jueves, 4 de diciembre de 2008

Que Lynch aprenda (crítica de la 1ª temporada de True Blood)

Si los vampiros hubieran salido del ataúd en los noventa, se hubieran instalado en Twin Peaks. Como el pueblo natal de Laura Palmer ya no estaba disponible, Bill Compton se mudó a Bon Temps, una aldea pequeña y alejada de todas partes cuyo aislamiento parece haber dejado mella en sus habitantes. Pero que nadie malinterprete esta crítica: True Blood puede ser el nuevo Twin Peaks. Aun así, mientras que la serie de David Lynch era una paja mental de autor, puro esnobismo pseudointelectual, la nueva ficción de Alan Ball es simplemente fascinante.

Ambas series comparten muchas características: son series ambientadas en lugares perdidos de la mano de Dios, con un reparto muy plural, formado por personajes rematadamente peculiares, elementos sobrenaturales y asesinatos de por medio. Los paralelismos, consecuentemente, son inevitables. Sin embargo la propuesta de Ball es infinitamente más sólida y todos los elementos se conjuran en un sentido narrativo ejemplar, que al principio obliga a dudar y al cabo de doce episodios obliga a alabarlo: sin bajones ni concesiones, con múltiples hilos argumentales y manteniendo la cordura en la falta de cordura global del proyecto. Es difícil de explicar: un sinsentido coherente.

Este sinsentido está formado por las tramas más variopintas: la historia de amor shakespeariana entre la humana (con poderes sobrehumanos) Sookie y el vampiro integrador Bill, un psicópata que anda suelto, los demonios interiores de Tara y su madre alcohólica, la extraña procedencia de Sam y los embrollos de Jason. Este último, además, sirve de reclamo para el público femenino: todos sus escarceos son debidamente filmados por la cámara, como bien se hacía en Los vigilantes de la playa con los siliconados pechos de Pamela Anderson. Una declaración de principios que, por ser tan descaradamente pública, es igualmente plausible.

True Blood, por lo tanto, es sexo y desnudez, a la vez que psicopatías y gore, amor y drogas, humor y muerte, fe y cinismo. Es una anarquía conceptual bien planificada, si es que esto puede llegar a existir: muchas de sus historias parecen inconexas, cuando en realidad todas ellas tejen la telaraña de Bon Temps (justamente, el único defecto sucede cuando Bill se reúne con los vampiros fuera del pueblo). La realización, asimismo, tampoco se estanca en un solo estilo, ya que tiñe el conformismo de romanticismo, de terror y con pasajes oníricos de extraordinaria belleza (los colocones de Jason son visualmente preciosos). Lo único que se necesita para disfrutar esta serie es abrirse de miras y aceptar cuánto ofrecen, un gozo completamente insustancial.

Y un comentario para quien ya haya visto esta primera temporada: ¿Acaso el gemido que soltó Sookie mientras se le desparramaban encima las vísceras de un vampiro no pasará a los anales de la televisión? Por lo menos, de aquellos que la vieran, seguro. Es difícil olvidar esa imagen (y el gemido).

12 comentarios:

Gouel/Nanaif dijo...

leches!

donde? como?

no la conozco! y tienes razón en lo de Twin Peaks, comenzó bien, terminó siendo una mierda.

OsKar108 dijo...

¡¡¡¡clap - clap - clap - clap!!!!
Muy buen post, me ha gustado mucho, te puedo confesar que en los primeros capítulos me vino a la mente ligeramente Twin Peaks, por lo peculiar de sus personajes, pero creí que era una tontería y creo que True Blood es mucho más accesible aunque como bien dices hay que estar dispuesto a dejarse llevar, aunque sigo opinando que la primera temporada y parte de la segunda de Twin Peaks están muy bien.

Sunne dijo...

pues no se me había ocurrido lo de Twin peaks, buena semejanza.
La serie ha sido Brutal y el momento sangre.uf

las escenas de sexo erótico geniales

Diana P. dijo...

Como ya sabes, a mí los vídeos previos que aparecieron no me gustaron nada, pero el tema de la factura se arregló al estrenarse la serie y al tercer capítulo ya se veía por dónde iban las tramas, así que ahora soy una incondicional.

Sólo pongo un "pero" a tu comentario: ¿insustancial? Yo estoy con Casciari (http://blogs.elpais.com/espoiler/2008/11/solamente-puedo.html) esta serie es toda una reflexión sobre el racismo (ahora vampiros en lugar de gente de color), sore la doble moral típicamente estadounidense, y es, además, una crítica a la raza humana... Después de ver cómo la novia de Jason trataba a un vampiro ¿quiénes son los malos de la historia?
:-)

Álex dijo...

No sabría que decirte. Tiene momentos en los que me parece muy buena. Pero también cuenta con detalles tan malos, propios de la peor serie B.

Falla bastante en el personaje de Sookie, no del todo coherente y demasiado veleta para ser creíble. Suerte que por ahí anda Tara, Lafayette o Jason.

Aún así, hay que reconocer que sus mejores momentos vienen de cuando no se toma tan en serio a si misma y le da más cancha a los secundarios y al retrato de ese pequeño pueblo sureño.

Crítico en Serie dijo...

Chicos, la similitud con Twin Peaks no soy el único en nombrarla: otros blogueros ya recurrieron a ella (levantad la mano porque no recuerdo cual era...)

Y pixelwoman, ya sé estas lecturas. Igualmente, tampoco cabe observarla como una gran alegoría cuando otras han profundizado de forma mucho más interesante. Y pese las connotaciones raciales, es tan filogay que parece incluso más una metáfora sobre la homosexualidad.

Y sí, la novia de Jason trata a los vampiros de forma terrible (como muchos), pero al final la organización de los vampiros (a la que es contrario Bill) es fatal. Obliga a humanizarse un poco (de no ser por Bill, claro).

Crítico en Serie dijo...

ALX, adoro a Sookie. La adoro. Pero por supuesto que los secundarios forjan la unidad de la serie. Por ejemplo, tengo muchísima curiosidad por ver como desarrollan al entrañable héroe de guerra. Ese hombre puede dar mucho como secundario.

Diego del Pozo dijo...

No he visto Twin Peaks :S
Aún así me ha quedado muy claro todo lo que querías expresar que por cierto te ha salido de lujo. Yo no llegaría a calificarla un sin sentido coherente pero como ahora mismo no sabría ni como calificarla pues no puedo decir mucho más. La escena d eSookie que mencionas es como dices, de las que no se olvidan...

Un telespectador más dijo...

Yo tampoco he visto Twin Peaks, pero le tengo ganas, por lo menos hasta el episodio 12, que luego dicn que flojea bastante.

Aun no he terminado la temporada, peor me está gustando mucho, coincido bastante con tus opiniones, la primera relación "sexual" de Jason con la hippie es bellisima.

Saludos!

Kike dijo...

Lo siento, pero no. Aunque reconozco el parecido entre las dos series (creo que yo fui uno de los que lo mencioné en su momento), True Blood no es, ni mucho menos, Twin Peaks. Ya le gustaría a Sookie ser la mitad de interesante que Laura Palmer.

True Blood me ha gustado, pero hasta ahí. No soy capaz de ver en ella esa maravilla de la que hablas, a pesar de que apunta maneras. Habrá que dejarla reposar unas cuantas temporadas...

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo en tu valoración de Twin Peaks, su final retrata lo que fué esa serie.
Coincido además en que True Blood es de largo lo mejor del año en cuanto a novedades y que logras esa conexión con la serie que muy pocas consiguen en el espectador.

Anónimo dijo...

Me ha gustado True blood , pero no su actriz principal a la que tanto alabas