Lo mío con ‘The Big Bang Theory’ no es amor, es directamente obsesión. Como si fuera Sheldon Cooper intentando encontrar el sentido a una convención social, me puse como objetivo entender porqué Jim Parsons, Johnny Galecki y Kaley Cuoco podían llegar a cobrar un millón de dólares por episodio. Lo que no esperaba es que desarrollase una adicción en estos meses tan perezosos.
Las emisiones en televisión hicieron que tuviera una mala disposición con los físicos. Habrá quienes disfruten con su doblaje pero era incapaz de reírme con una sola broma de Sheldon, quien supuestamente era la joya de la ficción. Pero fue ver la serie en versión original y esta manía desapareció. Lo que me resultaba pedante ahora se me antoja hilarante y así llevo más de tres temporadas en menos de un mes.
Entiendo aquellos que argumentan que el aumento del millón de dólares depende casi exclusivamente de Jim Parsons, si bien no lo comparto del todo. Él es el 50% de la ficción. Chuck Lorre y Bill Prady tuvieron una muy buena idea y crearon un buen personaje, entendiendo el público al que se dirigían sin despreciar el espectador medio.
Pero es la interpretación de Parsons la que lleva la serie a otro nivel, la que permite que todas las escenas funcionen siempre y cuando él esté en el plano. Ahora entiendo (y comparto) un Emmy, el otro, el otro y el último. Los actores con una vis cómica tan bien explotada aparecen muy de vez en cuando en televisión y, cuando están allí, hay que apreciarlos y reverenciarlos. Sería también el caso de Julia Louis-Dreyfus en ‘Veep’.
A los guionistas, por defecto (y porque lo merecen), hay que atribuirles probablemente un 25% del éxito. No existe un cómico que se pueda lucir si no tiene un material semi-decente delante (claro que esa risa de Sheldon, sus tics y su pedantería-reconvertida-en-carisma son todo cosa suya). Y, en realidad, la efectividad cómica de ‘The Big Bang Theory’ permite que se le perdone un error de base que pasa a no importar. ¿Cuántos episodios parecen inacabados? Destinan tanto tiempo a teorías físicas y razonamientos estúpidos (ellos y sus discusiones de ciencia ficción) que se quedan sin tiempo de rematar las pequeñas tramas episódicas, que no suelen tener continuación.
¿Pero y qué peso tienen Kaley Cuoco y Johnny Galecki en todo esto? Pues menor y, en el caso de Galecki, nulo (0%). Leonard no es el personaje más agradecido del planeta pero la falta de talento de este señor no tiene nombre. Mientras que Parsons creó un gran personaje, él se conformó con mirar hacia arriba y tocarse las manos como si fuera un niño tonto. Diría que en sesenta episodios todavía no ha habido una escena que me haya hecho gracia por su actuación.
Pero Kaley es otro tema porque una comedia sólo es buena en la medida que los actores funcionen y ella consigue encajar donde sea. No es fácil ser la chica mona y a la vez resultar divertida, pero combina atractivo con adorabilidad y gracia, y no hay dinámica mejor engrasada que las escenas entre Penny y Sheldon. Me recuerda demasiado a Jennifer Aniston porque no había visto una actriz con un perfil tan similar salirse tan bien con los guiones cómicos (ahora nos parece una norma cuando realmente las chicas guapas no son lo más divertido de una serie). Por esto Cuoco se merece un 20% porque también contribuye a que sus escenas funcionen.
¿Y qué queda entonces? ¿Un 5% del éxito de ‘The Big Bang Theory? Pues hay que atribuírselo a Simon Helberg porque su Howard fue el robaescenas de las primeras temporadas, cuando todavía no se pasaba de rabioso con tanto grito (y Raj es otro 0% como Galecki). Más adelante, supongo, sentiré la necesidad de darle un pequeño porcentaje a Mayim Bialik porque llevo pocos episodios con Amy Farrah Fowler y ya noto que apunta maneras. Sea como sea, me están divirtiendo mucho este verano que me había quedado sin comedias para ver. Hasta he empezar ‘Friends’ de nuevo, claro que eso ya se merece otra entrada.
Las emisiones en televisión hicieron que tuviera una mala disposición con los físicos. Habrá quienes disfruten con su doblaje pero era incapaz de reírme con una sola broma de Sheldon, quien supuestamente era la joya de la ficción. Pero fue ver la serie en versión original y esta manía desapareció. Lo que me resultaba pedante ahora se me antoja hilarante y así llevo más de tres temporadas en menos de un mes.
