sábado, 3 de mayo de 2014

Cuando el peligro es real

Los maratones de primavera han funcionado a las mil maravillas. Hace apenas una semana me faltaban diez episodios de ‘Arrow’ por ver y ahora la llevo al día y estoy esperando el último episodio de la segunda temporada como agua de mayo. Puede que todos los episodios no hayan sido orgásmicos: el otro día ya comenté que no sabían qué hacer con Laurel y que las imágenes de la isla nunca me interesan lo más mínimo. Pero sí ha tenido un tramo final muy estimulante y el episodio 2.21 probablemente es el mejor hasta la fecha.

A partir de aquí, habrá spoilers. ¡Estáis avisados!

En las series de ciencia ficción, acción o aventuras es muy habitual que haya amenazas constantemente pero solemos saber que son peligros relativos. ¿Que secuestran a la parienta? Pues ya la rescatarán, que no pueden estar asesinando a seres queridos cada semana. Pero, por suerte para los espectadores, ‘Arrow’ se decidió a poner los puntos sobre las íes. No solamente el enemigo del héroe tiene la capacidad de herirle emocional y físicamente, encima hay consecuencias para todos ellos. Por esto el episodio 2.20 estuvo tan bien, porque hizo que sintiésemos la amenaza como un peligro real, y el 2.21 funcionó todavía mejor porque los protagonistas estaban afectados por esta situación insólita.

Me refiero, por supuesto, al ataque que recibió Moira delante de sus hijos. Un ataque que no llegó en su mejor momento ni en el peor de ellos. La muerte le llegó cuando Slade lo consideró oportuno, todo para ejecutar una venganza personal que tiene sus orígenes en la isla (y aún así eliminaría la isla de la serie si pudiera). Este giro, además, resultó más dramático que el de Tommy en la segunda temporada. Para empezar, Tommy era un personaje muy satélite (aunque muy encantador) y Moira era bastante interesante con esa moral siempre dudosa. Pero encima fue un fuerte golpe para el espectador por la forma en la que murió. En el universo de ‘Arrow’ lo normal hubiera sido que Diggle o Sarah hubieran estropeado el plan de Slade en el último momento.

Esta situación también ha convertido a Thea en una mártir de tomo y lomo. No veía un personaje tan desgraciado en una serie juvenil desde que Marissa Cooper se entregó al vodka en ‘O.C.’. El personaje puede frustrar un poquito, más que nada porque la pobre no se entera de nada pero siempre recibe las consecuencias de todo (y Oliver se empeña en seguir ocultándole la verdad), pero Willa Holland transmite bien la extrema soledad que vive ahora. La decepcionó su novio repetidas veces, su madre también y su hermano fue cómplice de los engaños. Sólo falta que, de una vez por todas, se entere de algo.

A Laurel, por ejemplo, le ha sentado de maravilla. Su sendero hacia el alcoholismo resultó forzado pero averiguar la doble vida de Oliver ha sido todo un soplo de aire fresco para ella. Ya no es la ingenua que tiene una agenda complementaria, que duda entre dos hombres y que toma decisiones equivocadas para el espectador solamente porque no tiene todas las piezas. En el último episodio demostró ser una mujer fuerte, una mujer que incluso fingió no conocer la verdad por beneficio propio. Mención especial al discurso de su padre, que no quiere saber quien es Arrow porque así no sabe si tiene familia y no le importa encargarle misiones imposibles y letales.

Entre esto, las escenas de acción correctas y la fuerte carga dramática del episodio, ‘Arrow’ estuvo genial esta semana. Sólo se le puede echar en cara que se notó que era una season finale cortada por la mitad y NECESITABA ver los cuarenta ochenta minutos restantes (¡resulta que quedan dos episodios!). Pero me transmitió la seguridad que lo que nos queda por ver estará a la altura. ‘Arrow’ siempre ha sido una serie bastante ambiciosa, más de lo que tiene que ser, pero no siempre ha tenido las piezas bien lubricadas. Pero ahora que incluso los satélites están mejor definidos y que Oliver sabe que no está solo y que cuenta con un equipo (el momento “es hora de volver a los orígenes” es muy acertado), la serie está en el punto adecuado para dar el salto que espero desde que se estrenó en octubre de 2012. Y, por favor, que Felicity siga redefiniendo el concepto de interrogatorio y de tortura, que esa escena fue francamente divertida.

2 comentarios:

Magik dijo...

La pobre Thea es la única persona en Starling City que no sabe quién es Arrow y ni lo sospecha y encima no deja de sufrir las consecuencias y recibir palos por todos los lados. Porque, coño, primero Roy, luego el secretito, ahora la zorra de Isabel le quita el bar y, cuando decide irse, vuelve a estar en problemas. La van a nombrar mártir de Starling city, pero el personaje ha ganado enteros, al principio era muuuuy cansina.

Y completamente de acuerdo con los flashbacks de la isla, a ver si superado el tema Slade se los cargan de una vez. Y, por favor, pero por favor, que no dediquen un episodio completo a la isla que son horribles y lo han hecho ya dos veces -.-

Por cierto, creo que faltan dos episodios. La noche en que se emitió el 2.20, Greg Berlanti tuiteó que la finale abarcaba los últimos cuatro episodios ;)

Crítico en Serie dijo...

Gracias por corregirme. ¡Pues yo convencido que tendría 22 episodios, como casi todas las series!