Esta entrada contiene spoilers de las dos primeras temporadas de Skins. No sé si es el primer retrato de muchos o si es una nota aislada de color para relativizar el tiempo hasta que llegue la 3ª generación. Ya se verá.
Las clases magistrales sobre cómo no comer y conseguir que nadie se dé cuenta probablemente fueron el primer indicio de que Skins no era una serie cualquiera. Por lo menos ella nunca fue un personaje cualquiera. Primero cogía los cubiertos, cortaba el trozo de carne por aquí y por allá y jugaba con las patatas del plato. Sacaba conversación a su compañero de mesa y le masacraba a preguntas. Le restregaba la comida por la cara, le ofrecía un mordisco. Revolvía un poco más la comida, pasaba a los postres y se levantaba porque llegaba tarde. ¡Tachán...! Cassie había logrado, una vez más, reafirmarse en su anorexia.
Pero ella no solamente castigaba su cuerpo con la inanición. Era depresiva, relativista, optimista, ingenua y muy suelta. Era todo aquello que le habían inculcado más también el reverso. Y es que ninguno de los chicos de Skins escapaba a sus padres. Para bien y sobre todo para mal, todos ellos derivaban de su relación con ellos. También cabe decir que no existía una educación adecuada. Parte del proceso de maduración proviene de la rebeldía, del rechazo a lo que se nos ofrece por parte de esa especie de jefes vitales. Y el problema de Cassie residía en que la educaron para ser liberal, para ser quien quisiera, entre porrillos y polvetes y obras de arte. Y ella lo fue. Cogió tanta libertad que sin darse cuenta se hizo esclava de su propio cuerpo, lo puso a la venta para pagarse un poco de autoestima artificial y se maltrató en busca de respuestas. Pero ni así lograba captar la atención de su madre.
Su palabra favorita era “guay” (o “cool” en su versión original) y la decía por defecto. Podía soltarla cuando le ofrecían pastillas, cuando se despertaba en una casa destrozada por la fiesta del día anterior, o cuando Syd le cancelaba la cita sin ninguna razón de peso. Curiosamente, a diferencia de otros personajes, siempre la conocimos hundida en el barro, sumida en la desgracia. También pronto entendimos porqué. No era que fuera incapaz de ser feliz, sino que los seres de su alrededor se aprovechaban de la buena voluntad a la primera de cambio, y ella un día dijo basta y sucumbió a sus ansias de autodestrucción. Los demás para escuchar necesitaban oír gritos y ella había perdido la voz hacía tiempo, cuando nació ya de vuelta de todo. Por eso planeaba sus golpes de efecto con su propio cuerpo, algo a lo que los demás reaccionaban con escepticismo, demasiado ensimismados en sus propios problemas.
Antes de llegar a su parada final, Nueva York, con una pistola de agua se disparó vodka en la boca mientras se tragaba un bote de pastillas; se ingresó para tratar su enfermedad, también se mudó a Escocia y regresó a Bristol, en lo que acabó siendo una especie de acto de tortura exhibicionista para sus amigos. Por eso se largó a Manhattan. Ella se dijo que iba a buscar el camino que siempre se le había escapado, ya que en el Reino Unido no lo había encontrado, pero lo que su subconsciente quería era que se perdiese para siempre en tierras extrañas. Por suerte esas calles le depararon un viaje casi onírico, que era más un cuento que la realidad. Y Syd desembarcó en algún muelle del río Hudson. Él era el único con el tacto especial para reconducirla, pero antes había tenido que descubrirse a si mismo fuera del dominio de Tony.
Y pudimos elegir si los amantes se encontraban o no en medio de las calles de la Gran Manzana. Yo, por supuesto, decidí que llegó a tiempo para salvar a esa princesa de corte poco tradicional llamada Cassie y que fueron felices y comieron perdices.
4 comentarios:
hay que hermosa que es cassie lejos para mi el mejor personaje de todo skins el mas complejo y el mejor interpretado lejos ....muy lindo personaje el final de la segunda temporadA PARA MI no pudo ser mejor muy lindo ....espero con ansias la tercera generacion de skins estoy ansioso
1 generacion, 2 temporadas, 2 finales que me dejaron roto, el primero con la escena del banco, el segundo ese cruce sin cruzarse por NY. Skins es la adolescencia lo que Californication a la madurez, una contradiccion continua entre ternura y golferia, y en las dos queda claro una cosa, siempre se hace daño a quien mas se quiere.
Desde el segundo episodio Cassie se convirtió en mi personaje favorito de la serie, eso sí, luego en la segunda temporada empecé a odiarla...
Life on Mars, Cassie nos hacía sufrir como ningún otro personaje, sobre todo porque era un sol incomprendido. Nunca me atrevería a decir que era corta, sencillamente era de otro mundo.
Labekoa, ostras, qué bien te ha quedado tu última reflexión: "en las dos queda claro una cosa, siempre se hace daño a quien más se quiere". Pues te digo una cosa: nada de hacer sufrir a Yosune, ¿eh?
Manganxet, ¿odiarla? La pobre solamente entró en su propio espiral de destrucción... ;)
Publicar un comentario