Los americanos están dejando de ver series. Desde que la huelga de guionistas irrumpió a finales de 2007 que la televisión no ha sido la misma. Es como si se les hubiera caído una venda de los ojos y hubieran decidido que existe vida catódica más allá de la ficción. ¿El primer síntoma? Que cuando las series regresaron esa primavera, tras el parón, en lugar de vitorearlas las ignoraron. Jamás había habido un bajón generalizado tan drástico. Bueno, por lo menos hasta ahora, porque esta semana las sangrías de la programación prometen un invierno muy duro para los amantes de las series.
Que bajarían las audiencias era pronosticable, pero que en la segunda semana casi ninguna serie fuera capaz de mantener las cifras de su estreno y que todas bajaran entre un 10 y un 30% es ya alarmante. Incluso los estrenos que más prometían han bajado en lugar de despertar el boca a boca entre la audiencia. La única serie que está saliendo victoriosa de la situación es Glee, que con 13,5 millones de espectadores cosecha las cifras más atractivas para los anunciantes, pues en los demográficos (18-49) obtuvo en su segunda semana un 5.9 (una insólita subida de tres décimas con respecto al estreno). Y los números de 30 Rock, que algunos podrían argumentar que por lo menos retuvo, no fueron para tirar cohetes: algo más de cinco millones y un 2.6 en los demos le salvan el culo a tenor de las circunstancias (la han cambiado de horario y la CBS le ha puesto una sitcom como rival), pero también demuestra que es una serie que nunca se ha asentado entre el gran público, incluso estando en la noche de comedias de la NBC desde hace cinco años y haber ganado incontables premios.
En medio de este panorama, por supuesto, hay cadenas que sufrirán más que otras. La ABC, por ejemplo, sigue siendo incapaz de generar nuevas propuestas que interesen y sus viejas glorias, Anatomía de Grey y Mujeres Desesperadas, han registrado sus peores estrenos de la historia. Y mientras que los médicos del Seattle Grace seguramente sobrevivirán mientras estén por encima de los tres puntos en los demográficos (al fin y al cabo su reparto se ha ido renovando), los 4.3 puntos y 13 millones de espectadores de las chicas de Wisteria Lane saben a muy poco, a la espera de la cuesta de enero que siempre les afecta. Cabe tener en cuenta que cada actriz protagonista cobra 400.000 dólares por episodio, algo que puede convertirse en insostenible. Otras ancianas de la programación que también sufrirán en los huesos el temporal serán House, con los peores registros de su historia, la galería entera de policías de CSI o Cinco Hermanos. Pero no asociemos la longevidad de estas series con su desgaste en audiencia. Otras supuestas sensaciones también están que se mueren.
El Mentalista, por ejemplo, que tanto alegró a la CBS hace un par de años ya ha está en el 3.0 (algo que en la cadena casi supone la muerte). Fringe, que hace nada era la gran apuesta de la Fox, está por debajo de los dos puntos e incluso la CW tiene problemas con su reciente éxito The Vampire Diaries: sus 3,2 millones de espectadores han marcado un nuevo mínimo. La operación para salvar Medium, que se salvó in extremis la temporada pasada en detrimento de Entre Fantasmas, ha demostrado haber sido un error de cálculo. Es muy probable que ni el reciente acuerdo de la CBS con Lifetime, que paga para reponer los episodios, pueda obligar a los ejecutivos a ver con buenos ojos el 1.2 del pasado viernes. Y si The Good Wife puede que sobreviva con su 2.5 en la noche de los martes de la cadena será porque es la única serie que les reporta buenas críticas y el drama novel que más candidaturas obtuvo en los últimos premios Emmy.
Por esto que nadie se escandalice por el tremendo planchazo de apuestas como Lone Star y My Generation en la Fox y ABC respectivamente. Siempre ha habido series que empezaban directamente en estado vegetativo. Las auténticas sorpresas llegarán cuando nadie encargue más capítulos para series como Fringe, Community, Parenthood o algún CSI. O cuando en primavera no llegue un anuncio de renovación para antiguos valores seguros como El Mentalista, Mujeres Desesperadas y varios CSI. Y lo peor es que encima nos extrañaremos de cuántas series han sido renovadas con listones tan bajos.
Y es que ahora, en las condiciones en las que se encuentran las series en general, es la propia precariedad la que puede ejercer de tabla de salvación. Están en un momento que o cambian más de la mitad de sus parrillas a medio curso, o las dejan casi como están. Pero en todo esto hay unas cuantas que ya tienen la fecha de caducidad escrita en la frente. Los viernes, por más que las cadenas quieran aparentar tranquilidad, ya no están hechos para la ficción.
