Es una lástima que en unos meses Leslie Knope pueda estar mordiendo el polvo. Esta señorita se merecía mejor suerte tanto en la política como en televisión, aunque parte de la culpa fue de los suyos, los que llevaron a cabo su primera campaña de promoción. Dan Goor y Michael Schur querían ser algo parecido a ‘The Office’, no gustaron y tuvieron que darle un lavado de cara para la segunda temporada. Quizá más ojos se hubiesen quedado con ella si no hubiesen visto lo mala que era al principio. Pero también existe la posibilidad que una serie optimista sobre unos tipos algo raros en un ayuntamiento local no pudiera ser un éxito de los buenos, como los físicos universitarios o los Dunphy. Todo puede ser y, si somos sinceros, seis temporadas son muchos episodios, son propias de una serie longeva, son para estar agradecido.
Esta última temporada, no obstante, está siendo un curioso ejercicio por parte de los guionistas y me resulta muy divertida una teoría que me contaron hace algún tiempo y que tiene todo el sentido del mundo: que cuando Leslie Knoppe se enfrentaba a los ciudadanos de Pawnee que quieren echarla del consejo local, en realidad ‘Parks’ está hablando de los espectadores que pasaban de ver la serie y que provocarán que efectivamente sea echada de la programación. Una teoría loca pero que encaja. ¿Por qué se iban a meter en semejante trama después de lo satisfactorio que fue ver a Leslie recompensada y votada para entrar en política?
En los demás ámbitos los personajes de ‘Parks’ están viviendo de las rentas de sus buenos actos. No existe el conflicto, no hay nuevas amistades que trazar. Está siendo un ‘happy place’ en toda regla y no lo digo en el mal sentido. Así se pueden explorar ideas tan absurdas como la oficina de contabilidad donde Ben debería pasarse el resto de su vida, derriten cada vez que April hace algo bueno por los demás o divierte con situaciones como Leslie ‘la filibustera’. Es una comedia sin ninguna otra pretensión que hacernos felices durante veinte minutos, más que hacernos reír.
Lo único que le podremos recriminar cuando se despida es que Donna no haya tenido más minutos. Desde que arrancó la serie Retta no hace otra cosa que robar escenas y aun así no le dan más momentos para brillar, ni desarrollan su personaje en un secundario de primera como los demás (menos Gerry, que está en la misma situación). Ojalá en el episodio final, que podría ser esta temporada, reconozcan la labor de estos dos y les incluyan en los créditos iniciales. Creo que me haría saltar la lagrimilla. Sería un acto de justicia.
Eso sí, no la demos todavía por muerta incluso sabiendo que Rashida Jones y Rob Lowe se largan un día de estos de Pawnee. La jueves de la NBC están muertos y, como no se atreven a quitar las comedias, nunca se sabe si la guardarán en la recámara como están haciendo estos años con ‘Community’, que emiten cuando alguna serie fracasa de forma estrepitosa. Aunque la campaña anti-Leslie Knope ya sabemos cómo acabó. Esperemos que la cancelación de 'Parks' no acabe siendo una especie de retorcida broma. ¿O sería magistral?
P.D.Podcast: ‘Yo disparé a J.R.’ vuelve a su emisión semanal, después del Especial 2013, y toca analizar las novedades seriéfilas además de algunos regresos y despedidas:
0’: Introducción.
3’: ‘Killer Woman’, la serie producida por Sofia Vergara.
14’: ‘Intelligence’, ¿puede ir a más?
27’: El irregular regreso de ‘Community’.
42’: ‘Sherlock’ resucita. Análisis de la tercera temporada.
55’: El especial de Navidad de ‘Downton Abbey’ (con spoilers).
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