These Little Muffins

Posiblemente porque el Reino Unido hubo creado un fenómeno internacional tan influyente como las Spice Girls y otro nacional como Girls Aloud, la maldición de los grupos femeninos de X Factor hería especialmente al concurso. Su finalidad (aparte de generar cantidades ingentes de dinero) era encontrar nuevos ídolos para la industria del país y parecía casi una obligación que encontraran la nueva girl band que inspirara a las adolescentes.

Este objetivo tenía sentido porque, al igual como ocurrió con los grupos ya mencionados u otro masculino como Take That, estas bandas no tienen porqué resentirse de haber pasado por semejante programa. Hemos crecido mucho desde que escuchamos por primera vez el Wannabe y pensamos que las cinco chicas eran amigas de infancia. Por lo tanto, no perjudica que el público sepa que la formación de estos grupos es cualquier cosa menos orgánica. Lo que importa es que se crea el mensaje una vez están formados (y que tengan suficiente tiempo para transmitirlo). Y este aspecto, como también el musical, las Little Mix lo han bordado y de aquí que hayan sido las underdogs de la edición y que casi partan como favoritas de cara a la final de la semana que viene.

Al principio, su paso por el programa no fue un camino de rosas. Jesy Nelson, Leigh-Anne Pinnock, Perrie Edwards y Jade Thirlwall se presentaron cada una por su lado a X Factor y todas recibieron una negativa por parte de los jueces como solistas. Sin embargo, algo les vieron, decidieron darles otra oportunidad como grupo y la jovencísima jueza Tulisa, bastante criticada por ser jovencísima (23 años), las quiso en su equipo. Y curiosamente encajaron, al igual que One Direction lo hizo el año pasado. Todas ellas bajitas, de 18 a 20 años, de perfiles distintos y dispuestas a vestir de todos los colores del arco iris, las Little Mix se pusieron en las manos de su mentora y ella hizo milagros, que por algo son sus little muffins.

Puede que Tick Tock de Kesha no pueda ser considerada una canción de rock por más riffs guitarreros que le metas y que sea un escándalo no conocer Think de Aretha Franklin pero, a pesar de estas anécdotas, la cantante de N-Dubz supo cómo enfocar a sus chicas. Les dio un sonido urbano y bailable y una estética acorde y ellas pusieron de su parte sabiendo cantar (en especial Perrie Edwards, que se rumorea que ya sale con Zayn Malik) y transmitiendo una amistad que, aunque breve, cuela. Entre sus actuaciones destaca su Super Bass (no por perfecto, pero sí por fresco), I’m Like a Bird (el sonido que les buscó Tulisa fue sensacional) y Set It Off (donde actuaron y se comportaron como unas profesionales). Bueno, hasta podríamos incluir Beautiful, donde utilizaron a su favor el cyberbullying sufrido por Jesy (por su físico) y demostraron al final de la actuación cuánto se querían con lágrimas incluidas para ilustrarlo (o lo fingieron, cosa que no creo).

Por estas razones, creo que las Little Mix merecen ganar. Puede que no ocurra, sobre todo porque muchas marujas votarán por Marcus Collins a pesar de que nadie quiera escuchar un disco suyo. Pero han sabido forjarles una imagen, tienen un mercado potencial y su viaje, ilusorio o no, ha contado una historia a través de actuaciones, entreteniendo y vendiéndonos un producto bastante sólido. Para esto existe X Factor y no para encontrar cantautores que llenen cafés de veinticinco metros cuadrados.