Los fiambres de Dana Delany

Body of Proof debía estrenarse un viernes de otoño. Después de una temporada donde pocas cadenas apostaron decididamente por ese día, las networks desembarcaron en septiembre con muchas ganas de recuperar esa noche, antes prolífica y ahora un cementerio de elefantes. La ABC la primera, con un estreno tan esperado como este. Sin embargo, al ver que sus apuestas fuertes caían como moscas (Detroit 1-8-7, No Ordinary Family, The Whole Truth), se le pasaron las ganas de desperdiciar un cartucho en un primetime tan complicado. De aquí que sea casi primavera y en Estados Unidos aún no hayan conocido a la forense Megan Hunt. La cadena esperaba el momento oportuno y por fin parece que está a punto de llegar: se estrenará el 29 de marzo.

Aquí, sin embargo, ya la hemos conocido vía Fox. Como la ABC, que también la produce, la vendió como un estreno de otoño, tenía ciertas obligaciones contractuales que permitieron que se estrenase antes en otras partes del mundo que en su país de origen. No se trata, como en otras ocasiones (The Listener), de una extraña campaña internacional y, según lo visto, la ABC habrá hecho bien en esperar a estrenarla en una noche decente. Body of Proof, aquí estrenada como El Cuerpo del Delito, tiene los ingredientes para funcionar en su cadena. Claro que para eso necesitará un poco de suerte, que la ABC no tiene suerte con los dramas desde que le tocó la lotería en la temporada 2004-05.

La serie, así a bote pronto, se puede definir como la enésima serie de asesinatos. En este caso protagonizada por una antigua neurocirujana borde y repelente que, por culpa de unos temblores en las manos, se ve obligada a pasarse al campo de la medicina forense, donde estudia los cuerpos de víctimas de asesinato. Sin embargo, acostumbrada a mandar, Megan Hunt hace todo lo posible por inmiscuirse en los casos y se integra como una más en la investigación policial.

Este interés por descubrir al asesino, además de conocer los pormenores que da a conocer cada cuerpo (un poco al estilo Bones, que les hecha un vistazo y dictamina si prefería el helado de fresa o de vainilla), es su manera de compensar su falta de humanidad durante su carrera como cirujana, cuando le importaban un bledo sus pacientes y además era una madre inepta. Y Dana Delany, grande ni que sea por su pasado como desesperada, saca adelante un personaje que podría estar mejor escrito. Con lo irritante que es, parece mentira que los policías la saquen a pasear (a disgusto) y tanto su relación con su hija, que no está escrita a dos bandas, como con su compañero, un sabueso que por alguna razón no despierta a Hunt su instinto más sobrado, de momento no las acabo de ver.

¿Pero por qué debería funcionar? Pues porque, al igual que Castle (y Bones, otra serie de asesinatos de segunda), sus casos son básicos pero se desarrollan un poco mejor, ya que las investigaciones de Beckett parece que reboten de sospechoso a sospechoso; va directa al público de la cadena, siendo muy femenina pero sin entrar en los excesos dulzones de Women’s Murder Club, que no paraba ninguna atención a los asesinatos (eh, que no digo que los de Body of Proof sean la repera); y la ABC, gracias al tirón de Delany, ha decidido emitir un episodio tras Mujeres Desesperadas, a ver si surge la magia. Otra cosa es que vaya a funcionar, que la maldición del canal no da indicios de terminar esta temporada. Y otra aún más distinta, que lo merezca.