sábado, 19 de julio de 2014

Detesto a William H. Masters

En esta era de la televisión donde la antipatía prácticamente es una virtud, cuesta diferenciar entre una preferencia personal y algo que no funciona. Es la contrapartida de los antihéroes, que permiten que pueda justificarse cualquier personaje que sea irritante, vil o simplemente abofeteable. Y ‘Masters of Sex’ reta cada semana con su retrato del doctor Will Masters que es, sin lugar a dudas, una de las personas más despreciables de la televisión.

Los lectores de esta página ya sabréis que suelo ponerme del bando de las mujeres. Siempre preferí a Skyler a Walter, elegiría sin titubear a Betty por encima de Don Draper y hasta relacioné el retrato de este personaje con el machismo de Matthew Weiner (una teoría que se sustentaba en la admiración que transmitía por Don, hasta cierto punto ofensiva, mientras que adoraba dejar mal a la mujer que sabe italiano).

En ‘Masters of Sex’, como también opino de estas series, todavía hay menos posibilidad de debate si cabe: Virginia y Libby claramente son mejores personas que el experto en sexualidad. La primera es una superviviente (que elige mal los hombres, como nos cuentan a partir de sus divorcios) y la segunda es la consecuencia de una educación conservadora y machista, pero que precisamente por esto es mejor persona en comparación. Mientras acepta anularse para mejorar su matrimonio y castigarse por no poder ser madre, él la desprecia de forma automática. Will, pierdes la batalla.

Entre la falta de respeto de Will hacia su esposa, cómo le toma el pelo a Virginia fingiendo que su infidelidad forma parte del experimento y el trato que ofrece a las demás personas, que no duda en ignorar y despreciar, se hace difícil quererle. Sobre todo cuando castiga a su propia madre por permitir que tuviera una infancia demoledora y luego él posiblemente sueña con la muerte de su propio hijo (la escena de la música es para darle con la mano abierta y también cerrada). Entre una cosa, la otra y la otra, el personaje de Will Masters me despierta odio. ¿Pero hasta qué punto este odio es buscado, una consecuencia del personaje, o del error de cálculo?

Algo que no me quito de la cabeza desde que empezó la ficción es que en realidad Michelle Ashford, la responsable de adaptar las biografías de Virginia y Will, no le acaba de encontrar el punto. Ellas son maravillosas y redondas, el doctor Langham es un canalla entrañable y hasta consiguió que le perdonáramos a Ethan Haas ese maltrato esporádico gracias a un viaje introspectivo hecho desde el cariño, pero Will es más difícil de comprar.

Su retrato es bastante simple de identificar: el del genio que, a cambio de tener un grandioso intelecto, tiene defectos de la misma o mayor magnitud. Pero no me quito de la cabeza que hay una barrera entre aquello que deberíamos pensar de él o con lo que deberíamos justificarlo de forma parcial (lo que los demás personajes ven en él) y lo que trasciende en pantalla. No sé hasta qué punto, por ejemplo, Ashford quiere que le perdonemos como padre nefasto debido a su infancia traumática o si simplemente expone esa realidad y deja que le juzguemos.

Por como le ven todas las mujeres de la serie, diría que en el fondo es una justificación que me niego a comprar. Y Michael Sheen y sus miradas fijas ciertamente no ayudan a ganarse simpatías, con un carisma insuficiente para un personaje de estas características (Jon Hamm, me caiga bien o no Don Draper, tiene autoridad en el papel). ¿Es una cuestión meramente personal y subjetiva, por lo tanto, o ciertamente hay un error de cálculo a la hora de escribir el personaje de Will Masters? ¿Difiere la visión que querrían darnos de él y la que percibimos? Margaret Scully, por ejemplo, manda a su marido a que le electrocuten los testículos y me despierta mucha más simpatía (y eso que compadezco al pobre Barton). ¿Por qué esto no sucede con Will?

3 comentarios:

herb_b dijo...

Pienso que es un personaje complejo, y como tal lo muestran, no creo que su acercamiento a la hora de escribirlo se centre en si nos va a caer bien o no, esta claro que no buscan hacerlo simpatico. Es discutible si hacen falta ese tipo de personajes simpaticos para enganchar a la gente, yo diria que una mirada a las series de los ultimos años nos dice que no, que ese tiempo ya paso, y que ahora basta con que los personajes nos resulten interesantes, no necesariamente simpaticos, y que eso es positivo, por que aunque siempre esta bien meter alguno con el que se pueda identificar el espectador, tambien esta bien no tener que meterlo obligatoriamente y que aun asi la ficcion pueda interesar. En este caso, ni siquiera es eso, simplemente se lo han permitido con uno de los protagonistas, pero si quieres personajes que caigan bien con los que empatizar, tienes otros entre los que elegir.

Epicureo dijo...

El problema es comparativo. Masters es un personaje humano, complejo y contradictorio, con defectos y virtudes. Pero como lo rodean de mujeres perfectas y, en el caso de Johnson, sobrehumanas, sus virtudes no destacan y sus defectos se hacen odiosos.

Esto se hace más patente por el hecho de que la autora no ha sabido ambientar su serie en los años 50. Sólo el atrezzo es de la época; la forma de pensar de los personajes es del siglo XXI (incluso más feminista y moderna que la mayoría de la gente del siglo XXI). Lo cual devalúa el logro científico de Masters y las dificultades que tuvo que enfrentar.

Unknown dijo...

excelente sinopsis. Realmente relata muy bien la trama sin hacer spoilers. de hecho antes de ver la serie mire aca y me atrapo de una vez lo que hablaban sobre ella decidi verla. Realmente es excelente y la recomiendo al 100 descargar3 por alli pude mirarla sin problema alguno, de hecho esta la vi en muy buena resoltucion. Espero les sirva mi opinion.