miércoles, 30 de abril de 2014

La mayoría silenciosa de la TV americana

La industria televisiva americana es bastante cruel con la gente mayor. Es un negocio que funciona por la publicidad y las empresas que invierten en anuncios suelen buscar un público muy concreto. Se trata de los adultos de 18 a 49 años, a los que se supone que es más difícil llegar y que están más dispuestos a consumir y cambiar de marca. ¿Qué comporta esto? Pues que haya proyectos que jamás saldrán a la luz porque sus protagonistas están en la tercera edad.

Si alguien propusiese hoy en día el proyecto de ‘Las Chicas de Oro’ a un canal, los ejecutivos dejarían de escuchar en mitad de la presentación. Seguro que les parecería delirante el punto de partida y probablemente se reirían con un teaser, pero rechazarían la comedia con un simple argumento: cuatro señoras tan mayores sobre todo atraerían a señoras de la misma edad. Así no podrían rentabilizar los espacios publicitarios y por lo tanto no tendría sentido desde un punto de vista financiero. Y nos perderíamos esa serie que tanto impacto tuvo en la cultura norteamericana.

Este razonamiento es el que impide que hoy en día haya series protagonizadas por gente mayor en Estados Unidos. Sí, hay actores de más de sesenta años con trabajo en series de éxito (Mark Harmon, Jessica Lange) pero su edad se ve compensada por un reparto bastante más joven. Es la desventaja de la televisión con respecto al cine, donde Hollywood se atreve a producir películas con Morgan Freeman y Jack Nicholson porque los ingresos son más directos. Una entrada tiene un precio y, mientras alguien las compre, da igual la edad que tengan los consumidores.

Fijémonos, por ejemplo, en algunos proyectos que sonaron en estos últimos años. La NBC quería encargar un remake de ‘Se ha escrito un crimen’ pero su protagonista no iba a ser una viuda menopáusica. El papel de Angela Lansbury (que tenía 59 años cuando arrancó la original) iba a ser interpretado por Octavia Spencer (43 años). ¿Y qué pasó con el posible spin-off de la señora McCluskey de ‘Mujeres Desesperadas’? Pues que Kathryn Joosten y Lily Tomlin no iban a atraer el público deseado, por más que fueran divertidísimas y el creador Marc Cherry hubiera trabajado precisamente en ‘Las Chicas de Oro’.

Por esto resulta interesante que Netflix se haya embarcado a producir una comedia como ‘Grace and Frankie’ con Tomlin y Jane Fonda en los papeles principales. Está escrito por Marta Kauffman (‘Friends’), el piloto lo dirigirá Tate Taylor (‘Criadas y Señoras’) y tendrá como protagonistas a amigas cuyos maridos las abandonan para casarse entre ellos. Pero lo que llama la atención es que su reclamo principal son dos actrices de más de setenta años mientras todavía no se sabe si habrá secundarios potentes jóvenes.

En televisión existen series con medias de edad muy altas, sí, pero también suelen ser series muy vistas que venden a los anunciantes la porción de público joven que las siguen. Los canales no ven ni un duro por la gente mayor de sesenta años que ve sus ficciones. Por esto resulta refrescante que Netflix apoye este nicho tan mayoritario. Ellos que se lo pueden permitir, ya que no funcionan por ingresos publicitarios sino por los pagos de los suscriptores, están bien que abastezcan esta demanda.

1 comentario:

Diego del Pozo dijo...

Mientras tanto en Reino Unido, después del éxito de The Last Tango in Halifax, ahora mismo en emisión hay varias comedias/dramas protagonizados por mujeres de avanzada edad.

Imagino que esta tendencia no ha pasado desapercibida en Netflix a la hora de encargar Grace and Frankie, aunque de todas maneras, me sigue chocando que hayan apostado por una serie de este perfil.

¡Saludos!