La era de los pilotos

Algo está cambiando en EE.UU. y los canales CBS y FOX no están por la labor de gastarse cientos de millones de dólares en el desarrollo de proyectos que no irán a ninguna parte. Así es como ha funcionado hasta ahora la industria televisiva: los canales reciben propuestas, ellos encargan guiones, producen unos cuantos pilotos y después eligen entre los que tienen más potencial. Cubos y cubos de dinero que se desperdician por culpa de la idea que no pueden juzgar un proyecto por las Biblias que reciben en la oficina.

Como comentó Marina Such en ¡Vaya tele! es una cuestión de talento. Cada vez hay más competencia y a la plataforma Netflix no le está saliendo mal la jugada, encargando series a voces con carácter y dejándoles cancha. Tampoco quieren invertir lo mismo en la configuración de su programación, sobre todo teniendo en cuenta que cada vez es más difícil lanzar un éxito (la NBC probó de saltarse la fase de pilotos en su peor momento y la jugada no le salió precisamente bien). Pero lo que me interesa de esta noticia es la desaparición de los pilotos, esos episodios presentación que se rodaban sin saber si verían la luz del día (yo pagaría por ver el remake de 2002 de ‘Las Brujas de Eastwick’ protagonizado por Marcia Cross, Kelly Rutherford, Lori Loughlin, Jason O’Mara y Chris Evans).

Puede que en el terreno de la comedia la cosa no vaya a cambiar en exceso. Las sitcoms han demostrado continuamente que sus primeros episodios nunca son los mejores, sobre todo porque tienen que aprender a manejar las vises cómicas de los actores y qué químicas surgen entre ellos, una magia que se aprende con la experiencia y que ningún encargo de temporada completa podría evitar. El terreno dramático, en cambio, ya es otra cosa: tienen que demostrar demasiado en muy poco tiempo y por lo general son episodios poco representativos de lo que vendrá a continuación. ¿Cuántas veces nos han colado una complejidad que luego no volverá a hacer acto de presencia? ¿Cuántas veces nos venden un caso muy personal para presentar al protagonista y después tenemos que conformarnos con investigaciones con el piloto automático? Por no hablar de episodios que gozan de un presupuesto holgado que, cuando toca seguir adelante, desaparece por arte de magia.

Por cada piloto de ‘Mujeres Desesperadas’, ‘Friday Night Lights’ o ‘Perdidos’ hay muchos más proyectos que sí engañan. ‘Fringe’, por ejemplo, tenía un primer episodio doble, personal y que dejaba entrever unas conspiraciones que prácticamente no volverían a hacer acto de presencia hasta veinte episodios después. ‘Revolution’ vendía el high-concept para convertirse en una serie mediocre. ‘El Mentalista’ y casi todos los pilotos de la CBS venden unos protagonistas fuertes con un caso que les toca de cerca (y un misterio o cuenta pendiente bajo el brazo) que no se tocarán hasta el cabo de años. Pero probablemente lo más frustrante es ver el piloto de una serie y no poder quitarte la sensación que se trata de un trámite, una introducción obligatoria donde venden expectativas por encima de todo.

Resulta mucho más satisfactorio descubrir poco a poco que efectivamente tiene más capas de las que aparentaba, una estrategia que llevan a cabo las series de cable como ‘Justified’, ‘Breaking Bad’ o ‘Sons of Anarchy’. Sorprenden cuando dan sus saltitos cualitativos. Claro que, para llevar a cabo esta operación, también se suele necesitar una parroquia fiel que confíe en la obra y sea capaz de darle una oportunidad real, algo que hará falta ver si tienen los canales generalistas.

P.D.Podcast: Esta semana en ‘Yo disparé a J.R.’ hemos optado por grabar un programa distinto donde hacemos un repaso por las series más comentadas de fuera de los Estados Unidos. Ni tan siquiera entran ‘Downton Abbey’ y ‘Sherlock’. La cuestión es comentar las series escandinavas del momento, qué ha salido de interesante de Australia o si existe una serie canadiense que no sea una imitación barata de lo que haría un estadounidense. Aquí podéis escuchar y descargar el programa: