viernes, 30 de noviembre de 2012

Esta trama ya la he visto

Cuando se supo la identidad de la prometida de Barney, el público pasó a saber qué rumbo tomaría el relato de Cómo Conocí a Vuestra Madre. Con la octava temporada como posible última, pues aún hay que renovar los contratos de todas las partes implicadas si quieren seguir, desviaban otra vez el centro de atención de Ted a su segundo mejor amigo. Sí, descubrimos en el arranque de temporada que ese día el personaje-bisagra se encontraría con la mujer de su vida en un andén de tren, pero lo que realmente teníamos por delante era la enésima unión entre Barney y Robin.

Esta revelación, que no era muy difícil de pronosticar (al fin y al cabo, sabíamos que Becki Newton protagonizaría la próxima serie de Carter Bays y Craig Thomas), planteaba un reto: ¿cómo iban a hacer atractiva una trama que habíamos visto antes y que encima esta vez sí sabíamos cómo terminaría? Podrá ser una comedia pero estos arcos siempre tienen como finalidad implicar al espectador a un nivel mayor que el del simple gag y que apoye a los personajes en el viaje. Y este no era la única prueba de fuego de los responsables. También pusieron a Ted en una situación parecida, otra vez con Victoria pero sabiendo que su relación no iría a buen puerto. ¿Cómo hacer interesante una relación que ya vimos anteriormente y cuyo desenlace también conocemos de antemano?

De momento, puedo decir que no conozco la respuesta a ninguna de las dos preguntas, y añadiría que Bays y Thomas tampoco porque, si ponemos los últimos episodios sobre la mesa, nada que esté relacionado con estas cuestiones ha brillado especialmente por ser gracioso y/o emotivo. El perro de Barney es fruto de uno de los guiones más flojos de la serie, al igual que el contrato prenupcial o cualquier cosa que tenga que ver con Ted y la pastelera. Los mejores chistes, diría, son Marshall y Lilly medio zombies, Robin y su musa erótica (o sea, ella misma en televisión) o esa fugaz aparición de Robin Sparkles. Bueno, a estas alturas no sorprenderá a nadie que considere que Cobie Smulders eleva la serie cada vez que la erigen como protagonista de una escena, siempre y cuando no sea babeando por el rompe-bragas de Stinson (y por eso tengo ganas de ver el próximo programa, cuyo adelante promete Robin por un tubo).

Lo que despierta mucha indignación, además, es la sensación de déjà vu de las tramas. No solamente hemos visto demasiadas veces a Barney y Robin con su tira y afloja, bastante pesado de por sí. Como decía Verbal Kint en Twitter el otro día, “lo de Victoria clama al cielo”. Otra vez la misma historia de amor y encima con la misma excusa para romper. Y lo peor es que los responsables no parecen aprender de sus errores. ¿Os acordáis de cómo gritamos todos “¡no!” cuando Ted le confesó a Robin que la quería, porque ya lo habíamos visto y sabíamos que no aportaría nada nuevo al relato definitivo? Pues otra vez repitiendo historias contadas anteriormente y con peores resultados porque esta vez ya sabíamos cómo acababa o acabará todo.

Ah, y Joe Manganiello es de los peores actores vivos. Por favor, que no le inviten otra vez. Ni su torso impide que aún rebaje más el nivel de Cómo conocí a vuestra madre.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Si bien es cierto, HIMYM nos ha acostumbrado a voltearnos la tortilla varias veces. Yo no daría tan por sentado lo de Barney & Robin. Van muchas veces en estas últimas temporadas, en las que Ted admite que ama a Robin y no creo que esos detalles estén ahí de sobra. Y creo que la prueba reina de que lo de Ted, Robin y Barney no está resuelto aún, es en aquel capítulo de las apuestas en el que Marshall siempre se salía con la suya diciendo un "Not yet", al final Lily le dice que le pague la apuesta de que Robin y Ted no estarán juntos, a lo que él le responde con su triunfal "Not yet".

Tíldenme de ver cosas donde no las hay, pero yo no creo que todo esté escrito aún. Saludos.

Julio C. Piñeiro dijo...

