sábado, 15 de febrero de 2014

'Broadchurch' debería haberse quedado en el Reino Unido

A veces a los americanos se la cuelan. Comprendo que caigan rendidos a los pies de ‘Downton Abbey’ porque es una serie con una ambientación impecable y que muestra un mundo curioso para ellos, que se sientan fascinados por el personaje central de ‘Forbrydelsen’ o la inteligencia de ‘Borgen’, y otra que se fijen (¡y alaben!) una serie tan normalita como ‘Broadchurch’. No es el proyecto tan bueno o tan interesante que algunos críticos decían y sólo se puede entender que haya trascendido a las fronteras británicas por una razón: David Tennant.

Desde que fue el protagonista de ‘Doctor Who’, Tennant tiene un club de fans numeroso que hace que los seriéfilos se fijen en cualquier obra en la que aparezca y ‘Broadchurch’ probablemente no tuviera que haberse exportado fuera del Reino Unido. No es una cuestión de que sea mala, es que se nota que está hecha para el mercado interno. Luce barata y su premisa (encuentran un niño muerto y dos detectives con distintas mentalidades deben resolverlo) sólo quería ofrecer una alternativa local a la moda restablecida por ‘Forbrydelsen’, que triunfó entre los británicos.

De hecho, hace unos meses vi el primer episodio y dije “paso”, pero quería comprobar si había cometido un error. Algunas opiniones muy entusiastas y el desarrollo de un remake en Estados Unidos- que llevará el nombre de ‘Gracepoint’ y que tendrá al propio Tennant de protagonista- me hicieron dudar de mi primera impresión. Y no, no creo que me equivocase el día que pensé que era una serie completamente olvidable. Ni los detectives son memorables, ni lo es el caso, ni lo es la atmósfera. Lo que sí es, es resultona, pero de la misma forma que puedo ver ‘Los misterios de Laura’ y pensar que no está mal.

Al igual que ocurre con la serie de María Pujalte, las pistas se siembran sin ningún tipo de disimula. No podía creerme que grandes defensores de la televisión supuestamente de calidad (esos que critican el entretenimiento por el entretenimiento) hablasen de ‘Broadchurch’ como si no fuese la cosa más vulgar de la televisión. Las miradas sospechosas, ciertos planos directamente acusatorios, cliffhangers mal sembrados... De esos que obligan a poner los ojos en blanco.

¿Pasa algo porque sea una obra predecible? No. Dentro de su ambición es una obra correcta. ¿Pero es comprensible tanto alboroto más allá de Tennant? No. Ni tan siquiera la pareja de detectives tiene especial gancho (sobre todo si la comparamos con otras como Martin y Saga en ‘Bron/Broen’, muy estimulantes) y la resolución se salva porque sirve de clímax emocional. Y es que, puestos a compararla, está bien que ofrezca otra perspectiva al duelo de la familia de la víctima de la que aportaba ‘Forbrydelsen’. Como la serie danesa explicaba el caso día a día, la evolución era muy lenta. Aquí, en cambio, la familia ve algo de luz al final del túnel (a ratos quizá demasiada).

Otra cosa es que, cuando eché la vista atrás, me pregunté qué demonios habían hechos los protagonistas con todo ese tiempo. ‘Broadchurch’ no transmite en ningún momento que trabajan más allá de las imágenes que vemos y en cierto modo de la impresión que hay distintas velocidades dentro de la propia serie (la familia va revolucionada, los detectives van a paso de tortuga). Otro ‘pero’ más a una serie que podría haberse quedado en el Reino Unido y la televisión internacional hubiera sobrevivido. Como también sobreviviría sin ‘Los Misterios de Laura’, por más que los americanos también le estén preparando un remake.

1 comentario:

romsim dijo...

No estoy de acuerdo en tu exposición. Es cierto que en cuanto al tema y a la intriga no aporta nada nuevo, pero en mi opinión omites lo mejor de Broadchurch que es la manera en que refleja como un crimen de estas características afecta ha los habitantes de una pequeña población en su más profunda intimidad, y nos muestra como hasta la persona más vulgar oculta algún cadáver en su armario.