La generación de Girls

Girls puede que haya despertado bastantes antipatías entre gran parte de la crítica y también del público, pero hay que entender que Girls es una obra con un público muy concreto. Habla directamente y sin disimulo sobre y para una generación de jóvenes nacidos en los ochenta y que están intentando posicionarse en un mercado que precisamente no los recibe con los brazos abiertos. Que fueron inculcados desde pequeños que lo importante era estudiar y que después, cuando llegó el momento de trabajar, nadie les quería a menos que fuera con un contrato de prácticas.

Hay que reconocer que aquellos que han criticado Girls también tienen mucha razón. Esta propuesta de la HBO no es precisamente simpática y sus protagonistas son tan modernas como también posmodernas. Tienen dudas sobre su papel en el mundo, no entienden de relaciones sentimentales sanas y hay una escena en particular que ha dado mucha carnaza a los detractores. La protagonista, Hannah, les pide a sus padres que le paguen un sueldo durante dos años para poder mantenerse en Nueva York y poder escribir una novela de la que solamente tiene unas veinte páginas. Pero cada cosa en su lugar.

Para empezar, Girls es una comedia conceptual. Nos cuenta la vida de varias chicas de veintitantos que viven en Nueva York y que están en proceso de abandonar el nido (y los cheques) de sus progenitores. Y no quieren. Y no creo que a esa escena en particular le falte ironía. La tiene toda. Es incluso patética. Pero, por encima de todo, también creo que hay grandes dosis de verdad y expone un problema con el que se han encontrado muchos jóvenes. Les vendieron durante toda la vida que su deber era estudiar y ser lo mejores que pudieran para poder encontrar un buen trabajo y después se encontraron con que tenían que dar las gracias por empleos no-remunerados o por trabajar de cualquier cosa por la que no se necesitaban ni carreras ni másters (y para los que no les educaron, por más que después los padres no se acuerden).

Por esta razón, creo que Lena Dunham dio en el clavo con su propuesta, justamente cuando ella posiblemente es la excepción de su generación. Con veinticinco años ya está colocada en el canal que mayor prestigio del mundo y encima ya tiene una película de culto bajo el brazo, Tiny Furniture, que también escribió, protagonizó y dirigió. Puede que aquellos que no se encuentran entre su público la vean arrogante y una arma de más para que todos aquellos jóvenes mantenidos (y que se inventan estancias en países extranjeros con coartadas como aprender idiomas) puedan seguir haciéndose las víctimas, pero también tiene un concepto muy interesante, realista y con un punto de vista bastante ácido. Muchas veces hay que ir al extremo para encontrar el humor y creo que no se le ha dado tregua a semejante proyecto porque cierta audiencia es incapaz de conectar con la realidad actual de muchos jóvenes.

Y puede que el escenario sea Nueva York, pero en Barcelona los jóvenes también tienen conversaciones importantes mientras mean en el baño. No sé si les habrá pasado por la cabeza a otros, pero Girls es muy real. Eso sí, para un público muy concreto.