Como ya dije recientemente en un artículo al respecto, los momentos puntuales de brillantez cómica (o tragicómica) de la serie pueden no ser suficientes hasta cierto punto si siguen manteniendo esa tónica de hacer y deshacer, que en esta temporada, afortunadamente, han ventilado rápido (3 rupturas en apenas 6 ó 7 episodios, bam).

Aunque desde que escribí ese artículo, veo que la temporada por fin empieza a tirar para adelante, sugiriendo evolución hasta en los personajes más estáticos (la carrera de Marshall hacia la judicatura), a través de una tram biepisódica, con perdón, brillante, por my mal actor que sea Manganiello.

Te lo dejo aquí más en detalle: http://www.enclavedecine.com/?p=8040

Rapalino, por mucho que hayan dejado esa puertecilla abierta, Robin y Barney no tendrán más que un mini-bache antes de darlo todo, pues quizás ven que también se les pasa el arroz. Una reflexión que le caerá rebotada a "ensayo-error" Mosby.

Lalaith dijo...

Recuerdo que cuando empezó esta serie estaba enganchadísima, me encantaba, Ted me parecía la persona más entrañable del mundo, Barney me hacía gracia, Marshall me parecía muy simpático, Lily aportaba un toque femenino y Robyn, la verdad, me daba bastante igual.

A estas alturas estoy hasta las narices de Ted y me importan una mierda las historias que cuenta a sus hijos, Barney ya no me hace gracia, Marshall se me hace muy pesado, Lily me cae bastante mal y Robyn... bueno, me sigue dando bastante igual pero algunas de sus tramas (como cuando Lily se pone de parto y la trata como a una yegua) me sobran completamente.

Sigo viendo la serie porque no me gusta dejar las cosas a medias y porque aún queda algún rescoldo del cariño que una vez le tuve, pero rezo porque realmente ésta sea la última temporada. Parece mentira lo bien que empezó y en lo que se ha convertido.


Saludos!

Unknown dijo...

Como fan de Friends, para mi el mayor error argumental de sus diez temporadas fue unir a Joey y Rachel. Aquí han hecho lo mismo, pero perpetuando el error y "convirtiendolo" en un acierto... No lo es. Nos lo pinten como nos lo pinten. La magia la tenian Ted y Robin. Esa historia de "redencion" de Barney lo unico que hace es quitarle su chispa. Querer convertir a Barney en un tipo normal ha sido el mayor error de esta serie. Y si encima te cargas a Quinn que es la unica con la que Barney realmente ha tenido quimica... apaga y vamonos.

Para mi, la gran sorpresa de HIMYM seria saber que la madre de esos niños no fue con quien Ted termino realmente.

Crítico en Serie dijo...

Rapalino, esos detalles están ahí pero no sé hasta qué punto serán fundamentales. Al fin y al cabo, se refieren a Robin como "tía Robin", con lo que cual sólo hay cierto margen de maniobra.

Julio, la carrera de Marshall hacia la judicatura creo que a estas alturas no aporta nada. Era un 'twist' que suponía que hacía avanzar al personaje pero que como espectador no supone nada interesante. Su verdadero avance fue ser padre y todo lo demás es redundante.

Lalaith, te entiendo. Tampoco soy de dejar series a medias y cada vez que creo hacerlo doy marcha atrás y me trago los episodios al cabo de un tiempo. Eso sí, jamás he tenido mucho aprecio por Ted y compañía. Actualmente la veo porque a mi novio sí le gusta.

Ester VI, aportas un punto muy interesante. ¿Hacía falta redimir a Barney? Yo tampoco creo que fuera necesario y, como tú bien dices, su química no es muy palpable. De hecho, uno de los mayores errores de How I Met es que ni tan siquiera hay química de grupo de amigos entre todos los protagonistas. Pero este es otro tema.

Unknown dijo...

Respecto al tema de la química... Hace algún tiempo leí una crítica en este blog que no era muy positiva hacía "New Girl". Ciertamente la 1º temporada fue irregular, y daba la impresión de ser un vehículo de lucimiento para Zooey Deschanel. Pero tengo que decir que he caído en las redes de esta serie... precisamente por eso que dices de la química de grupo. Creo que "New Girl" es un ejemplo claro de lo que pasa cuando hay química entre los actores... aunque a veces las tramas sean muy lights, te mueven algo por dentro e invita a la empatía.