Un horror de casa

En las últimas ediciones del reality de moda Project Runway siempre ha habido algún diseñador de visión muy clara cuya mayor fijación son las telas brillantes o los estampados y contrastes exagerados, y la editora de Marie Claire y juez del concurso, Nina Garcia, siempre les tiene que recordar que no se dejen llevar por su ofuscación y por el exceso de ideas. “¡You have to edit your clothes!”, les suelta cada vez que las modelos aparecen con un maquillaje extremo, demasiada carne al aire y una amplia gama de colores estridentes. Según ella, a veces “menos es más” y las ideas siempre son válidas mientras uno no se olvide que al final del día las prendas deben tener gusto además de un tono personal. Y este cuento, así sin retoques, se lo podría aplicar directamente a Ryan Murphy.

Desde que surgió en el panorama catódico gracias a Nip/Tuck (sí, antes existió Popular pero asumamos que nadie le daba importancia), el autor televisivo ha ido acentuado su mayor virtud hasta convertirla en defecto. A él le gusta la exageración, le interesa caminar por donde otros no se han atrevido (o más bien correr, saltar y pegársela), pero es incapaz de encauzar todo su potencial en una obra que pueda mantener algo de constancia. Es que es ver American Horror Story y pienso automáticamente en Glee y también en Nip/Tuck en su cuarta temporada, cuando el proyecto se le había escapado de las manos y ya no se debía tomar su medicación. No niego que es interesante probar sus productos y que sus iniciativas son admirables, pero no se puede dejar de lado cierta clase.

Se podrá alegar que es un guionista psicotrópico y que no entiende de límites, que su talento en gran parte reside en el hecho de que está desbocado, pero no puedo evitar tener otra opinión. Hasta el mayor desorden debe tener una lógica, sobre todo cuando se habla de un relato, y hasta lo más repulsivo y vicioso debe tener un estilo. En American Horror Story, sin embargo, sólo se queda en intenciones. Quiere mostrar el malvivir de una familia en una casa con presencias malignas y unos vecinos aún más desagradables, pero no nos lo cuenta.

Vomita conceptos y apuntes por aquí y por allá, pero se queda más en un experimento que un relato y para invertir en una serie cada semana se necesita algo más: algo tan básico como una narración que, por lo que parece, muchos creen que es prescindible. Ah, y unos protagonistas interesantes que puedan medirse a Jessica Lange, que aquí se podría comer la casa entera.

P.D.Podcastero: De esta serie y mucho más hablo con MacGuffin en el regreso de Yo Disparé a J.R. después de habernos ausentado tres semanas, que tocaba irse de viaje. Aquí tenéis la guía con los temas que tratamos (que esta vez son unos cuantos y bastante variados):

0’: Once Upon a Time, el cuento revelación.

15’: American Horror Story.

28’: The Walking Dead. Crónica del desasosiego (con spoilers hasta la fecha).

47’: Bones y el salto del tiburón (spoilers).

58’: El regreso de Fringe (spoilers).

Ya os podéis descargar el episodio aquí.