabajó en la serie madre, no ha querido darle un lavado de imagen al universo de Kevin Williamson, salvo algunos detalles inherentes a Nueva Orleáns como la música y la vida en la calle. Está bien, por ejemplo, que se adentren en una comunidad mucho más marcada por la brujería que Mystic Falls y ese embarazo único le da un toque diferencial que tampoco habíamos visto. Pero, de momento, no está siendo muy estimulante ver a Klaus en ese entorno porque es tan ególatra que cansa y es algo que habíamos visto, y hay muchos más elementos que no juegan a favor.
Marcel no es amenazante y su actor probablemente es el peor actor de cásting de la temporada (si quitamos todo el reparto de ‘S.H.I.E.L.D.’, claro). Tardan en perfilar el círculo de brujas o por lo menos a la cabecilla del grupo. Hayley es un personaje heredado de ‘The Vampire Diaries’ pero nunca ha sido interesante. Y, por lo tanto, queda algo bastante descafeinado. Suerte que tiene a Rebekah, está la opción de que reaparezca Elijah y estos dos son personajes infinitamente más atractivos que Klaus, tan acabado. Y, llamadme ñoño, pero la obsesión de la hermana por encontrar un hombre que la quiera (de forma caprichosa, intensa y torpe) me parece hasta tierna.
3 comentarios:
Sylar?, creo que era silas si no mal recuerdo.
Gracias. Escribí sin buscarlo y a veces la memoria traiciona. Corregido. :)
creo que por primera vez estoy en desacuerdo contigo, veo en esta temporada a TVD mas repetitivo y a the originals mas emocionante.
en tvd volvieron a sacar el tema de las replicas otra vez poniendole otra replica a elena cuestionando todo el arco de historia de las temporadas pasadas.
con the originals admito el capitulo piloto que salio en el capitulo 20 de la temporada pasada de tvd se veia mas emocionante que el cap. piloto que se retransmitio.
lo de marcel si estoy de acuerdo contigo deben ponerlo mas malo de lo que dieron a entender en el capitulo 20, pero a klaus lo veo que esta as suelto por fin le dan mas libertad de matar de ser un poco mas perverso porque en tvd ladraba pero no mordia en este tiene mas soltura.
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