Las tendencias en Estados Unidos van por rachas. Cambian los referentes y, por ejemplo, este año notamos la influencia de los éxitos de ‘Scandal’ y ‘Homeland’ en series como ‘Madam Secretary’ y ‘State of Affairs’, mientras que el género dramático ha ganado presencia. Cuando ‘New Girl’ y ‘2 Broke Girls’ se estrenaron hace tres años hicieron pensar que la comedia era el género por antonomasia, el que aguantaba mejor al público en directo, pero el éxito de las series de Shonda Rhimes y de ‘The Blacklist’ el año pasado demuestran que los dramas todavía tienen tirón. Sólo hace falta ver cuál es el mejor estreno a nivel de audiencia de la temporada: ‘How to get away with murder’, que ahora ha estrenado AXN con el nombre de 'Cómo defender a un asesino'.
La serie, como ya comenté tras su piloto (no sé si aquí, en ¡Vaya Tele! o el podcast, es heredera de ‘Scandal’ en el factor “oy-oy-oy” y también es una copia bastante barata de ‘Damages’. Viola Davis está más perdida en el personaje de Annalise Keating de lo que debería, con unas escenas llorando desconsoladamente a moco tendido que no terminan de encajar con su faceta de tiburón de los tribunales, pero probablemente le caerá la nominación al Emmy por una cuestión de nombre. Si a los votantes les gusta Kerry Washington y han premiado a Joe Morton por hacer de padre de Olivia Pope, cualquier cosa es posible. La pregunta es si estarán nominadas Viola y Kerry o si una le quitará el hueco a la otra, lo cual quedaría bastante racista. Sería como decir “hay cuota de una negra por categoría, señoras” aunque yo no metería ninguna de las dos porque ambas están para abuchearlas durante el rodaje.
El problema de ‘How to get away with murder’ es que si quiero una serie legal con un caso de fondo, me pongo otra vez ‘Damages’. Ese universo basaba el interés de la protagonista en el menos es más de Glenn Close, que hacía alarde de su contención, maldad y que asesinaba con esas miradas, y tenía en Rose Byrne a una alma inocente corrompida que ayudaba a seguir las tramas con simpatía. Bueno, y desvelaban las piezas del puzzle con gracia, guardándose siempre un as en la manga pero sin aburrir con los anticipos que repetían una y otra vez (las puertas de ese ascensor las tengo grabadas en mi memoria con mucho cariño). En el bufete de Annalise, en cambio, aburren con una repetición de escenas que aportaron casi nada la mayoría de las veces y que no eran lo suficientemente enigmáticas como para ayudar a crear una atmósfera.
Probablemente lo único bueno que ha tenido la serie en su temporal recorrido, que seguirá en enero con los últimos seis episodios, es el tratamiento natural de Shonda Rhimes de la condición de las personas. Peter Nowalk siguió su costumbre de elegir el reparto sin tener en cuenta el color de los actores y el personaje de Connor es un ejemplo de como tratar con naturalidad la homosexualidad. Como escribí en La Vanguardia, la filosofía es la siguiente: si en ‘Scandal’ puedes escribir escenas tórridas entre Olivia y el Presidente de los Estados Unidos, debes permitirse las mismas licencias con un gay y sus sujetos sexuales. Esto es un punto muy a favor para ‘How to get away with murder’, por lo menos a mí que me incumbe el tratamiento de la homosexualidad en televisión.
Estas ganas de romper con las limitaciones de las generalistas, que pecan de conservadoras (¿recordáis el tiempo que tardaron Cam y Mitch en darse un beso en ‘Modern Family’?), también han provocado algunas elecciones horribles. Este drama es feísimo de ver por la decoración del despacho, el color de los flash-forwards y la fotografía en general, pero lo llevaron al extremo con una escena de sexo en particular. ¿De quién fue la idea de intercalar escenas de sexo con la autopsia de un cadáver? Eso no es transgresor, eso simplemente no tiene ningún sentido, es asqueroso y empaña lo que debía ser una escena bonita (hubiera tenido sentido, por ejemplo, si fuera Annalise acostándose con su repulsivo marido, pero no con los dos tortolitos que presenciamos).
Pero, como ‘How to get away with murder’ tendrá solamente 15 episodios esta temporada, no me desengancharé. Es una de esas series que tengo que ver entera en su primer año porque es un fenómeno y para ver como cierran las tramas. Y puede dar gracias a Viola Davis, no por su pésimo trabajo, sino por aceptar interpretar el papel bajo la condición que la temporada sea más corta. Le sentará fenomenal. Otra cosa es que el resultado final seguramente no estará a la altura del talento de Viola (o del talento que creíamos que tenía).
