Paris, Britney y Lohan: ¿Tres abejas reina en televisión?

La semana empezó con una bofetada. Algunos medios de comunicación americanos apuntaron que el creador de Mujeres Desesperadas, Marc Cherry, había pegado, a tenor de un cambio en el guión, a Nicolette Sheridan, más conocida como Edie Britt. Nadie iba a suponer que, después de tanto tiempo de especulaciones y de la posterior calma que hay en los platós, quien iba a desatar la polémica sería el propio Cherry. Eran más divertidas las supuestas competiciones entre las cuatro protagonistas que cada día contaban, cuando les llegaban los guiones, las líneas de cada una a ver cuál tenía más. Tantas apariciones colectivas y halagos desmienten que el ambiente de trabajo fuera así. Pero ahora ya da igual. HBO está preparando un proyecto que, de llevarse a buen puerto, va a reducir estas disputas a la categoría de peleas de guardería: Britney Spears, Paris Hilton y Lindsay Lohan podrían protagonizar una sitcom. Juntitas y revueltas. Qué peligro.

La caminos de la HBO para reencontrarse a si misma después de perder Sexo en Nueva York y Los Soprano son tan inescrutables como sorprendentes. Mezclar las tres indiscutibles celebrities pop, siempre rozando la decadencia y al borde del abismo, es una idea de locos. ¿O es que, por ser tan descabellada, no resultará ser de genios? La cuestión es que no sólo pretende unirlas en un plató, sino que quiere poner a genios detrás de los guiones. Rick Gervais (Extras, The Office) es uno de ellos. En la hipotética sitcom, Paris interpretaría a una ambiciosa diseñadora, Britney a una cantante y Lohan a una aspirante a actriz que pierde el culo por los hombres. Lo sueño y no me lo creo.

Nada echa para atrás a los directivos: ni que Paris sea una zorra (si lo dijo Tina Fey yo me lo creo) y se enrollara con el ex marido de Britney, que la princesa del pop protagonizara casi todos los escándalos del año pasado (con permiso de Lindsay y Amy Winehouse) y de la que se dudaba que estuviera en sus cabales, o que Lindsay Lohan saliera igual de alcohólica del centro de rehabilitación en el que tenía relaciones sexuales en los lavabos con hombres ocupados, para luego convertirse en una santa lesbiana, no son razones de suficiente peso para repelerlos. Tampoco que Paris insultara a Lohan y dejara que sus amigos dijeran a los periodistas que la chica sudaba como una cerda. Nada de esto importa puesto que confían que, pese a las diferencias que hayan tenido en el pasado, lo hayan superado y sean capaces de portarse bien. O la HBO ha tenido una revelación religiosa, o ha perdido el juicio.

En realidad el problema del proyecto no es contratar a alguna de ellas, sino querer unirlas. En anteriores proyectos, casi todas ellas han demostrado profesionalidad. Britney Spears no solamente ha conseguido una sólida carrera musical (su último hit, Womanizer, arrasa), sino que el año pasado hizo crecer la audiencia de Cómo conocí a vuestra madre con sus cameos, el primero de los cuales fue de lo mejor de la serie. Por su parte, Lindsay Lohan es una notable actriz a la que, desafortunadamente, no se le da muy bien elegir los papeles. Sin embargo, ha trabajado con Robert Altman, estuvo en la ambiciosa Bobby con Demi Moore, Sharon Stone y Anthony Hopkins, compartió cartel con Jane Fonda y Felicity Huffman en Georgiatown y ha protagonizado dos taquillazos: Ponte en mi lugar con Jaime Lee Curtis y Chicas malas de Tina Fey. De Paris Hilton, en cambio, no se puede decir lo mismo ya que grabó un álbum que fracasó y ha aparecido en algunas películas, prácticamente haciendo de ella misma. Jaume Collet-Serra, que la dirigió en La casa de cera, incluso dijo de ella que era peor actriz que un perro adiestrado y que la tenía que pellizcar para que gritara un poquito. No obstante, tiene una capacidad para aprovecharse de la actualidad que es pasmosa: el primer vídeo de réplica a John McCain por nombrarla en la campaña electoral es antológico. Rápida de reflejos.

Más allá del caché que generalmente tienen, la sitcom de la HBO sería un interesante paso para todas ellas: tanto para mostrar su capacidad de autocrítica como para demostrar que, siendo tan trash como siempre, son capaces de hacer un producto de culto (todo lo que sale del horno de esta cadena, tenga éxito o no, sea bueno o malo, se convierte en objeto de culto). Además, es hora que demuestren que pueden triunfar a pesar de las adversidades y que pueden trabajar con egos a su misma altura. Los enfrentamientos ocupan portadas, pero las peleas en los platós acaban con despidos o la finalización de las series (sino que se lo digan a Shannen Doherty, que acabó de patitas en la calle por hacer las cosas difíciles en Embrujadas).
Si HBO consigue lo imposible, logrará el estreno más sonado en televisión de cuantos se recuerden. Y que bienvenido sea.

Aquí la magnífica broma que Paris Hilton gastó a John McCain...

...y esta es su nueva inocentada presidencial.