Los canales americanos buscan desesperadamente el nuevo formato de éxito. En los últimos años la sangría de espectadores ha sido descomunal para la mayoría de programas y toca buscar algún programa-evento. El objetivo es encontrar un espacio que incite al público a verlo en directo y no grabado al cabo de unos días. El negocio de la publicidad, por más que quieran modificar las reglas, no cubre todos los espectadores en diferido porque no se pueden asegurar que vean los anuncios. Elemental, ¿no?
Siempre he tenido la teoría que los programas de telerrealidad sobreviven mejor a las pausas publicitarias. Muchos de ellos tienen el factor “riguroso directo” a su favor, lo que obliga a consumir el programa no vaya a ser que se pierdan una eliminación y la acción a tiempo real, pero incluso aquellos programas grabados y con montajes ultra-calculados aguantan el tipo ante los anuncios. ¿La razón? No es una experiencia tan inmersiva como la ficción, no requiere concentración para adentrarse en ese universo y, por lo tanto, cuando aparece de repente un anuncio de detergente no resulta tan molesto. Es un visionado más superficial y propenso al comentario en sociedad.
El último ejemplo de formato de éxito mastodóntico es el de ‘The Voice’. País donde fue, país donde funcionó la mar de bien. Hasta le ha servido al canal NBC para salir del pozo en el que se había metido aunque ahora también lo están agotando, emitiendo dos temporadas al año, mientras que ‘X Factor’ había fracasado en FOX. Por esto ABC tanteó las aguas en verano con ‘Rising Star’, otro concurso de canto cuya diferencia eran las votaciones en directo y tiempo real, el mayor problema de ‘La Voz’ (hay tantas fases pre-grabadas el mismo día que pierde algo de naturalidad). Pero no funcionó, no.
Nada tiene tan buen rendimiento como tuvo, por ejemplo, ‘American Idol’, que le servía al canal FOX para lanzar cualquier serie con un generosísimo cojín de público (más de veinte millones de espectadores durante casi diez temporadas). Y, como toca buscarle sustituto porque está en edad de jubilación, el canal ha decidido arriesgarse. Su supuesta panacea se llama ‘Utopia’ y no es nada que no hayamos visto antes, también de la factoría de Endemol. Pero hacía tiempo que no se apostaba tan y tan fuerte: se deja a un grupo de personas en un terreno y se les graba mientras crean su propio modelo de sociedad... durante UN AÑO.
Siempre he tenido la teoría que los programas de telerrealidad sobreviven mejor a las pausas publicitarias. Muchos de ellos tienen el factor “riguroso directo” a su favor, lo que obliga a consumir el programa no vaya a ser que se pierdan una eliminación y la acción a tiempo real, pero incluso aquellos programas grabados y con montajes ultra-calculados aguantan el tipo ante los anuncios. ¿La razón? No es una experiencia tan inmersiva como la ficción, no requiere concentración para adentrarse en ese universo y, por lo tanto, cuando aparece de repente un anuncio de detergente no resulta tan molesto. Es un visionado más superficial y propenso al comentario en sociedad.
El último ejemplo de formato de éxito mastodóntico es el de ‘The Voice’. País donde fue, país donde funcionó la mar de bien. Hasta le ha servido al canal NBC para salir del pozo en el que se había metido aunque ahora también lo están agotando, emitiendo dos temporadas al año, mientras que ‘X Factor’ había fracasado en FOX. Por esto ABC tanteó las aguas en verano con ‘Rising Star’, otro concurso de canto cuya diferencia eran las votaciones en directo y tiempo real, el mayor problema de ‘La Voz’ (hay tantas fases pre-grabadas el mismo día que pierde algo de naturalidad). Pero no funcionó, no.
Nada tiene tan buen rendimiento como tuvo, por ejemplo, ‘American Idol’, que le servía al canal FOX para lanzar cualquier serie con un generosísimo cojín de público (más de veinte millones de espectadores durante casi diez temporadas). Y, como toca buscarle sustituto porque está en edad de jubilación, el canal ha decidido arriesgarse. Su supuesta panacea se llama ‘Utopia’ y no es nada que no hayamos visto antes, también de la factoría de Endemol. Pero hacía tiempo que no se apostaba tan y tan fuerte: se deja a un grupo de personas en un terreno y se les graba mientras crean su propio modelo de sociedad... durante UN AÑO.
Es esta duración la que hará que sea un éxito o un fracaso estrepitoso. Aguantar será su mayor reto y, si no funciona, no podrán disimularlo con un fin de edición al cabo de quince semanas, lo habitual en los formatos de telerrealidad como ‘Survivor’ o incluso ‘Big Brother’, que nada tienen que ver con las versiones españolas (repito: NADA). De momento, que conste, ni se ha emitido un episodio y ya está suscitando cháchara social gracias a las emisiones en directo vía online: ya han descalificado una concursante, han hecho todos nudismo y ha habido peleas. La sociedad utópica, según parece, está lejos de organizarse.
Su éxito o fracaso me da miedo. Por un lado, deseo con todas mis fuerzas que la televisión americana encuentre formatos masivos por la salud del medio y porque es sano que ciertos programas unifiquen la sociedad (en España han descubierto recientemente que los formatos culinarios pueden ser mainstream, a diferencia de EE.UU.). Pero me produce pánico la idea que, de tener éxito, Telecinco quiera emularlo. Si el ‘Gran Hermano’ americano dura tres meses y el español se alarga como un chicle eterno, ¿qué harán con un formato que inicialmente tiene una duración de un año? ¿Tendremos a Jorge Javier y compañía comentando durante dos años el mismo programa?
Y, sea como sea, en su momento ‘Big Brother’ no tuvo éxito cuando emuló el formato de “gente no haciendo nada en una casa” que es el original y que el vemos por estos lares(tuvieron que meter competiciones y estrategia como en ‘Survivor’ para que funcionase). Así que cuesta imaginar que ‘Utopia’ vaya a funcionar pero, que dirían los americanos, “desperate times call for desperate measures”.
1 comentario:
Aburrido a morir, por no ponerme directamente a insultar.
Un Survivor wannabe, con personajes todavía más sobreactuados que en las últimas temporadas de SV.
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