La serie, como ya comenté tras su piloto (no sé si aquí, en ¡Vaya Tele! o el podcast, es heredera de ‘Scandal’ en el factor “oy-oy-oy” y también es una copia bastante barata de ‘Damages’. Viola Davis está más perdida en el personaje de Annalise Keating de lo que debería, con unas escenas llorando desconsoladamente a moco tendido que no terminan de encajar con su faceta de tiburón de los tribunales, pero probablemente le caerá la nominación al Emmy por una cuestión de nombre. Si a los votantes les gusta Kerry Washington y han premiado a Joe Morton por hacer de padre de Olivia Pope, cualquier cosa es posible. La pregunta es si estarán nominadas Viola y Kerry o si una le quitará el hueco a la otra, lo cual quedaría bastante racista. Sería como decir “hay cuota de una negra por categoría, señoras” aunque yo no metería ninguna de las dos porque ambas están para abuchearlas durante el rodaje.
El problema de ‘How to get away with murder’ es que si quiero una serie legal con un caso de fondo, me pongo otra vez ‘Damages’. Ese universo basaba el interés de la protagonista en el menos es más de Glenn Close, que hacía alarde de su contención, maldad y que asesinaba con esas miradas, y tenía en Rose Byrne a una alma inocente corrompida que ayudaba a seguir las tramas con simpatía. Bueno, y desvelaban las piezas del puzzle con gracia, guardándose siempre un as en la manga pero sin aburrir con los anticipos que repetían una y otra vez (las puertas de ese ascensor las tengo grabadas en mi memoria con mucho cariño). En el bufete de Annalise, en cambio, aburren con una repetición de escenas que aportaron casi nada la mayoría de las veces y que no eran lo suficientemente enigmáticas como para ayudar a crear una atmósfera.
Probablemente lo único bueno que ha tenido la serie en su temporal recorrido, que seguirá en enero con los últimos seis episodios, es el tratamiento natural de Shonda Rhimes de la condición de las personas. Peter Nowalk siguió su costumbre de elegir el reparto sin tener en cuenta el color de los actores y el personaje de Connor es un ejemplo de como tratar con naturalidad la homosexualidad. Como escribí en La Vanguardia, la filosofía es la siguiente: si en ‘Scandal’ puedes escribir escenas tórridas entre Olivia y el Presidente de los Estados Unidos, debes permitirse las mismas licencias con un gay y sus sujetos sexuales. Esto es un punto muy a favor para ‘How to get away with murder’, por lo menos a mí que me incumbe el tratamiento de la homosexualidad en televisión.
Estas ganas de romper con las limitaciones de las generalistas, que pecan de conservadoras (¿recordáis el tiempo que tardaron Cam y Mitch en darse un beso en ‘Modern Family’?), también han provocado algunas elecciones horribles. Este drama es feísimo de ver por la decoración del despacho, el color de los flash-forwards y la fotografía en general, pero lo llevaron al extremo con una escena de sexo en particular. ¿De quién fue la idea de intercalar escenas de sexo con la autopsia de un cadáver? Eso no es transgresor, eso simplemente no tiene ningún sentido, es asqueroso y empaña lo que debía ser una escena bonita (hubiera tenido sentido, por ejemplo, si fuera Annalise acostándose con su repulsivo marido, pero no con los dos tortolitos que presenciamos).
Pero, como ‘How to get away with murder’ tendrá solamente 15 episodios esta temporada, no me desengancharé. Es una de esas series que tengo que ver entera en su primer año porque es un fenómeno y para ver como cierran las tramas. Y puede dar gracias a Viola Davis, no por su pésimo trabajo, sino por aceptar interpretar el papel bajo la condición que la temporada sea más corta. Le sentará fenomenal. Otra cosa es que el resultado final seguramente no estará a la altura del talento de Viola (o del talento que creíamos que tenía).
1 comentario:
a mi en particular me gusta como estan manejando a annalise, porque da a entender que no es tan dura y mandona como quiere aparentar, que en realidad es debil y lo que muestra a las personas es una tapadera, que por dentro sigue siendo insegura, debil y por lo que hemos visto llorona xD.
y me encanta connor tiene mas dimensiones o capaz que lo que deja ver
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