jueves, 31 de julio de 2014

Si no te conociese, te recomendaría

USA Network, el canal que antes reinaba en verano en Estados Unidos, ahora está en horas bajas. Como si se tratase de un castillo de naipes, su programación se derrumbó cuando Michael Westen abandonó sus misiones, pero ‘Burn Notice’ no tiene la culpa. Cuando se fue, todas las antiguas reinas de audiencia ya habían ido perdiendo fuelle, desde ‘White Collar’ a ‘Royal Pains’ pasando por ‘Suits’, que tiene algo más de prestigio. ¿Y por qué este colapso?

La televisión, como bien sabemos, es totalmente impredecible. Se puede buscar razones y desarrollar argumentos a posteriori pero nadie podía vaticinar que esto ocurriría. Ahora que todas están marcando mínimos, me atrevería a decir que es cansancio. Durante años ellos vendieron la idea que los personajes con carácter eran bienvenidos en su parrilla pero en realidad sus series tenían todo menos carácter. Se las reconocía, eso sí es cierto, pero precisamente por su capacidad de tener protagonistas correctos en fórmulas muy ligeras, ya fuesen casos médicos, legales, policiales, de espías (‘Covert Affairs’) o psicológicos (‘Necessary Roughness’).

Esta fórmula, según demuestran las audiencias, está haciéndoles fallida. Decían que ‘Graceland’ era la deriva oscura del canal, por eso de ser policías encubiertos, pero ni en broma calificaría esa serie de dura y moralmente ambigua. Este año, en cambio, tenemos ‘Rush’ y ‘Satisfaction’, una de médicos y otra de algo totalmente distinto. Y no quiero entrar en detalles porque precisamente en mi caso fue una grata sorpresa encontrarme con algo inesperado.

Su presentación es un episodio de una hora de duración. Me gusta que los canales últimamente vuelvan a la moda de emitir pilotos más largos, sobre todo porque así seguro que no resultan atropellados aunque tienen la contrapartida que no son del todo representativos del que será la serie (ni en cuarenta minutos lo serían, que conste, ya que muchas veces cuentan el punto de inflexión en la vida de los personajes).

‘Satisfaction’ aprovecha ese tiempo para contar el cambio de mentalidad de un hombre que se siente insatisfecho con su vida. Es agente de bolsa, tiene un sueldo indecente y un estilo de vida por todo lo alto pero siente que le falta algo. Y su mujer, acostumbrada a pasar desapercibida dentro de casa, más de lo mismo. Ella le engaña con otro y la serie, más que juzgarla, la pone en un segundo plano y la prepara de cara a otro viaje de satisfacción personal. Hacia donde empujará el protagonista su propia vida, mejor descubrirlo uno mismo.

¿Pero hasta qué punto este interesante punto de partida, de reflexión personal, puede estar en constante desarrollo? La idea que reside en ‘Satisfaction’, la de analizar hasta qué punto las convenciones sociales y la rutina nos hacen olvidar nuestra finalidad en la vida (la felicidad) y si es posible resarcirse sin cortar por lo sano con todo (la mujer y su hija, que sí le necesita), pues tiene potencial.

Ojalá me sorprendiese y por primera vez USA Network pusiese más interés en el personaje central y el coherente desarrollo de este. Si así fuese, recomendaría su visionado. Pero me temo tanto que dará prioridad a la aplicación de una fórmula semanal, que no puedo. La (mala) experiencia es lo que tiene.

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