“¿Para qué andarnos con rodeos?” debió pensar Marc Cherry cuando ideó la primera temporada de Mujeres Desesperadas (Desperate Housewives). Con sólo un minuto y quince segundos tuvo tiempo de presentar al personaje de Mary Alice Young y que se volara los sesos (véase aquí). Esto sí que es efectividad. Por no hablar de las cuatro protagonistas de la serie, las amigas y vecinas de la fallecida, que tuvieron tiempo de convertirse en personajes de carne y hueso en los cuarenta minutos restantes del episodio piloto. Y encima, Cherry supo desarrollar el hilo argumental de cada una de éstas además de dejar entrever un misterio por resolver.
Y es que Mujeres Desesperadas no es una serie cualquiera: es una comedia ácida que no sólo dibuja sonrisas sino que también arranca carcajadas para después entristecer y enrojecer los ojos, y a continuación poner la piel de gallina dejando sin habla. Es una serie de guión inteligente con diálogos ingeniosos a la vez que utiliza gags visuales que no desentonan con el producto. Es una estupenda banda sonora de Danny Elfman y Steve Jablonsky cuyas notas siempre se adaptan a la perfección a cada situación ya sea dramática, humorística o romántica. Es una colorida y calculada dirección artística que tiene la capacidad de convertir los escenarios en cálidos o fríos dependiendo de las necesidades del guión. Y Mujeres Desesperadas también es el logrado equilibrio entre las cuatro protagonistas, de trazos gruesos pero igualmente humanas, que además dejan hueco para un gran elenco de secundarios donde todos tienen importancia.
Y es que Mujeres Desesperadas no es una serie cualquiera: es una comedia ácida que no sólo dibuja sonrisas sino que también arranca carcajadas para después entristecer y enrojecer los ojos, y a continuación poner la piel de gallina dejando sin habla. Es una serie de guión inteligente con diálogos ingeniosos a la vez que utiliza gags visuales que no desentonan con el producto. Es una estupenda banda sonora de Danny Elfman y Steve Jablonsky cuyas notas siempre se adaptan a la perfección a cada situación ya sea dramática, humorística o romántica. Es una colorida y calculada dirección artística que tiene la capacidad de convertir los escenarios en cálidos o fríos dependiendo de las necesidades del guión. Y Mujeres Desesperadas también es el logrado equilibrio entre las cuatro protagonistas, de trazos gruesos pero igualmente humanas, que además dejan hueco para un gran elenco de secundarios donde todos tienen importancia.
Respecto a las actrices, Teri Hatcher (que ganó el globo de oro por su participación en esta primera temporada) es Susan Mayer, la patosa mujer divorciada a quien le gusta el vecino de enfrente mientras intenta averiguar por qué se suicidó su amiga. Felicity Huffman es Lynette Scavo, la madre de cuatro monstruos que no la dejan descansar ni un minuto. Eva Longoria es Gabrielle Solis, una modelo retirada y superficial que goza de los regalos de su marido y del cuerpo de su jardinero adolescente. Y Marcia Cross (en la foto) es Bree Van De Kamp, una impoluta y maniática ama de casa que parece perfecta a los ojos de todo el mundo menos a los de su familia. Y si en ningún momento he mencionado algo de sus interpretaciones es porque todas ellas cumplen perfectamente con su papel. De hecho, al verlas actuar parece que sea el papel quien se amolde a ellas, pues no parece posible que otras actrices los hubieran podido encarnar mejor. Sobretodo este es el caso de Marcia Cross, cuyo papel pueda parecer más fácil al intentar estar siempre igual de inmaculada, pero que a la hora de la verdad se enfrenta a las situaciones y escenas más duras. Asimismo, a nivel de secundarios es necesario mencionar a la roba-planos Kathryn Joosten (la Sra. McCluskey que desafortunadamente aparece en contados episodios), Nicollette Sheridan (la quinta desesperada Edie Britt), o la mayoría del sorprendente reparto infantil y adolescente.
Pero que el lector no se equivoque al ver que sólo se mencionan actrices: siendo una serie de mujeres, también es para hombres, siempre y cuando se aprecie cada matiz que ofrece. Y es que Mujeres Desesperadas se podría calificar de divertida pero dura crítica al “american way of life” del cual tanto se habla hoy en día aunque no sólo sea una aspiración estadounidense esto de triunfar en la vida. No obstante, sería injusto e insultante decir que sólo es una radiografía social porque entonces resultaría ser un producto light cuando es una serie muy conseguida.
Pero que el lector no se equivoque al ver que sólo se mencionan actrices: siendo una serie de mujeres, también es para hombres, siempre y cuando se aprecie cada matiz que ofrece. Y es que Mujeres Desesperadas se podría calificar de divertida pero dura crítica al “american way of life” del cual tanto se habla hoy en día aunque no sólo sea una aspiración estadounidense esto de triunfar en la vida. No obstante, sería injusto e insultante decir que sólo es una radiografía social porque entonces resultaría ser un producto light cuando es una serie muy conseguida.
En realidad, la primera temporada de Mujeres Desesperadas es puro entretenimiento (o mejor dicho: ENTRETENIMIENTO) desde la primera escena hasta la última, sin tener ningún bajón argumental, y consiguiendo crear tensión a la vez que se resuelven los problemas y los enigmas progresivamente y sin complejos. Es la mejor temporada de las tres que ya se han emitido (con una cuarta en camino). Y esto se puede considerar una gran alabanza teniendo en cuenta que para el aficionado de esta página Mujeres Desesperadas es la mejor serie de comedia que haya visto jamás.
Mujeres Desesperadas se emite por La 2 (TV2) y también por la Fox.
1 comentario:
Cuánta razón llevas...
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