lunes, 17 de febrero de 2014

Cojamos 'House of Cards' con pinzas

‘House of Cards’ es esa serie escrita para ser televisión de calidad, de la del cable, aquella televisión que algunos creen que es el buen (y único) camino. Una perspectiva que debe mearse en los principios de ‘The Good Wife’ por no ir de inteligente, serlo mucho más y ser extraordinariamente entretenida de paso. Pero la cuestión es hablar de la serie de Kevin Spacey porque vuelve a estar de moda. Los trece episodios de la segunda temporada ya están a disposición de todos y empieza la carrera. ¿Quién será el primero en terminarla? Seguramente, yo no.

Este invierno comenté que su primer año acabó gustándome, casi contra pronóstico. Le tenía algo de manía por su pedante concepción, por esa cuarta pared y por lo comentada que fue. No reinventó la televisión como algunos hacían creer: sí, el público tenía toda la temporada de golpe porque es de Netflix pero los episodios eran convencionales. Podrían emitirse tal cual en HBO o AMC, al igual que podrían hacerlo los de ‘Orange is the new black’. Vamos, que su producción no es distinta, ni creativamente retan lo que entendíamos por serie de televisión, por lo menos si le quitamos su distribución. Pero, como decía, acabó gustándome porque la trama se agilizó y encontré un clavo al que agarrarme, ese congresista llamado Peter Russo y que era todo corazón.

A partir de aquí hablaré con spoilers pero solamente del 2x01.

Con este segundo año, por lo tanto, tenía mis dudas. Russo fue asesinado en el asiento de su coche y la serie perdió ese personaje moral y humano por el que sentir simpatía. Por inteligente que sea Frank Underwood, es tan engreído como irritante. Y también surgía otra pregunta: ¿cómo aguantaría la trama de Zoe Barnes averiguando la verdad si tendríamos una tercera temporada (así lo anunció Netflix) y por lo tanto no podía coger mucha carrerilla? Pues ya lo sabemos: no pasaría nada porque esa ambiciosa y sexualmente liberada periodista acabaría bajo las ruedas de un metro.

Este punto de inflexión que los seguidores de la original británica ya conocían también es una demostración del terreno en el que juega ‘House of Cards’. Puede que esté siendo un entretenimiento digno pero no juega en la liga de las grandes, no tanto por una cuestión de calidad técnica como de verosimilitud. El giro pertenece mucho más a ‘Scandal’, donde a Shonda Rhimes le daría igual que un vice-presidente matase a una chica inocente en un sitio público en hora punta, que a una serie que quiere prestigio. Pero las formas, el nombre de David Fincher y Kevin Spacey engañan.

Por lo tanto, hablemos de ‘House of Cards’ desde el relativismo. Está bien pero no tanto. Y no sé hasta qué punto puede aspirar a ser una serie tan decente como apuntaba el final de su primera temporada. Perdemos el corazón, perdemos a la antagonista potente que hemos visto crecer y madurar, y nos quedamos con un protagonista infalible que siempre se sale con la suya y que nadie parece calar en Washington. Como dicen algunos críticos yanquis, se echa de menos que tenga un rival a su altura, como si a la serie se les hubiese olvidado algo de equilibrio. No tiene tanta gracia ver a un tipo despreciable salirse con la suya un día sí y otro también.

A menos, claro está, que la serie esté construyendo al personaje de Claire Underwood como enemigo vital de Frank. Este sería un desarrollo muy interesante. Es tan turbia como elegante y sin escrúpulos. Robin Wright jamás ha estado mejor. Y, mejore o empeore ‘House of Cards’, ella será una razón de mucho peso para seguir viéndola. Siempre desde la comprensión que no es una serie tan buena como cree ser, como debería y como podría permitirse.

P.D.Podcast: De esta llegada hablamos en el último programa de ‘Yo disparé a J.R.’, donde avisamos de spoilers cada vez que vamos a entrar en terreno pantanoso. Aquí tenéis el programa:
- 0’: Introducción.
- 4’: Los dramas de Amazon: ‘Bosch’ y ‘The After’.
- 24’: Las comedias de Amazon: ‘Mozart in the Jungle’, ‘Transparent’ y ‘The Rebels’.
- 44’: ‘House of Cards’, arranque de temporada (spoilers hasta 2x02).
- 60’: El final de la temporada 2 de ‘Bron/Broen’ (con spoilers, claro).
- 75’: El plano-secuencia de ‘True Detective’ (análisis del episodio 1x04).

2 comentarios:

Series Anatomy dijo...

Interesante punto el de que Robin Wright se torne contra Spacey ;) La verdad es que he visto los tres primeros episodios de esta segunda temporada y pinta muy, muy bien, incluso mejor que la primera :) Aquí os dejo mi valoración de la serie ;)

http://seriesanatomy.blogspot.com.es/2014/02/el-castillo-de-naipes.html

Saludos!

herb_b dijo...

No es la unica forma de hacer television, pero si la que mas nos interesa a muchos, y es totalmente logico, el recurso del "caso de la semana", no existe por que sea la mejor forma de contarnos una historia, sino para que ese tipo de series sean mas accesibles a un publico general menos fiel, y que puede ver episodio si episodio no sin perderse demasiado. Luego ya, asumiendo que no les queda otra que usar esa estructura, habra guionistas brillantes que saquen oro de ella, no digo que no, pero no deja de ser algo forzado por el formato. Es logico que cierto tipo de espectador que si va a ver las series enteras y en orden, vea eso como un lastre, por que es que en cierto sentido lo es, les da menos libertad a los guionistas a la hora de estructurar su historia. Luego el talento es el talento, y hay series de casos que lo tienen de sobra y otras que no lo son a las que les falta, eso esta claro... pero que en pincipio partes con mucha ventaja si no estas tan obligado por el formato sobre como contar tu historia, tambien.