8 comentarios:
Pues como realities y programas parecidos tomen la parrilla, seré el hombre más infeliz del mundo, la ficción era mi tabla de salvación en la televisión actual.
Lo de los viernes es algo que me fascina y al mismo tiempo me duele profundamente cuando veo que hay una serie que me gusta emitiéndose ese día porque sé que está condenada por más que me joda. Por ello llevo un par de años llorando en secreto por Fringe que, por si fuera poco, es de la FOX, otra garantía.
Y en cuanto al bajón de audiencias generalizado, hay épocas y épocas y puede que lo que hay ahora es a lo que deben acostumbrarse. Es como cuando se vendían millones de ejemplares de un cómic hace 18 años pero ahora casi ninguno pasa de 200.000 nunca: se acostumbraron y se adaptaron las cifras de todo a una realidad diferente. En la TV quizá tengan que hacer lo mismo (y éso que ya se acabó la locura de verdad de las épocas de Friends, por ejemplo). No sé si he dejado mi caso bien expuesto, pero creo que el fin de semana me ha matado más de la mitad de las neuronas.
Un saludo.
Gran artículo, Pere.
Sólo te pediría que valoraras mis psobiles conclusiones al respecto:
- ¿la ficción de calidad quedará reducida al cable, por contar con una política de recepción completamente diferente?
- ¿llegó la hora de los realities en detrimento de las series?
Me da que haberlo estrenado absolutamente todo en la misma semana ha hecho mucho más daño del que creían. Y sí, los daños colaterales de la huelga de guionistas son mucho más profundos de lo que parecía en un principio.
Satrian, siempre habrá series... pero todo apunta a que habrá menos. Son carísimas y si cada vez cuesta más rentabilizarlas... 2+2=4.
Dani, está claro que los costes de las series deberán bajar, aunque espero que encuentren otra forma que no sea rodando en Colombia, como han hecho otras veces. ¿Que se acostumbraran? Cierto. Pero el caso Leno puede regresar en cualquier momento, porque si no consiguen rentabilizar su primetime no habrá "costumbre" que sirva.
Julio, no creo que la ficción de calidad solo esté en el cable. Mientras las Desesperadas, Fringe o The Good Wife estén en las cadenas generalistas, no tenemos de qué preocuparnos. Al fin y al cabo, en el pago están las series de TNT o USA Network que no valen nada (menos The Closer), y de las dos cadenas de pago, Showtime nunca me ha gustado. Lo único que sé es que se puede generar una tendencia de que haya menos series y esto siempre significa que habrá menos de calidad. Los realities, por otra parte, salen mucho más baratos (aunque por otra parte cuesta mucho más exportar, a menos que sea vendiendo el formato, industria de la que no domino las cifras).
MacGuffin, ¿qué habrían hecho los guionistas si hubieran sabido lo que venía a continuación? Creo que menos piquetes y más escribir.
Muy interesante artículo, el tema tiene tela...
Los viernes y los sábados son noches muertas para la ficción en todo el puto planeta.
Ya se sabe, la juventud se va de gresca...
El Mentalista me hacia gracía sin creerme sus dotes mentálicas por el protagonista, el humor, etc. pero esta tomando un tufo repugnante. Sus guiones son cada vez más tramposos y repugnantes. He visto como el tipo listo, segurísimo de tener enfrente a John el Rojo, se carga a un tipo delante de un montón de personas pero asi se les terminaba el filón del psicópata a los guionistas, asi que rizan el rizo permitiendo que el infalible mentalista se equivoque de hombre y, para "justificar" el crimen, ponen a la victima de pederasta o algo asi y eso en los USA basta para absolver a un tipo por haber matado a un hombre que, al parecer, no tenía derecho a tener recibir un juicio. Y el absuelto, no solo no se arrepiente de su error, sino que hasta se jacta de haber engañado al jurado haciendo pasar a su victima por su psicopata favorito, claro que trabajando para una policia presunta defensora de la ley que le pregunta tranquilamente que tal sienta la venganza segun la ley del Linch, tampoco es de extrañar.
supongo que hay que ser americana para qudarse tan tranquila y aplaudir semejante guión. Y veo que hasta los americanos se estan cansando, no me extraña...¡Ay, Simon Baker! Yo que tu me iria buscando otro papel como el de "El Guardian", que ese si que valía la pena...
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