jueves, 22 de marzo de 2012

La desgana de los Winchester

Trillones de horas destiné a alcanzar a los hermanos Winchester y, cuando los tuve a tiro de piedra, me paré en seco. Después de zamparme tres temporadas en menos de un año e invertir en una sexta temporada que no era tan mala como acusaban los críticos, tenía otras prioridades y Supernatural ya no era una de ellas. El hechizo de Sam y Dean había dejado de surtir efecto.


En ningún momento quiero que alguien se piense que formo parte de esa tribu de culto que desea fervientemente viajar al pasado y hacer que se cancele la serie después de su quinto año, cuando terminó la lucha entre el bien y el mal encabezada por Lucifer. Siempre he creído que Eric Kripke se encontró con la fórmula del éxito a medida que improvisaba. Al fin y al cabo, toda la primera temporada se basó en dos pesados que no paraban de discutirse sin especial gracia y que ayudaban a cualquier chica en apuros y con un buen escote. Pero, al igual que haría Fringe a posteriori, subió el nivel al integrar elementos más serializados en cada caso de forma más latente, se alinearon los astros e incluso la relación entre los dos hermanos pasó a ser más orgánica.


El inconveniente actual, sin embargo, es que ambos ya están de vuelta de todo. Han ido al infierno y han vuelto, han quitado cualquier misticismo a sus existencias y a las muertes de sus padres, y con todo casi controlado (asumámoslo, son prácticamente Dioses) han entrado en un sopor postapocalíptico. Nada les sorprende, los conflictos internos prácticamente han desaparecido y hasta Sam ha renunciado a tener algo de normalidad en su vida. Vamos, que están en una carretera sin fin, sin curvas, sin motivación y esto se nota en los casos, que no logran insuflarle mucha vida.


Que conste que escribo esta entrada sin haber visto más allá del quinto episodio de la séptima temporada (y que habrá spoilers de lo que ha ocurrido hasta ahora). Puede que tenga por delante algún episodio brillante, como he leído que hay uno (y como en la sexta estuvo The French Mistake), pero el gran obstáculo de la temporada perdió todo el potencial que podía tener en pocos capítulos.


La dictadura celestial protagonizada por Castiel podía haber sido el antídoto perfecto al pasotismo de Supernatural. Por lo menos el villano iba a tener una relación compleja con los protagonistas y escalaba por la jerarquía mitológica, lo cual suele funcionar mejor que bajar (como era la madre del purgatorio). Pero, así de golpe, se cargaron el arco para introducir unas nuevas criaturas, los leviatanes, que sólo parecen unos demonios transformados en súper guerreros. Se supone que son más temibles, más profesionales e igual de sádicos que cualquier vil monstruo, pero cuesta verlos como una amenaza a la altura de las anteriores.


Pienso seguir con Supernatural porque soy de esos que siempre conservan la esperanza y que le dan el beneficio de la duda a aquellas series que alguna vez lo fueron todo, pero reconozco que la motivación es más bien escasa. Y, en realidad, lo único que espero de ella es que sea auténticamente entretenida, a pesar de cuáles son los enemigos y los aliados. Sólo que tenga vida y nos la transmita, pero está tan desganada como los propios Sam y Dean.

3 comentarios:

Adriii dijo...

Yo cada vez tengo menos ganas de seguir con la serie. Estoy estancada en el episodio 4 de la séptima y no encuentro las fuerzas para ver una serie que hace tres temporadas contaba sin ninguna duda entre mis favoritas.

¿La clave? Aunque no era demasiado fan de que metiesen tanta trama seriada, al principio la supieron llevar. Pero según ha ido evolucionando la historia, se ha ido perdiendo lo que mejor le sentaba a la serie: Su buen rollo.

Esa química entre los dos, los momentos de comedia, el no tomarse en serio a sí misma... Era lo mejor de Supernatural y ahora se ha perdido.

Como tú, no quiero abandonarla. Les tengo mucho cariño... Pero si la CW hace de ella la nueva Smallville en términos de renovación, no tardaré mucho en bajarme definitivamente del carro.

OsKar108 dijo...

Yo la empecé tras muchas, muchas recomendaciones, y dándole oportunidades de más a la 1ª temporada por lo que me habían ido hablando de la serie, y una vez que empecé con la 2ª (y sin quitar que la 1ª contenía episodios muy logrados, aunque la estructura era demasiado independiente entre si) empecé a disfrutarla realmente, e iba mejorando a cada paso (para mi con la 4ª como mejor temporada si no recuerdo mal), y lo que hubiese sido un estupendo final al acabar su 5ª temporada. Aún así vi la 6ª y aunque en líneas generales me desencantó bastante/mucho, la terminé de ver, pero ahí me iba a quedar; tras un comentario de Moltisanti, le di una oportunidad al comienzo de esta 7ª temporada, pero una vez que llegó el parón por fin de año, sí que estaba convencido de que hasta aquí había llegado, y la abandoné definitivamente.

¡Saludos!

anto33 dijo...

A mí me sigue entreteniendo,pero no le veo la gracia a los leviatanes.Paree que tengan un gran plan,pero luego se comportan como monstruos comilones de carne humana.Coincido en que hubiera sido mejor seguir con lo de Castiel.