Esta es una opinión provisional porque si algo me ha enseñado la cadena USA Network es que difícilmente acabo siguiendo alguna de sus series. El motivo, como ya he contado en otras ocasiones, es el tono tan suave que respiran todas sus tramas. Son series blancas y de resolución complaciente. Hay personajes (que para algo son el eslógan del canal) y también hay casos, pero nunca consigo quitarme de la cabeza que estos últimos no llegan a los mínimos exigibles para despertar el interés. Por eso, por más que Fairly Legal me haya parecido entretenida en sus dos primeros episodios, dejo la puerta abierta a abandonar el barco de Sarah Shahi. A primeras siempre me parece imposible, pero al final acabo harto de no tener donde agarrarme.
Una de las bazas del éxito de la cadena es coger los géneros comunes y cambiar un poco el contexto o las reglas del juego. Tras pasarse por el médico (Royal Pains), el policial (Monk, White Collar) y curiosamente también por el espionaje (Burn Notice, Covert Affairs), para rellenar el cupo de los habituales debían estrenarse en el género legal, eso sí, buscando como siempre diferenciarse. Y el rasgo distintivo de Fairly Legal es que su protagonista, Kate Reed, en lugar de dedicarse a la abogacía (profesión que dejó), es mediadora. Su intención es evitar que tanto acusados como acusadores desaparezcan tras las fauces del supuestamente injusto sistema judicial. Vamos, que no hay martillos de madera, ni discursos ante el jurado, lo que damos por garantizado en un producto del género. Lo que hay, que mirad que ya es casualidad, son casos rebajados para un gentil mundo donde cualquier conciliación es posible. Y con amables acuerdos, no hay ni ganadores ni perdedores o, lo que es peor, todo el mundo gana. ¿Dónde está la (relativa) épica del género?
Kate, para poner un ejemplo, es capaz de mediar entre el ladrón que intenta atracar la tienda donde ella está intentando comprar un café y el vendedor robado. También defiende los intereses de aquellos que ni tan siquiera representa el bufete por el que trabaja. Ella es, por decirlo de otra forma, la madre Teresa del sistema judicial y es tan perfecta que, si no la interpretara Sarah Shahi, sería capaz de odiarla. Sólo tiene dos defectos: que va completamente a su bola y que es incapaz de llegar puntual a cualquier cita (si es que llega, claro), sobre todo si se trata de alguna reunión con su ex madrastra, a la que tiene en el teléfono móvil como la bruja del Mago de Oz. Incluso es tan egoísta que es capaz de fallar a la lectura del testamento de su padre dos veces seguidas, como si su propio hermano se merecieran pasar una y otra vez por el doloroso proceso. Y aunque Shahi tenga encanto, los guionistas se equivocan al pensar que tales defectos son entrañables. Son tremendamente irritantes. Diría que ya más de uno nos hemos pasado al bando de la madrastra, ni que sea porque dobla en clase a la protagonista, se presenta donde toca a la hora que debe y encima no nos han dado ningún motivo para odiarla.
De hecho, teniendo en cuenta que el personaje de Shahi quizá no es tan encantador, que Michael Trucco (ah, sí, que me había olvidado comentar que es el ex marido de la protagonista y fiscal del distrito) tiene menos carisma que un trozo de cartón (tanto aquí como en Castle y Battlestar Galactica) y que los casos no tienen miga, quizá debería bajarme del barco ahora que tan sólo he invertido en ella (o más bien malgastado) dos horas de mi vida. Es lo que tienen las series del exitoso canal de cable USA Network: cuando buscas razones de peso para aguantar una serie, no las encuentras. Y a veces no es cuestión de fallos, sino de falta de aciertos.
7 comentarios:
Mira que Shahi creo que tiene gancho, pero no me llama nada esta serie. No termino de verle ese algo que hace que me pique la curiosidad. Y sí, Trucco no tiene demasiado carisma, pero está bueno :)
El piloto me gustó a pesar de la escena del atraco en el café, pero el segundo me ha decepcionado bastante, me encanta Sarah Shahi, pero no se si aguanto con ella, y eso que las de USA me suelen convencer.
De momento, está entretenida, aunque como todos, solo la estoy "catando". Está tan llena de clichés que aterroriza, pero tiene su chispa. Espero que no se vayan por el terreno melodramático en exceso porque no lo soportaría, y lo peor es que apunta en esa dirección.
Mira que me gusta Shani, pero es que los secundarios y los casos no aportan nada. Y tengo muchas seriazas que ver, así que adiós.
MacGuffin, pues yo no me quito de la cabeza que es un galán de tercera división. Es que no le veo el morbo por ninguna parte al señor Trucco (que, tanto al dato, tiene 41 años).
Satrian, pues si tú no aguantas, que te gusta USA Network, mal vamos ;)
Spoiler, yo tengo ganas de saber de una vez qué pasa con el testamento y quiero que ahonden un poquito en la relación entre Shahi y su madrastra, porque si siguen así acabaré odiando a la protagonista.
Martinyfelix, está claro que las series de USA Network son bastante prescindibles. En mi opinión, of course, que luego la gente salta ;)
Esperaba con ganas esta serie porque desde Life habia convertido a Sarah Shahi en una de mis favoritas. Alli me gustaba mucho, me parecia que estaba estupenda y que ademas realizaba una gran actuacion. Viendo el piloto de Fairly Legal me doy cuenta de que sigue estando igual de estupenda pero que lo interesante de su persona se quedo en aquella gran serie.
Su personaje es plano, ñoño y predecible, los casos ridiculos, las soluciones increibles y el tira y afloja con su madrastra no logra crear interes.
Y sin embargo vere alguno mas, no demasiados para que no se me destruya el recuerdo, pero si alguno, porque de alguna manera se lo debo.
Labekoa, ¿y no te pasa que llegas a dudar del encanto de Sarah? Es que lo exprimen tanto con su impuntualidad y mala leche con la madrastra, que al final no me creeré esas exageradas sonrisas.
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