Hay elecciones que deben argumentarse bien para entenderse y, como este año he hablado poco de este programa, al final le he tenido que dedicar una entrada completa. ¡Aquí comienza el podio de lo mejor de 2013!
3. The Real Housewives of Beverly Hills
¿Qué demonios hace este reality de mujeres adineradas de Los Angeles otra vez en el Top 10? ¿Y qué hace más arriba? Pues demostrar que la basura, si es conceptual y bien enlatada, puede ser digna de análisis. Es una clara muestra de la sociedad actual y de qué rodea esa industria tan querida llamada Hollywood. Mujeres retocadas, mujeres obsesionadas con gastar más que sus amigas, mujeres que acuden a tiendas donde incluso las dependientas tienen caras artificiales. Pero ellas no son unas cualquieras, ellas están casadas o forman parte del establishment local. No son mindundis. Resulta, por lo tanto, interesante ver la obsesión estética de la costa oeste de Estados Unidos. Un lugar donde la belleza es un activo muy real, donde se considera que en cierto modo es un reflejo del interior. Pero también es un curioso ejercicio dentro de la televisión contemporánea.
Puede que esté semi-guionizada, que las metan en una bodega para que pierdan la compostura, los papeles y el respeto, pero siempre trascienden detalles de verdad. Como que, por ejemplo, si conviertes tu vida en un escaparate, esa imagen que quieres proyectar (y que al principio quizá no eras) puede acabar por comérsete. Porque, por más que queramos pensar que todo es una farsa, la obsesión de todas ellas por gobernar su superficial mundo siempre acaba acompañándose de algún hecho que ninguna de ellas esperaba que saliera a la luz.
En la primera temporada, se trató de Camille Grammer y su divorcio. Mientras ella grababa los episodios, Kelsey Grammer (sí, ‘Frasier’) preñaba a una stripper en Nueva York. Después, Taylor se emborrachó, sus amigas revelaron ante las cámaras que su marido la maltrataba y poco después Russell Armstrong se suicidó. No podía hacer frente a su imagen pública, después de estas acusaciones y de haber estafado a sus clientes. Y en su tercera temporada a una de ellas le volvió a salir el tiro por la culata. Adrienne Maloof, co-propietaria de un equipo de la NBA y de un casino de Las Vegas, amenazó con denunciar al canal si emitía las declaraciones de una de las protagonistas del programa, que afirmaba que había tenido sus hijos mediante una madre de alquiler (en contra de lo que ella había intentado hacer creer). Ni quiero imaginarme qué hizo para evitar que esta verdad saliera a la luz cuando debía estar embarazada, y encima fue psicotrópico ver toda una temporada alrededor de un conflicto que no podía mencionarse por miedo a las represalias judiciales (silenciaban cada alusión). La nada más absoluta convertida en un Watergate.
Demuestra hasta qué punto la fama tiene un precio y que todas ellas en algún momento u otro deben pagarlo. Suele dar mejores frutos procurar tener una vida digna que esforzarse en vender que la tienes. Y encima todas ellas son expertas a la hora de soltar frases paródicas, hirientes o divertidas. Viven bajo la filosofía expresada por una de ellas de “no puedes ser nunca demasiado joven, demasiado delgada o demasiado rica”. Algo que podría decir alguno de los extras del Capitolio de ‘Los Juegos del Hambre’ pero que tiene otra dimensión cuando se trata de un personaje real. Lo cual hace que sea tan atroz, como divertido, conceptual y horrible. Y muy pero que muy entretenido. Kareem Abdul Jabbar las comparó con las latas de sopa Campbell de Andy Warhol y no se quedaba corto.
4 comentarios:
Es una inocentada verdad?? Por favor dime que sí.
Este reality si es una buena muestra de un tipo de sociedad...pero Duck Dinasty que es tambien una muy buena muestra de otro tipo de sociedad seguro q no aparecerá por aquí, no ?
Muy bien, muy bien. Yo me vi las tres primeras temporadas a principio de año y fue de lo mejor. Adictivo. Estas mujeres si saben hacer DRAMA (si, con mayúscula)
Eloi, lo siento pero no...
Jose Daniel, la ventaja que tienen 'The RH of Beverly Hills' por encima de 'Duck Dynasty' es que Andy Coen no siente la necesidad de redimirlas. Si puede despellejarlas, así lo hace. En cambio, DD es un producto mucho más amable... Puede que funcione como programa, pero ahora mismo me provoca repulsión tras la polémica de Phil Robertson.
Ale, la tercera temporada es una locura, directamente.
Publicar un comentario