lunes, 12 de julio de 2010

Sarah-Jessica y el arte

De todos los concursos de telerrealidad, Project Runway juega en otra liga. El formato, que mezcla la creatividad, la competición y encima se puede juzgar desde el sofá, no sólo es infatigable sino que es infalible. No importa que una temporada los concursantes no rindan lo esperado: el producto sigue entreteniendo una barbaridad. Así que leer que Sarah-Jessica Parker preparaba Work of Art: The Next Great Artist, una versión de artistas (pintores, fotógrafos, escultores y performers), no tenía porqué desagradar a la parroquia: el resultado final son obras visuales, que también traspasan la pantalla (a diferencia del Top Chef culinario). Sin embargo, había un reto: saber tratar una vertiente tan íntima y personal como el arte en un medio tan masivo como es la televisión. Y de momento ya les han llovido unos cuantos palos.


A un grupo de artistas no se les puede encargar “un retrato que muestre el interior de vuestro compañero”. Primero, porque en media hora no sabrán si su compañero es un bonachón o un psicópata en potencia y además porque un retrato puede no tener otra ambición que la estética. Como si quiere ser vacío de significado o ser literal y mostrar los intestinos. Y tampoco se puede juzgar sus obras como si fueran los vestidos de los que raja Heidi Klum: no necesitan tener visión comercial para entrar en el mercado, sino simplemente enamorar a una persona (a diferencia de los diseñadores de moda). Project Runway es perfecto porque la moda y la televisión tienen mucho en común (ambos son arte y a su vez industria, de tal forma que uno no puede sobrevivir sin el otro), pero en el caso de Work of Art necesita adaptarse a sus propias necesidades (y no le ayuda a tener credibilidad que SJ acabe de estrenar Sexo en Nueva York 2 y ahora vaya de mecenas del arte).


A pesar de este defecto (y del ridículo intento de China Chow y Simon de Pury de imitar a Klum y Tim Gunn, pero cambiando los acentos), ser un calco de PR también tiene sus ventajas y es que, pongamos los peros que queramos a esta versión, el arte entra por los ojos y el proceso evolutivo de cada obra tiene vida por si mismo. Podemos decir “esto es una mierda en un palo” o quedar alucinados por el talento desbordado en 24 horas. Y que el ambiente sea un cúmulo de tópicos (el estudio es como un almacén donde no existen dos sillas iguales) quizá dice más del endogámico mundo de los artistas que de la falta de novedad de la cadena.


Y a todo esto, el magnífico cásting ayuda. No sólo por observar la petulancia de quien viene de los círculos bohemios de Nueva York, sino por comprobar la inspiración y referentes de cada uno. Desde una chica obsesionada con su propio cuerpo (y a fotografiarse desnuda), al cazurro de pueblo o la cristiana pija y adinerada. Aunque yo me quedo con Miles Mendenhall, que tiene el mismo don de gentes que Temperance Brennan (o peor), un atractivo trasnochado, el mismo precoz talento que Christian Siriano y un trastorno obsesivo compulsivo. Sí, la figura del genio es un cliché por antonomasia.

6 comentarios:

marijose dijo...

Jajajajaja pensaba que nadie más veía este programa y que lo de ver tanto reality empezaba a ser enfermizo, pero ahora ya me quedo más tranquila ;-)

En general, coincido contigo en la mayoría de las cosas que dices, sobre todo en que es mejor que Top Chef (que mira que da rabia ver esos platos y no poder probarlos, así no se puede criticar nada!) y que no llega a la altura de Project Runway, más que nada porque el arte es más "personal" que la ropa.

De todas formas, a mí me está entreteniendo muchísimo y más ahora que no hay mucho que ver, y los participantes son lo suficientemente interesantes para mantener mi atención. Lo malo es que cada semana está clarísimo quién se va a ir, porque hay algunos que van cayendo en picado y que los jueces no soportan.

También se le ha criticado que tiene un enfoque demasiado comercial, pero vamos, es televisión, así que no entiendo el escándalo. Eso sí, no sé si lo habrás visto ya, pero el "reto" de esta semana fue una publicidad descaradísima y bastante chorra, así que luego les salió lo que les salió, que en general fue bastante desastroso comparado con otras semanas, pero bueno, mientras más o menos siga como las semanas anteriores, yo lo seguiré viendo sin duda, mientras espero que empiece PR8... can't wait!!!!

Crítico en Serie dijo...

Mariajose, en LA Times comentaban que Nao hizo muy bien en defender con uñas y dientes su obra, sobre todo porque era "su" obra y no es como la ropa, que debes vender tu colección, que Vogue quiera hacerte un reportaje, etc, etc.

Que conste, sin embargo, que empecé ayer a ver el concurso (porque eztv no había puesto los torrents para descargar y no había caído en la cuenta de que había empezado). He visto 2 episodios y me gusta como producto de entretenimiento (y quiero YA alguna obra de Miles, que es un encanto y estoy enamorado de él).

Por cierto, quizá lo más interesante de WoA (y que no he comentado) es la declaración de intenciones que supone para Bravo: Lifetime les robó PR y ellos intentaron lanzar Launch my Line (sin éxito) y ahora vienen con este calco. ¿El problema? Que tampoco ha tenido éxito (aunque no lo entiendo del todo).

Y para ver PR8 no tendrás que esperar mucho: regresa a finales de este mes.

Kike dijo...

Estoy sorprendido por lo entretenidísimo que me está resultando este programa. Tiene un ritmo excelente (por algo sigue el esquema de Project Runway) y el proceso de creación de las obras nunca decepcionan. Además, para mí la sorpresa ha sido el casting, que me lo esperaba más soso y ha resultado ser muy prometedor.

Sólo espero que Miles no acabe siendo como Christopher de PR6, que empezó muy bien y terminó desinflándose poco a poco.

Crítico en Serie dijo...

Anade, yo también creía que el cásting no tendría ni pies ni cabeza y aquí tenemos un elenco muy inspirado que puede esquivar los defectos del formato (que sólo tiene defectos cuando pensamos en arte y no en moda, que conste). Y Miles... Oh my god. No me lo compares con Christopher, porque este puede ser muy joven pero no es un novato. Sabe mejor cómo elaborar una obra de arte que sus compañeros mayores (el fumador hay un momento que lo comenta). Si acaso, compáralo con Christian Siriano, el Rey de las pasarelas.

Álex dijo...

Una cosa es que te inspires en el formato de Project Runway y otra, que hagas un programa calcado. Al ver aparecer a Sarah Jessica Parker me acordé de ese capítulo de PR en el que también aparecía. Fue demasiado deja vu y ahí lo dejé.

Creo que le falta un toque que lo distinga, que ahí, parecía que hasta el mentor iba a soltar en cualquier momento un "Make it work". He decidido no seguirlo, ya que ando falto de tiempo y prefiero ver las temporadas que tengo pendientes de Project Runway.

Crítico en Serie dijo...

ALX, Miles Mendenhall. Un nombre y un apellido que bien valen un reality.