Forbrydelsen abrió la veda a las series danesas y desde entonces los británicos viven una fiebre nórdica que ni los temibles subtítulos pueden curar. Pero lo que podría haberse ceñido a los thrillers criminales (ahora hay una obsesión por la sueco-danesa The Bridge a la que todavía tengo que hincar el diente) se extendió a un drama político que ni tan siquiera su creador, Adam Price, podía sospechar que tendría recorrido en el extranjero. Sobre todo porque la serie llamada Borgen se centra en el gobierno danés, en el tratamiento de la información de los medios de comunicación y, como ocurre en cada estado, su política tiene una inercia propia.
Borgen (que significa castillo y hace referencia al palacio de Christiansborg donde se encuentran el parlamento, el despacho del primer ministro y la corte suprema) gira en torno a Birgitte Nyborg Christensen, la sencilla líder de los moderados que de la noche a la mañana se convierte en la promesa política del país después de que las dos grandes figuras del parlamento caigan en desgracia, el líder de la oposición por unos desafortunados comentarios racistas y el jefe del Gobierno por pagar con dinero del Estado un carísimo bolso a su esposa alcohólica. De aquí que, tras quedar tercera por sorpresa en las elecciones generales tras un batacazo por parte de las principales formaciones, los laboristas y los liberales, la Reina de Dinamarca le encargue formar Gobierno si encuentra el apoyo necesario en la cámara de representantes.
No conozco de antemano el funcionamiento de la política de Dinamarca, así que no puedo hacer un exhaustivo análisis de la verosimilitud de la ficción, pero sí puedo decir que a primera vista vende muy bien su visión. Las negociaciones de Nyborg para formar el gabinete, la toma de decisiones del ejecutivo o la ambición periodística de Katrine Fønsmark, la joven presentadora del informativo más relevante, fluyen y exponen los mecanismos de una forma tan comprensible como presuntamente realista.
De hecho, la primera temporada de Borgen salió airosa del escrutinio de los medios de comunicación de Copenhagen y hasta se vio avalada por la mismísima primera ministra, Helle Thorning-Schmidt, que no siempre ha comprado todas las tramas de la serie pero sí ha reconocido disfrutar con las aventuras parlamentarias de Nyborg, con la que la han comparado y buscado las similitudes. Una de las virtudes del drama es que se adelantó a la realidad del país, pues Birgitte Nyborg subió al poder antes que la primer ministra real.
Ni que sea por la estimulante esfera política que recrean, Borgen es muy aconsejable porque sus capítulos de una hora de duración tienen mucho ritmo, los personajes resultan automáticamente cercanos y/o interesantes, Sidse Babett Knudsen es tan buena actriz como entrañable en su papel protagonista (directamente enamora), la vericuetos políticos son muy interesantes y es extraordinariamente accesible. En todo momento el espectador, sea de donde sea, puede entender el funcionamiento del gobierno danés, con qué retos se encuentra la primer ministra (muy curioso el capítulo que habla de la cuestión groenlandesa) y sabe comunicar las victorias y concesiones de una mujer que sabe que lo tendrá muy difícil para mantener su integridad y no decepcionar ni al pueblo que lidera, ni a la familia que tiene que dejar en un segundo plano. Una situación que instigó a la publicación The Guardian a compararla con Alicia Florrick, un parecido que compro y que doy como aval para expresar una vez más cuán de buena es Borgen.
P.D.Podcast: Lo más seguro es que hablemos de Borgen en el próximo programa de Yo Disparé a J.R. porque a este no le faltaba precisamente contenido. Por fin contamos entre nosotros con nuestra special guest-star Irene Cívico para hablar de Revenge, comentamos el desarrollo de Go On, en qué punto se encuentra Modern Family con su cuarta temporada, cómo nos está sorprendiendo Homeland y si Mockingbird Lane debería haber pasado del piloto. El programa lo tenéis en la columna de la derecha y aquí tenéis la guía:
- 0’: Presentación y el piloto de Mockingbird Lane, el remake de Los Monster.
- 13’: Go On, la simpática serie de Matthew Perry a pesar de Matthew Perry.
- 24’: Modern Family, el embarazo de Gloria, la marcha de Hailey y el especial de Halloween.
- 44’: Revenge, el regreso de Victoria y la madre que parió a Amanda (spoilers hasta el 2x04).
- 72’: Homeland, la serie que va a su desenfrenado ritmo (spoilers hasta el 2x04).
1 comentario:
Muy interesante esto de las series nórdicas lástima que mi english no sea tan bueno como debiera para leer los subtítulos...
Lo de Homeland yo no sé a dónde van porque yo veía a Brody de Presidente USA y ahora es muy complicado que eso ocurra. Que sea agente doble es lo previsible y si lo muestran al mundo pues se acaba la serie como quien dice.
De todas formas Estes me sigue dando mala espina y El Nuevo lo mismo. Veremos si Nazir no tiene más Infiltrados en la CIA...
Lo de Fringe no lo esperaba para nada! Me parece que están atascados a ver si la cosa cambia ahora ya irremediablemente...
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