Si existiera un termómetro para medir la expectación que rodea un estreno televisivo, en el Reino Unido habría ríos de mercurio por las calles. No porque el silencio estuviera a punto de caer tras formularse la pregunta definitiva, sino porque Doctor Who regresaba el sábado con una agenda muy clara: empezar la despedida de Rory y Amelia Pond.
En otro caso, que Moffat pusiera las cartas sobre la mesa e indicara los puntos de inflexión de la temporada (cinco episodios para despedir a los compañeros, el especial de Navidad dedicado a la sustituta y los restantes capítulos para el verano, incluyendo la celebración del 50 aniversario), se podría interpretar como una respetuosa maniobra de cara al espectador. Los compañeros vienen y van, como siempre han contado. Pero es Moffat y, tanta anticipación, sólo puede significar una cosa: que tiene otro rompecabezas entre manos y que quiere que el espectador pierda el juicio en elucubraciones hasta que llegue el adiós definitivo.
De momento, si algo ha demostrado el responsable de Doctor Who, es que no tiene miedo a la expectación. Siempre bordeando la clase y la trampa con el arte de los deus ex-machina, tituló el estreno como ‘Asylum of the Daleks’. La temporada más esperada empezaba con el título más provocador y superlativo, haciendo referencia al enemigo vital del Doctor. Pero, curiosamente, los Daleks se quedaron en una divertida imagen, un parlamento repleto de máquinas doradas. Lo importante, a resumidas cuentas, eran dos revelaciones que tenían que ver con los compañeros del Doctor y una anécdota (y quienes no hayan visto el episodio pueden dejar de leer):
- Por unos minutos, creí que Moffat había dado la vuelta al universo y habría creado una realidad alternativa en la que Amelia y Rory se habían convertido en dos imbéciles incapaces de quererse el uno al otro. Falsa alarma. También pensé que el objetivo del Doctor para esta temporada sería recordarles qué les unía para poder dejarles en su casita de campo al final de este ciclo. Otra falsa alarma. Pero, si bien es algo decepcionante que se resolviera tan rápidamente el conflicto del posible divorcio entre estos dos, también dio para una bonita escena que llevaba claramente la imprenta de Moffat. Se inventó una situación para emocionar con mucho cariño al público. Y, mientras que cuesta creer que Rory y Amy pudieran dejarlo por la incapacidad de ella de tener hijos biológicos, no seré yo quien se queje de esa competición de amor. El responsable ha hecho un magnífico trabajo durante estos dos años y, si algo no se puede poner en duda, es la increíble devoción que se tienen, aunque sea él quien exponga su afecto de forma más evidente.
- La sorpresa, sin embargo, fue la aparición de Jenna-Louise Coleman que se anunció como la nueva compañera del Doctor. Primero porque los pases a fans de la serie no aguaron la novedad, que se mantuvo en secreto, y también porque su final me dejó a cuadros. La acompañante por el momento es una Dalek, tras morir en el asilo en forma humana y ser reconvertida en máquina. Vamos, que Moffat tiene otro cubo de Rubik entre manos y deberá sortear unas cuantas circunstancias: la acompañante se llamará Clara y el nombre de esta era Oswin; la conocerá en la Londres Victoriana y Oswin era una científica del futuro; y dudo que Moffat haga algo tan obvio como presentar su muerte y simplemente conocerla en su pasado. Sea como sea, el "remember me" del final me tiene algo inquieto.
- Y, finalmente, los Daleks hicieron la pregunta que hará caer el silencio, después de olvidar quién es su depredador (lo cual aparentemente cambia para siempre la relación entre estos y el Doctor). ¿Simple anécdota o presenciamos la semilla que hará caer el silencio?
6 comentarios:
Parecemos empeñados en dar una imagen de nuestra juventud de vagos y maleducados sin futuro. Curso del 73, estrenado anoche en neox, un programa de pena con unos concursantes idiotas
http://www.elcriticodelatele.com/2012/09/Curso-del-73.html
Yo sinceramente he llegado a pensar que el viaje de Jenna ha terminado. ¿Y si todo lo de la nueva companion era para manipularnos y que le cojamos cariño en un solo episodio? Estoy muy conspiratorio tras ver el episodio... solo pido que veamos mucha Oswin.
tengo unas ganas de que Moffat se quite de cabeza a la Pond, solo espero que la siguiente Companion no sea tan insufrible... y me pregunto si como en la anterior temporada, los puzzles de Moffat se quedaran en artificios con un final rápido y justito. Ya veremos.
Si algo tiene Doctor Who es la facilidad de tenerte dándole vueltas al episodio durante una semana. Es fantástico.
Mi tradición es (era) acumular episodios y pegarme una maratón en Navidades. Pero este año me he saltado la costumbre, porque me apetecía seguir la despedida de los Pond semana a semana y compartir con conocidos y amigos (tanto reales como virtuales) la experiencia y sobre todo, las teorías cospiranoicas y más o menos descabelladas que se nos van ocurriendo.
Yo creo que eso que vimos de Oswin es, obviamente, su final, y que el Doctor la conocerá en su pasado. ¿Sobado? Puede. Pero no se me ocurre otra cosa. Claro, yo no soy Moffat. Así que, todo puede pasar en la cabeza de este señor... y sí, fue sospechoso el 'Remember me'. Mucho. Lo descubriremos y lo disfrutaremos sobre la marcha.
Y cuánto molaría que cierto clon del Doctor nº10, que anda por ahí en realidades alternativas, apareciese en un cameo espectacular en el episodio del 50 aniversario... Ooooooh...!! ;)
Barry, también se me pasó por la cabeza pero sería muy cruel para la actriz. Crearle tanto hype para despacharla tan rápido. No creo.
Eddtron, Amy es AMOR. Pero también temo que los puzzles sean demasiado enrevesados y Moffat vuelva a optar por una resolución apresurada y floja.
Vanessa, creo que nos sorprenderá. Ya verás. Y siempre es más divertido el visionado si puedes seguir todo el 'hype' que le rodea y comentarlo. De momento, Moffat le ha pasado la mano por la cara a Terra Nova. :)
"Llevaba la imprenta de Moffat"?
O la impronta?
O el sello?, mejor aún.
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