Lo único que tenía en contra era su perfección. ¿Iban a tenerle rabia los académicos de los Emmy por ser tan ególatra? No solamente creó una serie, Rockefeller Plaza (30 Rock), sino que se metió de lleno en los guiones, en las tareas de producción y, encima, se otorgó el papel protagonista. Realmente, tener manía a Tina Fey era fácil. Pero no. Los académicos han valorado, justísimamente, el gran esfuerzo de esta excelente artista que ha logrado esta pasada madrugada coronarse oficialmente como la reina de la comedia al ganar, cumpliendo con todos los pronósticos, los premios a la mejor actriz de comedia, al mejor guión y a la mejor serie. Y esto, además, le viene en las mismas fechas en las que ha conseguido meterse el mundo en el bolsillo con su imitación de Sarah Palin (que a su vez ha reconocido haberse disfrazado de Tina Fey), y el mismo año en el que estrenó en cines como actriz principal Baby Mama, con probada eficacia en taquilla. Sí, efectivamente, Tina Fey is the new bitch (para entenderlo mejor, mirad el vídeo del youtube del final). Claro que, por supuesto, no fue la única en subir al escenario.
Las otras grandes ganadoras de la noche fueron, sin lugar a dudas, Mad Men, Daños y Perjuicios y John Adams. La primera porque obtuvo el cantado reconocimiento a la mejor serie dramática (aunque a John Hamm se le escapó el premio al mejor actor en favor de un compañero de la cadena amc, Bryan Cranston, por Breaking Bad). La segunda porque dos de sus actores, (la cantadísima) Glenn Close y Zeljko Ivanek, se alzaron con los respectivos galardones a la actriz principal y al actor de reparto (quien le iba a decir a Ted Danson que quien le robara el premio sería su compañero). Y la tercera porque, también predeciblemente, John Adams arrasó en casi todas las categorías en las que competía, con estatuíllas a la mejor miniserie y para Laura Linney y Paul Giamatti.
Asimismo, la gala de los Emmy resultó ser como se intuía: aburridísima, con cortes publicitarios continuos (impresionante), una mezcla de presentadores sin ningún tipo de gracia (los cinco nominados al mejor presentador, entre los que se encontraba una felizmente objetivizada Heidi Klum) y un arranque flojísimo que dio cierta sensación de déjà-vu, por más que la nueva hornada de series se llevara unos cuantos premios. Y es que Jeremy Piven se hizo con su tercer consecutivo por su interpretación en El Séquito (Entourage) y Jean Smart, gracias a Samantha ¿qué? (Samantha Who), también dispondrá de una tercera estatuílla. De esta manera, Kristin Chenoweth, ese bombón que ha robado el corazón a más de uno con Criando Malvas, se fue con las manos vacías de la misma forma que lo ha hecho por enésima vez Neil Patrick Harris (¿cuándo van a satisfacer todas esas voces que claman a favor del robaescenas de Cómo conocí a vuestra madre?).
Otro que en cambio sí que ha visto como le resolvían una cuenta pendiente ha sido Alec Baldwin (por Rockefeller Plaza). Mientras que el año pasado se planteaba imposible que recibiera el Emmy después de hacerse público que había amenazado a su hija por teléfono, ahora el asunto ya se ha pasado por alto (disculpas incluidas) y se ha tenido en cuenta la labor de este actor que ha encontrado en televisión un hueco para él. Otra razón de peso para declarar como ganadora indiscutible de la noche a Rockefeller Plaza, que gracias al prestigio de los premios consigue renovar año tras año. Esperemos que siga así.
Las otras grandes ganadoras de la noche fueron, sin lugar a dudas, Mad Men, Daños y Perjuicios y John Adams. La primera porque obtuvo el cantado reconocimiento a la mejor serie dramática (aunque a John Hamm se le escapó el premio al mejor actor en favor de un compañero de la cadena amc, Bryan Cranston, por Breaking Bad). La segunda porque dos de sus actores, (la cantadísima) Glenn Close y Zeljko Ivanek, se alzaron con los respectivos galardones a la actriz principal y al actor de reparto (quien le iba a decir a Ted Danson que quien le robara el premio sería su compañero). Y la tercera porque, también predeciblemente, John Adams arrasó en casi todas las categorías en las que competía, con estatuíllas a la mejor miniserie y para Laura Linney y Paul Giamatti.
Asimismo, la gala de los Emmy resultó ser como se intuía: aburridísima, con cortes publicitarios continuos (impresionante), una mezcla de presentadores sin ningún tipo de gracia (los cinco nominados al mejor presentador, entre los que se encontraba una felizmente objetivizada Heidi Klum) y un arranque flojísimo que dio cierta sensación de déjà-vu, por más que la nueva hornada de series se llevara unos cuantos premios. Y es que Jeremy Piven se hizo con su tercer consecutivo por su interpretación en El Séquito (Entourage) y Jean Smart, gracias a Samantha ¿qué? (Samantha Who), también dispondrá de una tercera estatuílla. De esta manera, Kristin Chenoweth, ese bombón que ha robado el corazón a más de uno con Criando Malvas, se fue con las manos vacías de la misma forma que lo ha hecho por enésima vez Neil Patrick Harris (¿cuándo van a satisfacer todas esas voces que claman a favor del robaescenas de Cómo conocí a vuestra madre?).
