viernes, 6 de mayo de 2011

Los villanos de Raylan

El condado de Harlan tiene sus propias reglas, que se remontan a la época en que los fundadores se instalaron allí por primera vez. Es una tierra que vive en el siglo XXI pero está anclada en el pasado y hasta las trifulcas entre familias se han mantenido gracias a las herencias entre padres e hijos. Este es el caso de los Givens, la criminal familia del marshall, y los Bennett, encabezados por una matriarca sin escrúpulos, enfrentados desde que sus respectivos antepasados pusieron los pies allí. Y todos sabemos que Raylan, sea quien sea quien tiene delante, no tolera egos que sobrepongan a la ley. Él es la ley, Mags Bennett es la villana y Boyd, que intenta reencontrar su camino, es el mal conocido y némesis por antonomasia. Con unos jugadores así, tan bien colocados y preparados para arrasar en la partida, no es de extrañar que Justified nos haya brindado una de las temporadas más sólidas del año. Bueno, sólida y buenísima.


Si en la primera temporada se nos expuso muy bien quién era Raylan Givens, cual era su pasado, su ética laboral y las personas que giran a su alrededor, desde el despreciable padre a Winona y Boyd Crowder (su Lex Luthor particular), esta segunda ha servido para contextualizar aún más la comunidad en la que viven. Ya nos habían mostrado algunas pinceladas y podíamos intuir que su sociedad no se distanciaba tanto de la retratada por Winter’s Bone, para poner un ejemplo ya citado, pero no se habían dignado tanto a contarnos las particularidades del lugar.


Antes tenía la impresión que era un pueblo corrupto, lleno de paletos y poco más (y nazis, lo que me descolocaba un poco). Sin embargo, el discurso de Mags en una asamblea popular sirvió para añadirle una esencia que va más allá de lo correcto o no. Allí tienen una forma de entender la vida, de bailar, de resolver los problemas y de relacionarse, y si se han negado a evolucionar hacia la legalidad comúnmente conocida es por temor a que todo lo demás también desaparezca. Claro que en todo esto siempre hay alguien, como la propia Mags, que se beneficia de las dudas y no se piensa ni dos veces cómo mantener el sistema vigente para sacar tajada.


Esta mujer ha ayudado, además, a que Justified se sobredimensionara con un plantel de enemigos y secundarios que cualquier cómic querría tener. Ella y sus claroscuros (y el talento de Margo Martindale) han ofrecido los momentos más iluminadores de la temporada, porque representa tanto la dureza como la calidez maternal de una tierra terriblemente despiadada porque, en vez de un sheriff, hay centros de poder mucho más turbios, históricos, influenciados y egoístamente motivados (como si el guapérrimo Timothy Olyphant aún siguiera en la Deadwood dominada por Al Swearengen). Sus retoños, asimismo, han configurado un extraño trío que nos han dado las escenas más divertidas, entre el hombretón con cabeza de chorlito, el bajito corto cabrón y el niño de mamá que no mueve un dedo del pie sin sus órdenes. Bien podrían haber sido sacados de un tomo de Lucky Luke.


Y en trece episodios han tenido tantos frentes abiertos como personajes, que son muchos los de peso, sin faltar a ninguno, desarrollándolos a todos (incluso a la caprichosa y manipuladora Winona) y confluyendo en una season finale memorable, como también lo fue la del primer año. Admiro que sea una serie donde las amenazas se llevan a cabo y el gatillo se apriete sin pestañear, algo que podríamos trasladar a la sala de guionistas, que no entienden de compasión cuando toca actuar. Y me quedo con muchos momentos y personajes: desde las ya míticas copas de Mags (gran inicio de temporada), al divertido baile de dinero de Winona y Raylan en los juzgados, la mala leche agria de Dickie con su particular piñata (Jeremy Davies, chapeau), la mujer corporativa (una especie de agente Stahl II) y Ava tras de Boyd con la escopeta. Justified es de lo mejor que hay en TV y lo ha podido demostrar en una segunda temporada mucho más directa y decidida, más que nada porque ahora sí que estábamos preparados para asimilar esta genialidad.

3 comentarios:

satrian dijo...

Está claro que hay dos tipos los rednecks descerebrados que casi se les tiene más lástima que miedo, y aquellos con carisma como la magnífica Mags o Boyd.

OsKar108 dijo...

Una gran temporada, de la que me alegro muchísimo haber decidido ver en v.o.s. porque todo el aroma de Harlan es como mejor se recibe.

¡Saludos!

Crítico en Serie dijo...

Satrian, lo peor de todo es que no me importaría estar en el lado bueno de Mags, que te cae bien a pesar de lo mala que llega a ser :)

OsKar108, ni me la imagino doblada. No te digo que no respete la opción, pero se nota el trabajo de los actores. Por ejemplo, estoy viendo al actor que hace de Boyd en The Shield y los acentos no tienen nada, nada que ver.