Siempre se ha dicho que los bajos presupuestos se pueden suplir con mucha imaginación e ingenio. Pero también se debe ser un poco consecuente y asumir las barreras que se tienen delante cuando uno no tiene dinero. No adaptes una especie de superhéroe adolescente si no tienes dinero para contratar a un buen coreógrafo para las peleas y no tienes el tiempo (que es dinero) para llevarlas a cabo. Y si no puedes ofrecer unos mínimos en cuanto a lucha y efectos especiales, ten el doble de vista a la hora de escribir las líneas de los protagonistas. No necesitarás un guionista resultón que escriba apaños bajo presión. Necesitarás al maestro de la caspa, esos seres sobrenaturales que saben convertir las limitaciones en ventajas y los defectos en cosas entrañables.
Sé que muchos habréis leído la descripción y habrán pensado automáticamente en Joss Whedon, que llegó a estar siete años en antena con algo tan irrisorio como Buffy y sus vampiros, que eran más low-cost que los primeros pobladores de Klingon y con unas luchas donde una rubia aparecía en escena y le hacía el trabajo sucio a Sarah Michelle Gellar para luego desaparecer. Pero, por más que le odie, tuvo mérito. El tipo supo transmitir a los adolescentes del momento sus frustraciones y supo hablar con su mismo lenguaje (el de ‘soy una víctima’, ‘nadie me comprende’ y ‘el mundo gira a mi alrededor’). Otra cosa es que me guste ese lenguaje, que ya sabéis que me resulta infantil, cargante e irritante, pero supo comunicarse con su parroquia (algo que también sabe hacer gente como Kim Kardashian, Snooki y Shonda Rhimes).
Esto no quita que me imagine qué hubiera pasado si Whedon hubiera tomado las riendas de The Nine Lives of Chloe King, el intento de Buffy (con pinzas y mucha distancia) de la ABC Family y que adapta una saga literaria adolescente. En ella, una adolescente llamada Chloe descubre que es la esperanza de la raza Mai, unas criaturas que son humanas en apariencia pero que además poseen rasgos y dones felinos, como uñas enormes y dinámicas, la capacidad de saltar y también ultra-oídos, con la ventaja de que, como es la Mesías, tiene nueve vidas. Vamos, la misma historia de siempre. En lugar de explicarnos lo que es la primera menstruación y tener pensamientos impuros, nos cargan de grandes responsabilidades, el camino a la maduración y nos avisan de que, si no vigilamos, podemos morir en el primer coito (aquí beso).
La premisa, aunque mil veces vista (como todo gran relato, que conste), podría dar de sí (en el mundo de la caspa, claro). El problema es que ni se dignan a crear un registro propio para comprender a la protagonista. Asumen que hemos visto muchos otros productos del mismo perfil y no se toman la molestia de hacer un retrato de la amistad, la mitología es de todo a cien, la historia de amor es otra imitación barata (de cualquier subproducto) y encima no son lo suficientemente autoparódicos como para que podamos reírnos de ella con ella (lo que permitió, por ejemplo, que Scream 4 molara). Whedon, en cambio, hubiera intentado encontrar un equilibrio. Habría duchado la serie de trascendencia, la habría aliviado con pequeños guiños y hubiera jugado con estos dos registros. Hubiera odiado el producto final, por supuesto, pero por lo menos alguien lo hubiera comprado.
3 comentarios:
a diferencia de teen wolf que me a sorprendido gratamente en sus últimos episodios esta serie la considero de lo peor que a salido de las mentes ultra conservadoras de la ABC Family. Un bajo presupuestos que se nota a metros, malos guiones y unas actuaciones pésimas van a la par de las bajas audiencias que a cosechado.
A mí también se me hizo imposible hablar de ella sin mencionar a Buffy xD La serie no es nada del otro mundo, pero teniendo en cuenta la cadena en la que se emite y el público al que está destinado creo que cumple a la perfección con su función.
NSN, el problema seguramente es que Pretty Little Liars combina muy poco con las otras series del canal y la gente cambió sin darle una sola oportunidad. Hubiera funcionado mejor tras The Secret Life, aunque es normal que Switched at Birth se la quedara de lead-in porque aún combinan mejor.
Manganxet, uf. No sé qué decirte. A mí no me sirve ni de placer culpable.
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