Otro que en cambio sí que ha visto como le resolvían una cuenta pendiente ha sido Alec Baldwin (por Rockefeller Plaza). Mientras que el año pasado se planteaba imposible que recibiera el Emmy después de hacerse público que había amenazado a su hija por teléfono, ahora el asunto ya se ha pasado por alto (disculpas incluidas) y se ha tenido en cuenta la labor de este actor que ha encontrado en televisión un hueco para él. Otra razón de peso para declarar como ganadora indiscutible de la noche a Rockefeller Plaza, que gracias al prestigio de los premios consigue renovar año tras año. Esperemos que siga así.
Entiende porqué Tina Fey is the new bitch.
Los académicos alucinan con House
La dirección, pese a que no se le dé tanto bombo en televisión como en el cine, no deja de ser uno de los premios más importantes de los Emmy y este año han ido a parar en la categoría de drama a House y en comedia a Criando Malvas. Probablemente a la vista de todos la nota la dé esta última, una nueva serie de este año que con tan sólo nueve episodios se ha llevado el premio (y gracias a Barry Sonnenfeld, responsable del piloto). Sin embargo, al analizar el episodio entregado por parte de la serie médica, la sorpresa la da el doctor más insoportable de la televisión: 'La cabeza de House' fue uno de los episodios más vulgares de la temporada. Las alucinaciones del médico, esa patraña para desvelar que Amber estaba al filo de la muerte, un ritmo inaguantable por culpa de un guión muy cojo... Quizás no era culpa de los directores, Katie Jacobs y Greg Yaitanes, pero alabar tan irregular episodio sólo indica la voluntad de los jueces de premiar House. Eso sí, no seré yo quien mienta y diga que la realización no es casi siempre impecable (y que esas alucinaciones no nos llevaron a la mejor season finale de la primavera pasada).
10 comentarios:
viva 30 rock y olé ahí al actor de Breaking bad.
Me alegro por 30 rock y Damages, sobre todo por ese pedazo de actor que Zeljko Ivanec
asi una pregunta por simple curiosidad... de donde sacas tu el tiempo para tener este blog tan, TAN activo?
es increíble. de verdad. te voy leiendo.
besos seriéfilo.
Pues sí, una gala muy aburrida (sobre todo la parte central, cuando empezaron con los premios que no interesaban a nadie). Pero por momentos tan divertidos como el de Ricky Gervais y Steve Carrell ya mereció la pena quedarse hasta las cinco de la mañana. ;)
En cuanto a los premios, lo que se esperaba, aunque a mí me ha sorprendido muchísimo el de Bryan Cranston y el de Jean Smart. Y, bueno, lo de Jeremy Piven... Sin comentarios. Y yo que pensaba que este iba a ser el año de Neil Patrick Harris...
Qué grande 30 Rock en general y Tina Fey en particular. :D
Poco nuevo bajo el sol, pero lo que ha habido, muy destacable, como premiar a Bryan Cranston, que ya se lo merecía.
¡Bitches get stuff done! :-)
Me alegro tanto por Zeljko como por Bryan ambos muy merecidos, yo siempre aposté por Zeljko y su papelón en Damages.
Muy contento tambien con Jean Smart, quenu no entiendo lo de Neail Patrick Harris, es ilogico!
Que gala mas lenta y aburrida!!!
Saludos!
¿Y qué me dices de The Office que se fue de vacío?
¿Para cuando darle el Emmy que tanto se merece a Steve Carrell?
Por no hablar del premio al Mejor Guión de Comedia que le robó 30 Rock y que tanto se merecía por ese genial (e incomodísimo) Dinner Party.
Pero que se puede esperar de unos premios que no reconocieron en ningún momento el estupendo trabajo de Lauren GRaham en Las CHicas GIlmore.
Me alegro por 30Rock, se lo merece de veras.
ánade: ¿'momento steve carell'? No no. En este blog este hombre es persona non grata.
amnesia: lo tendré más difícil a partir de ahora, que empiezo la universidad y por la tarde trabajaré en un periódico... pero intentaré mantener el nivel de 14-15 entradas al mes.
MacGuffin: "but you knew the capital of Vermont..."
telespectador: lo de Jean Smart es comprensible. A diferencia de Applegate, esta mujer sabe muy bien como hacer comedia y es un show en esa comedieta bastante mediocre...
alx: lo siento, tanto Carell como cualquier Gilmore siempre me han parecido sobrevalorados. The Office entiendo que es buena, pero las Gilmore... lo intenté y no pude.
Yo ando convirtiendo a todo el que conozco al 30rockismo. Pero es que es TAN grande.
Y me he unido al club de los que llevan su sintonía de politono para el móvil. Pero es que TAN grande.
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