En el celuloide, los ladrones de guante blanco son un mito de la elegancia y del savoir faire. No son chorizos sin más, burdos ladrones; no. Son una especie en peligro de extinción que, a base de robar obras de arte o hacer estafas inocentes (¿por qué cuando roban a un ricachón el delito parece menor?), nos seducen con su encanto. Por lo tanto, lo más importante es (como casi en toda obra, que conste) que el protagonista sea un tipo irresistible. Y con esto no quiero decir que produzca un furor animal, sino que sólo con el abrir de una puerta se te meta en el bolsillo (además de despertar, también, una sana envidia varonil).
Matt Bomer da con el perfil. Es un chico de ojos azul fulminante y su charm es más práctico que esencial: la estatura le traiciona y su dentadura me recuerda a la de un caimán. Pero bueno, con un poco de picardía y trajes a medida (y el sombrero que no falte) puede llevar White Collar. Justamente el no ser perfecto es una bendición: señal que el tipo se esfuerza, y no como otros galanes y buenorros varios que pasean por la programación su visible falta de talento (Chace Crawford y Matt Lanter son dos claros ejemplos).
Lástima que al tratarse de una serie del canal USA Network, alguna gran carencia está asegurada. En este caso, las posibilidades del personaje, el Neal Caffrey un ex guantes blancos que se ve obligado a colaborar con el FBI, se ven desaprovechadas por la mediocridad (como siempre ocurre en la cadena) de los casos que investigan. Al igual que en Al Descubierto, Royal Pains o Último Aviso, no interesan. Y lo que podría salvar la función, un calculado contraste entre el ladrón vividor y el cascarrabias del policía, que ya se intenta, es imposible cuando las frases no son punzantes (ni las de Caffrey) y el poli es en el fondo un pardillo (Tim DeKay es carne de secundario plano, no de contrapeso protagónico).
Así que básicamente es la enésima serie prescindible de esta temporada. Es duro, sí, no poder sumar otra más en nuestra lista de imprescindibles (aunque bien pensado, tampoco esperaba nada de White Collar). Claro que para los ratos muertos quizá me la reserve porque, a pesar de que no vale un duro, tiene tres pluses: en ella aparece Tiffani Thiessen, cuya oronda belleza facial es memorable; está Natalie Morales, a quien todavía veo como Middleman; y de fondo está Nueva York.
Y cuando una serie pone a la gran manzana de coprotagonista y la introduce a menudo de decorado, pasa a un estrato superior ni que sea por los fascinantes rascacielos (y ese plano desde un tejado de cerca del Rockefeller Plaza me puso el corazón en un puño). El verdadero New York, I Love You está en televisión y no en los cines (¿le sumamos The Beautiful Life, Gossip Girl y, por supuestísimo, Sexo en Nueva York?)
8 comentarios:
Mucha razón tienes... me quedo con ese lamento tuyo a las limitaciones del personaje de Bomer... realmente no se explota como podría hacerse. Yo quería algo más a lo atrápame si puedes.. pero con los tres que llevamos (dejando el piloto a parte) queda claro que los episodios van a ser de procedimental puro y total.
De momento la seguiré viendo, pero preveo que me pasará como con Leverage (por poner un ejemplo) y es que me acabaré cansando y la dejaré en el septimo u octavo.
Yo te aviso si la cosa va mejor :P
Adri, yo creo que podría ser un procedimental pero con garra. Me da igual que esté en cautiverio del FBI, pero es que esa relación podría tener más gancho. Se trata de dos opuestos y rápidamente se podría hacer saltar chispas. El primer episodio, por ejemplo, apuntaba maneras.
Y tuvo gracia ver como se las apañaba para vivir en una casa de lujo, con ropa mejor y una sobrina que estaba buenísima.
Pero no se atreven a darle ese toque especial a Bomer y prefieren que el detective sea un pringado. ¿No te preguntas, cada vez que lo ves, como su esposa puede estar enamorada de él? Porque, por no parecer, ni parece inteligente.
Podría aprender mucho de Atrápame Si Puedes, como bien dices, aunque fuera desde la premisa de la detención. Pero ya sabes que la USA Network nunca se atreve a mojarse (y TNT, de Leverage, tampoco. Quizá por esto ni tan siquiera he visto esta serie).
A mi USA me tiene ganado, porqué, ni idea, me gusta Al Descubierto, me gusta Royal Pains y me gusta Burn Notice, ese tipo de series en ciertos momentos me encantan, y White Collar lo está consiguiendo también.
Por lo general me considero alergico a los procedimentales pero esta serie me a gustado mucho, tal vez sea esa trama tan sencilla, el protagonista o las espectaculares tomas de la ciudad de New York, cualquiera que sea la razon me lo he pasado muy bien con los episodios que he visto.
El piloto prometía mucho, pero a mí también me están dejando bastante fría con los capítulos que siguen. Ver a Bomer es una alegría para los ojos, para cuando no tienes otra cosa más interesante que ver...
De las series de USA, sólo Burn Notice dio el salto hacia algo con más enjundia (sin pasarse). Son entretenidas, y ya. Aún he visto muy poco de White Collar para ver si se desinfla o no, pero que me resulta más entretenida que V te lo digo desde ya ;)
satrian, ya veo que tú eres fan de la cadena. Yo debo reconocer que lo pasé bien con la primera temporada de Al Descubierto pero luego algo me cambió el chip. De repente me pareció floja e insoportable. Y Royal Pains, en la que tenía tantas esperanzas, me decepcionó tras el piloto: no hubo más fiestas deluxe por la noche, que era lo que yo esperaba.
NSN, el piloto me gustó. A partir de allí... tengo cosas más interesantes que ver. Eso sí, por los planos de la ciudad la seguiré un tiempo. Desde que estuve en Nueva York en primavera, mi fascinación por la ciudad se ha elevado al cubo.
VanHessa, Pero Bomer es una alegría en White Collar, porque en Chuck tampoco nos era tan placentero. Pero esos sombreros y trajes... Ay qué clase.
MacGuffin, pues ya ves que V a mi me ha encantado. ¿Sabes cuando el corazón te palpita más rápido porque crees que has encontrado TU serie? Pues es lo que me ha ocurrido (y como me ocurrió con Lost, las Desesperadas, OC, The Good Wife...). Aunque claro, hay grados y grados, y los primeros flechazos seriéfilos siempre están en un altar casi celestial e imposible de alcanzar.
Ya veo que era el lujo y los famosos de Royal Pains lo que te motivaba, a mi me engancharon los personajes y esa mezcla de géneros que se me hizo muy refrescante en verano, en cuanto a Al Descubierto solo llevo la primera, pero en cuanto comience la segunda te comento.
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