lunes, 1 de diciembre de 2014

Un valle poco alegre

Hay algo en la realización de las series británicas que te da a entender que están rodadas con el fin de trascender las fronteras del país o que están orientadas al mercado interno. Bueno, se distinguen por si tienen una fotografía más o menos cuidada, por lo fuertes que sean los acentos de los protagonistas y, sobre todo, por si el costumbrismo tiñe cada escena. Pero esto cada vez tiene menos importancia porque, como tanto los americanos como el resto del mundo sabe que se desarrollan cosas muy interesantes en las islas, siempre hay alguien con un ojo avizor que lo ve todo por si acaso y acaba recomendando.

En primavera sucedió con ‘Happy Valley’, que de repente obsesionó a la crítica americana y tuvo un correcto boca oreja por las redes sociales. Ahora que se acerca el fin de año y que me enfrento a las clásicas listas de lo mejor del año, le he dado una oportunidad para saber si tendría cabida allí o no, y lo que sí puedo adelantar es que entiendo el entusiasmo. Es una serie policíaca muy convincente y un drama familiar muy potente. Y el hecho de que no tuviera previsto exportarse como si fuera ‘Downton Abbey’, la verdad, tiene poca importancia si el resultado es este.

‘Happy Valley’, para aquellos que todavía no la hayáis visto, podríamos decir que es la versión británica de ‘Fargo’, la serie que se les adelantó por pocas semanas y con la que comparte la premisa de “hombre mediocre que la lía muy parda”. Su centro absoluto es Catherine, una buena policía que vive con su hermana drogadicta y su nieto, al que cuida desde que su hija se suicidó, mientras en su pueblo un hombre frustrado propone al mafioso local secuestrar a la hija de su jefe. Podéis imaginar que ambos personajes confluyen pero mejor ni desvelo qué relación tienen Catherine y uno de los delincuentes, algo que la serie no oculta y que podréis averiguar antes de que termine el primer episodio.

La serie, por lo tanto, no juega con la identidad de los criminales sino que crea una situación imposible, de esas que no tienen vuelta atrás, y pica la curiosidad con saber cómo terminará. Pero la ventaja es que, no solamente es inteligente en los retratos de los secuestradores, sino que Catherine es una protagonista maravillosa. Sarah Lancashire aguanta estoicamente las innumerables escenas dramáticas que tiene, las peleas, los moratones y los lagrimones, y en ningún momento ‘Happy Valley’ se convierte en una obra insoportable de tan desgraciada que es la situación de la sargento de policía. Su pátina costumbrista y la inteligencia emocional de ella impiden que sea un drama en mayúsculas, si bien la serie no quiere reírse de todo como, por ejemplo, sí hizo ‘Fargo’.

Este drama policial, de hecho, está muy en la línea de ‘Scott & Bailey’, una obra anterior de Sally Wainwright, la creadora. Allí escribía a dos detectives muy solventes y cuyos conflictos personales se trataban con el mismo tacto (una de ellas con un perfil muy similar, ni que sea porque Lancashire y Lesley Sharp tienen un parecido razonable), pero aquí da un paso adelante. Sube el listón del drama, pone en un primer plano a los delincuentes y acaba por contar algo más. Y, curiosamente, como sucedía en ‘Fargo’, tanto nos descubre la escoria que se esconde ante una situación frustrante o desesperada y como un ser supuestamente inocente se corrompe, como nos habla de la capacidad de las personas por sobreponernos a situaciones adversas y luchar por aquello en lo que creemos.

P.D. Podcast: Cuentas pendientes, avances, mucho debate sexual y ‘The Good Wife’. Aquí tenéis el programa de ‘Yo disparé a J.R.’ con su guía:
- 00’: Introducción.
- 03’: ‘Rick y Morty’ de Dan Harmon.
- 16’: ¿Qué tal avanza ‘Gotham’?
- 26’: Los finales de temporada de ‘Awkward’ y ‘Faking it’.
- 45’: ‘Transparent’, balance de temporada.
- 70’: ‘The Good Wife’, spoilers hasta el 6x10.
- 99’: Sección de preguntas de los oyentes.

1 comentario:

Instituto Unitario del Centro dijo...

Pero la ventaja es que, no solamente es inteligente en los retratos de los secuestradores, sino que Catherine es una repelis protagonista maravillosa. Sarah Lancashire aguanta estoicamente las innumerables escenas dramáticas que tiene, las peleas