Entiendo aquellos que argumentan que el aumento del millón de dólares depende casi exclusivamente de Jim Parsons, si bien no lo comparto del todo. Él es el 50% de la ficción. Chuck Lorre y Bill Prady tuvieron una muy buena idea y crearon un buen personaje, entendiendo el público al que se dirigían sin despreciar el espectador medio.
Pero es la interpretación de Parsons la que lleva la serie a otro nivel, la que permite que todas las escenas funcionen siempre y cuando él esté en el plano. Ahora entiendo (y comparto) un Emmy, el otro, el otro y el último. Los actores con una vis cómica tan bien explotada aparecen muy de vez en cuando en televisión y, cuando están allí, hay que apreciarlos y reverenciarlos. Sería también el caso de Julia Louis-Dreyfus en ‘Veep’.
A los guionistas, por defecto (y porque lo merecen), hay que atribuirles probablemente un 25% del éxito. No existe un cómico que se pueda lucir si no tiene un material semi-decente delante (claro que esa risa de Sheldon, sus tics y su pedantería-reconvertida-en-carisma son todo cosa suya). Y, en realidad, la efectividad cómica de ‘The Big Bang Theory’ permite que se le perdone un error de base que pasa a no importar. ¿Cuántos episodios parecen inacabados? Destinan tanto tiempo a teorías físicas y razonamientos estúpidos (ellos y sus discusiones de ciencia ficción) que se quedan sin tiempo de rematar las pequeñas tramas episódicas, que no suelen tener continuación.
¿Pero y qué peso tienen Kaley Cuoco y Johnny Galecki en todo esto? Pues menor y, en el caso de Galecki, nulo (0%). Leonard no es el personaje más agradecido del planeta pero la falta de talento de este señor no tiene nombre. Mientras que Parsons creó un gran personaje, él se conformó con mirar hacia arriba y tocarse las manos como si fuera un niño tonto. Diría que en sesenta episodios todavía no ha habido una escena que me haya hecho gracia por su actuación.
Pero Kaley es otro tema porque una comedia sólo es buena en la medida que los actores funcionen y ella consigue encajar donde sea. No es fácil ser la chica mona y a la vez resultar divertida, pero combina atractivo con adorabilidad y gracia, y no hay dinámica mejor engrasada que las escenas entre Penny y Sheldon. Me recuerda demasiado a Jennifer Aniston porque no había visto una actriz con un perfil tan similar salirse tan bien con los guiones cómicos (ahora nos parece una norma cuando realmente las chicas guapas no son lo más divertido de una serie). Por esto Cuoco se merece un 20% porque también contribuye a que sus escenas funcionen.
¿Y qué queda entonces? ¿Un 5% del éxito de ‘The Big Bang Theory? Pues hay que atribuírselo a Simon Helberg porque su Howard fue el robaescenas de las primeras temporadas, cuando todavía no se pasaba de rabioso con tanto grito (y Raj es otro 0% como Galecki). Más adelante, supongo, sentiré la necesidad de darle un pequeño porcentaje a Mayim Bialik porque llevo pocos episodios con Amy Farrah Fowler y ya noto que apunta maneras. Sea como sea, me están divirtiendo mucho este verano que me había quedado sin comedias para ver. Hasta he empezar ‘Friends’ de nuevo, claro que eso ya se merece otra entrada.
2 comentarios:
No quiero influenciar demasiado en lo que te queda por ver, pero para mí hay un momento mágico en que Kely Cuoco abraza totalmente el personaje y ese 20% que apuntas sube bastante. Curiosamente, es cuando la sacan de la órbita Leonard y la hacen interactuar más con Sheldon y las chicas.
No sé si tiene algún nombre técnico cuando los actores de sit com tienen que aguantar plano mientras otros dos se dan la réplica (ni sé si me acabo de explicar xD). Pero es que me encanta ver cómo a duras penas se aguanta la risa, al borde de salirse de personaje. Con Mayim Bialik pasa un poco lo mismo. Y lejos de irritarme me hace pensar que si se lo pasan tan bien consiguen hacérmelo pasar bien a mí.
Es la primera vez que leo este blog y comulgo bastante con las opiniones de las series que aquí se expresan, (me da mucha envidia todo lo que te queda por disfrutar de TBBT) pero ver series dobladas mata gatitos y lo sabes
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