Mischa Barton se mira pero no se toca

Mischa Barton vino a los cines Comedia de Barcelona para estrenar su película Cerrando el círculo. Y a quién le importa la película, de qué va, o que sea del oscarizado director Richard Attenborough. Pocas críticas tiene la película y casi todas son malas. La cuestión es que Mischa vino a Barcelona.

Reconozco que soy mitómano. Me fue imposible no esperar fuera de la puerta de los cines para buscar la fotografía con ella. Era Mischa, recurso constante de las revistas de moda y de revistas adolescentes. Cuando la pillaron conduciendo borracha, su fotografía salió por todas partes. Con el pelo rubio oxigenado quemado, unas ojeras bestiales y expresión decadente. Pero ella también es Marissa Cooper de O.C. Claro que sé separar realidad de ficción. Sin embargo, uno no puede dejar de pensar que nunca habría existido lo que para mí ha sido uno de los mejores personajes que he visto en televisión, sino hubiera sido por ella. La serie de familia más pija de la costa californiana tenía muchos puntos fuertes, pero Marissa tenía el qué que hizo engancharme al culebrón adolescente. Esa inestabilidad, el vodka en el café con leche de las nueve de la mañana, el poder de autodestrucción. Era de esas personas que hace sufrir, semana tras semana.

Y al verla entrar por la puerta de cristal de los cines Comedia, vi a Mischa y vi a Marissa. Tiene un andar y una forma de moverse reconocibles. Es como si toda ella se moviera por falsa modestia. Quizás es por complejo de ser tan alta, e intenta que se note tanto, porque yendo con unos zapatos planos, era prácticamente como yo. Seguramente debe hacer casi 1'80 y tiene una voz grave. Y con el pelo rubio recogido y ese vestido blanco, era angelical. En televisión, a veces puede parecer un bellezón y a veces no. Pero cara a cara, impone e indudablemente es guapa y, además, agradable. La verdad es que no hablé con ella (¿qué le dices a un famoso sin parecer estúpido?) pero sí que pude ver como trataba a la gente.

Por allí apareció una chica de ¿14 años? ¿15? y le empezó a pedir autógrafos y para hacerse una foto con ella. A la chiquilla le temblaba la voz, casi temblaba y Mischa le acarició el brazo y le dijo que se tranquilizara, que no pasaba nada, que no era ninguna molestia. Con esos enormes y expresivos ojos. Y para mí, esta clase de detalles creo que dicen mucho de una persona. Claro que tampoco soy estúpido y yo algo le dije, que no quiere decir que conversáramos exáctamente. Pero pese a hacer una entrada tan personal (por casi primera vez), no lo es tanto como para que explique por aquí cuales fueron mis palabras.

Alguien ha dicho que queda sosillo que no la toque pero... ¿como atreverse? Aquí la chica con la carne al aire, el vestidito y esa complexión delgada. Casi parece que le falte la etiqueta de frágil en la frente. No, no. Que aún se hubiera pensado lo que no era. Diferente hubiera sido que hubiera ido con anorak. Pero no fue el caso. Y con tenerla a mi lado, haciendo la pose, tengo bastante. Que es Mischa Barton. Y una chica como ella, se mira pero no se toca.