Las eternas promesas hay un día que deben pasar cuentas y demostrar hasta qué punto las expectativas estaban justificadas. ‘Brooklyn Nine-Nine’ probablemente era la que más tenía que demostrar por la obsesión de la crítica con ella cuando se estrenó en otoño y el Globo de Oro a la mejor comedia que ganó en invierno. Ese premio llegó pronto, cuando cualquier espectador todavía era consciente que se trataba de un trabajo en obras, y tocaba confirmar o desmentir que fuera una comedia con tanto potencial.
‘Brooklyn Nine-Nine’, ahora que ya ha terminado temporada, se puede decir que ha sido un jugador en constante ascenso. Dan Goor y Michael Schur comenzaron con la reimaginación de ‘Parks and Recreation’ como punto de partida (esa segunda temporada donde cambiaron lo patético de los personajes por lo entrañable) y a partir de allí construyeron la comedia. Una idea un tanto repetitiva para aquellos que ya veíamos a Leslie Knope haciendo de las suyas en Pawnee, sobre todo porque era una copia con los engranajes peor engrasados, pero no era un mal modelo.
Se abandonó la confrontación entre el detective Jake Peralta y el capitán Ray Holt como centro absoluto de la serie, dos éticas laborales opuestas, y se forjó una dinámica coral bastante simpática. Los resultados, cómo no, han sido bastante dispares porque no siempre todos los personajes encajan a la primera. Peralta y Boyle han funcionado a la perfección (este último debe ser el personaje revelación de la serie y Joe Lo Truglio hace un fantástico trabajo), Gina tiene un papel loco que la serie agradece en pequeñas dosis (es la Donna de la serie, vamos) y la muy antipática detective Diaz resulta bastante divertida, si bien su retrato es bastante simple y no siempre es creíble cuando quieren sacar a relucir su corazoncito.
Lo que no tengo tan claro, en cambio, es que sepan qué hacer con Andre Braugher. Con él repiten la misma broma una y otra vez. Y con Amy Santiago y Terry más de lo mismo. Ella se beneficiaría de no tener la carga romántica encima y explorar únicamente su lado cómico, y el problema de Terry es que el actor Terry Crews resulta muy forzado en cualquiera de sus escenas. Pone cara de preocupación y se supone que cualquier inseguridad tendrá gracia porque está muy mazado. No pasaría nada si fueran más allá.
Con todo esto, también es verdad que han sabido sacar provecho a las situaciones. En la comisaría pasan mil payasadas pero la dinámica de grupo funciona. Consiguen vender la idea que son una unidad de éxito a pesar de todas las peculiaridades de cada uno, empezando con Peralta, que siempre despertará dudas acerca de la sobreactuación de Andy Samberg (¿demasiado o en la justa medida? Yo diría lo primero).
Pero incluso habiéndose forjado una identidad aparte de ‘Parks and Recreation’, las similitudes siguen siendo muchas (sólo hace falta ver a Hitchcock y Scully, que son un desdoblamiento de Gerry) y en comparación de momento palidece. La segunda temporada que el canal FOX encargó, no obstante, se agradece y aquí estaré para comprobar si sigue mejorando o si se queda en una comedia correcta (que es suficiente) pero tampoco sobresaliente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario