Lo mejor de 2013 (I)

Los años son un intervalo de tiempo para que existan las listas. Se arrancan con una de buenos propósitos y acaban con otras de lo mejor y lo peor. Ejercicios para curiosear, para criticar y para resumir todo este tiempo en diez míseros tiempos. Cuando llegaron las novedades en septiembre se podía optar por el discurso catastrofista que la televisión se está yendo al garete. Nada más lejos de la realidad. Por lo menos este 2013 he visto muy buena televisión y aquí está mi lista. Elecciones personales y argumentadas, incluso la más loca.

10. Masters of Sex

Tenía que ser un intento del canal Showtime de parecerse a AMC y al final del día ‘Masters of Sex’ no resultó ser ni una cosa ni la otra. Sí, contiene sexo y desnudos a raudales como bien puede permitirse un canal de pago. Sí, su ambientación recuerda a ‘Mad Men’ y quiere ser el retrato de una época. Pero Michelle Ashford ha propuesto un interesante estudio que va más allá del sexo y del biopic de Virginia Johnson y William Masters. Explora el papel de los géneros en los años cincuenta, aborda la insatisfacción de las mujeres y los muros emocionales de los hombres, y lo hace sin tapujos. No se refugia en la pedantería, ni finge ser demasiado sofisticada para expresar los sentimientos de sus personajes de forma constante. No es ‘Anatomía de Grey’, no, pero asume la emoción como un vehículo para transmitir al espectador y así resulta refrescante. El papel interpretado por Allison Janney, una mujer frustrada porque su (armariado) marido no la toca, resume esto a la perfección.

9. Girls y Please Like Me

Como Lena Dunham y Josh Thomas son prácticamente primos hermanos, me puedo permitir incluirles en una misma categoría. A los dos se les podría hacer referencia como la voz de una generación aunque no sean exactamente de la misma. ‘Girls’ el año pasado estuvo arriba de todo de esta lista y ahora no se merece el primer puesto porque su segunda temporada fue bastante más irregular. Falló ese episodio protagonizado por los chicos y resultó bastante desagradable cuando explotó el trastorno obsesivo de Hannah, pero también tiene demasiados momentos geniales como para pasarla por alto. No he vivido nunca tanto una discoteca como ese minuto con Icona Pop de fondo, el episodio onírico con Patrick Wilson es una maravilla digna de enmarcar y el viaje de Marnie fue muy divertido con ese karaoke en la fiesta de Charlie. Se agradece que Lena Dunham tenga una visión reconocible y que se arriesgue (Louie C.K. hace lo mismo, la caga tantas o más veces y la gente no se lo tiene en cuenta). Y ‘Please Like Me’ fue una de esas joyas que conquistan a los espectadores con un boca oreja que llegó desde Australia. Una comedia dramática y personal, llena de ternura y que también depende de la capacidad de conexión con sus protagonistas. Al fin y al cabo, Josh es un tipo egocéntrico y cínico, un retrato que puede resultar irritante pero que toma profundidad cuando sale de fiesta y liga con un chico más guapo que él. La naturalidad de estas dos obras es de lo más refrescante de la televisión.

8. Gravity Falls

¿Una serie de animación para niños? Pues sí. Estos dibujos animados de Alex Hirsch llevan la filosofía de ‘Bob Esponja’ a otro nivel. Son infantiles porque cada episodio de veinte minutos contiene una aventura de Dipper y Mabel, dos niños que pasan a vivir con su tío Stanford en un pueblo perdido en medio del bosque llamado Gravity Falls. Los personajes tienen chispa (Mabel podría ser la típica niña irritante y es muy entrañable) y las historias episódicas están muy bien contadas. Enamora por esto, por su originalidad y por las capas que tiene. Cada travesura nos transporta a esos tiempos en los que teníamos una imaginación infinita en una experiencia tan nostálgica como presente (no se disfruta como un niño, se disfruta como adulto), tiene un universo rico (por los personajes y las posibilidades) y a veces se permite caprichos como un capítulo dedicado al juego ‘Street Fighter’ que son la sal de la vida del espectador adulto. Son historias para niños, ellos lo pueden disfrutar y los adultos pueden divertirse con los conocimientos extras que tienen. Nosotros podemos entender mejor las connotaciones de un zombie, del amor adolescente o nos puede horrorizar la idea de un monstruo de Halloween que llega a comerse niños. Sus guiones tienen una gracia y un ritmo que están a la altura de los mejores.

Continuará, por supuesto.